La pasión por la fotografía es una de las grandes herramientas para triunfar en esta disciplina. Y en el ámbito de las bodas, esta pasión debe combinarse con capacidad de adaptación, empatía y emoción. El equipo de Jorge Molina Fotografía hace acopio de todo ello y se luce en cada una de sus bodas, donde muestra todo su potencial, carácter y estilo, con la realidad de la celebración siempre presente.
Persiguiendo la emoción
Tras toda una vida detrás de la cámara como aficionado, y siendo prácticamente el fotógrafo oficial de la familia, Jorge Molina termina por entregarse totalmente a esta pasión. Primero se forma como mandan los cánones, apreciando todas las bondades de la fotografía desde el punto de vista técnico y artístico. Y, tras acumular conocimientos y cierta experiencia, abre su propio sello: Jorge Molina Fotografía. A partir de aquí, trabaja sin descanso mientras se sigue formando en fotografía y bodas para que los novios disfruten de todas las novedades tecnológicas, artísticas y nupciales.
Como profesional de las bodas, tanto él como Sara, su pareja y compañera, persiguen un estilo natural con tintes documentales, y huyen de los posados y todos los elementos que fuerzan una imagen o que introducen algún toque artificial a una composición que debería rezumar autenticidad. Y las bodas son una barra de libre de momentos naturales en los que hay que estar atento para no perder detalle. En el caso de Jorge Molina Fotografía, siempre están al pie del cañón de la emoción, atrapando todos los sentimientos que afloran en un día tan especial. La idea es que toda la intensidad reflejada en el gran día también se aprecie en las fotografías no solo días después de la boda, sino durante toda una vida de recuerdos.
Cercanía y transparencia
El consumidor siempre busca transparencia por parte de los profesionales que le atienden o que contrata; pretende sentirse seguro y que nadie juegue con él. Y en una boda, los consumidores son los novios y buscan un fotógrafo que les guíe y aconseje de la mejor manera posible, hasta el punto de crear una confianza mutua. De esta forma, es mucho mejor trabajar. Así, en esta línea, Jorge Molina y Sara destacan por su transparencia a la hora de comunicar y trabajar, mostrándose en todo su ser y ofreciendo sus servicios sin trampa ni cartón.
Esta forma de proceder no solo beneficia a los novios, sino que permite a los fotógrafos introducirse en la esencia de la pareja para conseguir su reportaje soñado. Si se alcanza esa confianza, los novios se muestran tal y como son, la magia fluye y los fotógrafos consiguen plasmar su verdadera realidad. Esa es una de sus claves como profesionales. De hecho, ofrecen una preboda para romper el hielo, por lo que todo su trabajo sigue la misma línea.
La naturalidad y la emoción sustentan el proyecto de Jorge Molina Fotografía, formado por dos profesionales que viven para mostrar al mundo la bella realidad de las bodas. Con casi 10 años a sus espaldas dentro del sector nupcial, la confianza con sus parejas se ha convertido en una de sus mejores herramientas de trabajo.
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