Aunque cada boda es diferente, hay situaciones que se repiten en momentos y lugares clave. No, no hay excepciones. La barra libre es uno de esos acontecimientos que suceden pocas veces en la vida. El alcohol es su protagonista y el motivo por el que muchas conversaciones se desarrollan con dificultad. Aunque no siempre es una barra literalmente, el concepto se entiende y estos grandes hitos siempre se dan a su alrededor. Atento porque quizá protagonices alguno de ellos, ya seas novio, novia, invitado o invitada.
-¿Sabes que muchas relaciones empiezan en las bodas de otras personas?
-Sí, conocí a mi marido en una. Es el bombero de dos metros que viene hacia aquí.
– (Disimulando) Tío, no mires directamente al camarero, que parezca que tienes 18 años.
-Mierda, ¿qué me pido? ¿Un bourbon?
-Rápido, que viene tu madre.
– (Voz alcoholizada) Vas a ser muy feliz. ¿Y yo? (Llorando) ¡Ya tengo 40 tacos! No voy a encontrar el amor.
-Que sí. El hombre perfecto llegará de un momento a otro.
-Dime cuándo. (Gritando) ¡Dime cuándo! Me voy a hacer lesbiana.
-¿De qué sirve casarse? Siempre te acabas golpeando contra la pared.
-¿Por qué no lo superas ya, chico? Han pasado cuatro años.
-Da igual, siempre pasa. A ti, a mí, a cualquiera.
-No. Te pasó a ti. Ellos van a ser felices.
-Mamá, ¿no crees que ya has bebido bastante?
-Calla, niña. Los jóvenes siempre pensando que los mayores no sabemos beber.
-A mí siempre me ha gustado tu hermana, pero no se lo digas, que me da vergüenza.
-¿Y no te da vergüenza que acabe de casarse y me digas esto?
-Les doy un año como mucho. Las parejas de hoy en día no aguantan como hemos aguantado los de mi época.
-Bueno…
-Hazme caso, chico. Todavía eres muy joven para entenderlo.
-También habías visto venir la crisis económica mucho antes que los demás, ¿no?
-No creo que dé positivo con todo lo que hemos cenado.
-Puede que con la sexta copa, sí.
-Enhorabuena, cuñado. Eso sí: como hagas daño a mi hermana, te perseguiré hasta el fin del mundo y acabaré contigo.
-Tranquilo: cuidar de tu hermana será lo más importante para mí.
-¡Ven aquí, cuñado! (se abrazan). (En voz baja) Avisado quedas. Te voy a estar vigilando.
-Cariño, lo importante es que sea buena chica.
-Sí, abuela, me he casado con la mejor de todas.
-Eso está bien. (Se acerca con disimulo y saca un billete de 10 euros) Toma esto y no se lo digas a tu madre.
-Acabas de casarte, pero siempre serás mi niño, ¿te enteras?
-Vale, mami. ¿Me das la paga? Acabo de invitar a 187 personas a cenar.
-A partir de ahora, se acomodarán: empezarán a engordar, ella dejará de depilarse y él olvidará para qué sirve el desodorante.
-¿Lo dices por ti? (aireándose la nariz)
-Nos pasa a todos, chaval. Es ley de vida. No hay solución.
-¿De qué conoces al novio?
-Pues…
-Yo de la universidad. Menudo pelota: se sacó la carrera llorando a los profesores.
-Yo le conozco de ser su padre.
-Es un crack su hijo. No se le escapaba una. ¿Le pido una copa? (levantando la mano para llamar al camarero)
-¿Cómo ha quedado el partido? Menuda pena habérnoslo pedido.
-No sé. Estaba ocupado diciendo “sí, quiero” y esas cosas. Pregúntale a tu madre.
-Guapa, tómate un chupito con nosotros. A tu jefe no le importará.
-Estoy trabajando.
-¿Y después de la boda?
-He quedado con mi novia.
-Joder, ¿por qué le deje?
-Porque dijiste que no te gustaba, que era idiota y que lamentabas el momento en que empezaste con él.
-Ya, pero acaba de casarse. Creo que le vuelvo a querer. Ahora me quedaré sola.
-No dejes que beba mucho.
-Vale: suelta ese vaso.
-Eh, espera. Por una copita no pasa nada.
-¿Dónde os vais de luna de miel?
-A Cancún.
-Nosotros nos fuimos a Alicante. Eran otros tiempos. Ahora tenéis mucha suerte.
-Madre mía, si es que vaya cuadro.
-No entiendo cómo se ha atrevido a venir así.
-Shhh, callaos, que viene.
-¡Mírala, qué guapa!
-Gracias, chicas. Nunca me imaginé una boda tan mágica.
-No sé por qué se ha casado. Tiene toda la vida por delante y se mete en esta prisión. No entiendo a los jóvenes de hoy en día.
-Tú te casaste a los veintitrés, tío Pedro.
-Por eso sé de lo que hablo.
Éstas son solo algunas perlas que circulan a lo largo y ancho de esa barra libre por la que novios e invitados beben los vientos. Quizá protagonices alguna de ellas, así que trata de cambiar la dinámica para ser original. ¡Se lo debes a la vida!
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario