La historia de la joyería San Eduardo se remonta al siglo pasado, cuando la Marquesa de San Eduardo inauguró en el año 1982 su primer espacio. En un principio estaba ubicada en el número 5 de la calle de Serrano en Madrid. Pero no fue hasta principios de los años 80 cuando se trasladó a su actual ubicación en la calle de Ayala, 7.
Los primeros clientes fueron amigos directos de la familia, pero el boca a boca, la exclusividad de sus diseños y la alta calidad de sus piezas, hicieron que se ampliara de forma considerable el número de clientes.
Sus diseñadores están repartidos por todo el mundo, especialmente italianos y los propios diseños españoles de San Eduardo Joyeros.
San Eduardo compagina los must clásicos (aros de oro o de brillantes, chatones, dormilonas, collares de perlas...) con las composiciones más fashion. Las propuestas más novedosas cobran especial relevancia en un claro intento por adaptarse a todos los perfiles. Se juega con la profusión de colores, con los contrastes de dimensiones mini y XXL, con las formas ultrafemeninas y con la combinación de materiales tradicionales y alternativos.
La oferta de San Eduardo está repleta de moda y diseños ligados a las últimas tendencias.