Casarse en noviembre o diciembre es cada vez más frecuente, y es que las bodas celebradas en estas fechas son, sí o sí una oportunidad de oro para sorprender a los invitados con una decoración espectacular. ¿Por qué? Por su cercanía a la Navidad. La estética navideña en la decoración de la mesa, el arte floral e incluso la vestimenta de los protagonistas es siempre un punto a favor del resultado final.
El frío no tiene que ser un problema. La novia siempre podrá lucir una fantástica capa de pelo o terciopelo con capucha y el novio una corbata o chaleco de tartán. Y, a propósito del clásico estampado escocés, ¿qué mejor tejido para tus manteles y caminos de mesa? En esta galería te decimos dónde encontrarlos.
En cuanto a las flores nunca lo tuviste tan fácil. Acebo, flores de pascua, hojas de roble, muérdago, hiedra, abeto, nandina, olivo, flor de algodón, eucalipto… Tanto en tu ramo como en los centros de mesa y en la iglesia, serán un acierto.
En el aperitivo puedes dar rienda suelta a tu imaginación y optar por servilletas de postre con estrellitas o pinchitos dorados y plateados con el mismo motivo. La iluminación aquí será también fundamental. Adorna los árboles con luces blancas navideñas y si tienes un pino a mano, haz de él el perfecto árbol de Navidad. Descubre las 20 ideas que te mostramos en esta galería para hacer de tu boda un cuento de Navidad.
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