¿Estáis pensando en el destino de vuestra Luna de Miel y no sabéis por cuál decidiros? ¿Queréis un viaje atípico y que os sorprenda? Os propongo un concepto de viaje distinto, que sin duda no os dejará indiferentes: la Patagonia, argentina y chilena. Ambas opciones combinan relax, aventura y contacto con la naturaleza, ¡el plan perfecto para recuperar la energía después de la planificación de vuestra boda!
Primero deberéis saber que para viajar a estos destinos es recomendable hacerlo durante el verano austral, que coincide con los meses de diciembre a marzo, ya que entre los meses de junio a octubre en algunos glaciares no permiten la entrada a los parques debido a las fuertes ventiscas. En cualquier caso, el clima de la Patagonia no es tan extremo como uno puede imaginar.
El Calafate, en plena Patagonia argentina, es el parque nacional de los glaciares, donde podréis recorrer en un catamarán los distintos glaciares hasta llegar a observar la grandiosidad del tan aclamado Perito Moreno, realizar excursiones tipo trekking y descubrir el pueblo de Calafate, que mantiene su encanto gracias a su aire western en mitad de la inmensidad.
Seguimos la visita por Bariloche, nombrada en ocasiones como la Suiza de Sudamérica, lugar de preciosos paisajes, montañas y lagos, donde cuidan especialmente la estética de las casas, tiendas y restaurantes. En Bariloche se puede alquilar un vehículo, y realizar por carretera el trayecto que existe hasta San Martín de los Andes, recorriendo el Parque de los Siete Lagos, y disfrutando una de las mejores vistas del mundo.
En este encantador pueblo podréis descubrir, además de la cultura de los Mapuches, el hotel-boutique Río Hermoso, que no cuenta con más de diez habitaciones y ofrece un servicio excepcional que os permitirá disfrutar de una experiencia inolvidable cuidando al máximo cada detalle.
La otra Patagonia, la chilena, tiene aún más encanto: es la gran desconocida, un universo que recuerda a los inicios de la humanidad gracias a su naturaleza desértica y su fauna, que os harán sentir conectados con la naturaleza de forma espiritual. Os recomiendo vivir esta experiencia de la mano de la cadena hotelera Explora, que conciben el lujo desde la sencillez y el respeto por la naturaleza.
El desierto de Atacama con sus paisajes lunares, el salar y el Altiplano son algunos de los lugares más impactantes de esta zona, donde hay que tener un especial cuidado ya que es muy común sentir vértigos debido a la altitud en la que se encuentra. En el Parque Nacional de Torres del Paine, encontraéis un gran abanico de excursiones para todo tipo de edades y formas físicas.
En lo que respecta a la gastronomía y excursiones, resulta más que recomendable disfrutar del tradicional cordero patagónico y las empanadillas de choclo (maíz), preparados por los gauchos en una cabaña en la montaña, las rutas a caballo por la estampa patagónica, explorar el inmenso glaciar Grey y, si tenéis buena forma física, hacer la caminata de más de 8 horas para subir a la base de las torres.
Merece la pena descubrir estos destinos, superarán vuestras expectativas… ¡y tendréis una Luna de Miel inolvidable!
Autor invitado: Marta Jiménez de Momentos y Eventos
Experta en organización de bodas
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