Como cada año, la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid se ha vestido de corto y de largo con todos los honores. Y este año ha dado un paso más con una selección que se ha mostrado atrevida, reivindicativa y estilosa.
El espectáculo abrió sus puertas el día 6 y cerró el chiringuito este miércoles, con toda la carne ya puesta en el asador. Y una de las primeras en sorprender fue Teresa Helbig con su escenificación de un jardín en sus diseños a través de nudos, tules, glitter, rafia, puntillas y encajes.
La marca Pedro del Hierro mostró su veteranía en la tarde del domingo, animando la velada y colocándola a un nivel altísimo con su colección ‘Puro Arte’, que mezcló las pinceladas barrocas del difunto Pedro con la frescura de Nacho Aguayo. El resultado fue mucho más apasionado que en colecciones y ediciones anteriores.
Palomo Spain aterrizó en Madrid con una de las sesiones más atrevidas. Su objetivo fue la representación de la nueva masculinidad a ojos del diseñador y la búsqueda del hombre clásico. Así, en su nueva colección, ’Wunderkammer’, ataviada con las capas del onirismo, la psicodelia y el exotismo, utilizó líneas clásicas y más maduras a la par que provocativas. Un éxito rotundo.
El lunes, 9 de julio, fue el momento de viajar al pasado, acariciarlo, moldearlo y traerlo de vuelta con la chispa del presente. Malne, Andrés Sardá y The 2ndSkin Co protagonizaron la jornada con grandes aportaciones basadas en el volumen de inspiración setentera.
El martes aglutinó un gran número de sorpresas, con cuatro nombres propios. Inuñez, en primer lugar, con líneas sencillas a través de un jardín muy natural e improvisado. Seguidamente, Juan Duyos, momento que comenzó a añadir pimienta al evento con la incursión de la luz en los diseños. Hannibal Laguna triunfó con su viaje a todos los tonos pastel a lomos de sus vestidos vaporosos y a través del jardín de cerezos que decoró el escenario.
Y, para el final del día, el show con todas letras liderado por Ana Locking. La diseñadora, con la pirotecnia de tintes metalizados y brillantes de estilo futurista como bandera, destacó por el atrevimiento de la colección y por la reivindicación de sus modelos transgénero. Inspirada en el movimiento ‘voguing’, surgido en los 80 como voz para la comunidad LGTB afroamericana de aquella época, el desfile fue un ejercicio de nostalgia y de optimismo que puso patas arriba la sala 14 de IFEMA.
El miércoles 11, la Semana de la Moda echó el candado con Juan Vidal como estrella protagonista. Su arma, la de siempre: el equilibrio. La elegancia, la modernidad, el atrevimiento y la sencillez desfilaron de la mano, con la irrupción de la lencería y de la asimetría. El resultado es un compendio de contrastes, desde lo sencillo hasta lo ecléctico, para las fiestas y las bodas del próximo curso.
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