El planeta Tierra es un lugar lleno de contrastes culturales. En Zankyou, también mantenemos un espíritu cosmopolita que se refleja en su variada plantilla, nutrida de trabajadores de todo el mundo en perfecta convivencia. Somos ciudadanos del mundo. Con el fin de honrar esa filosofía, hemos realizado una encuesta en la redacción para determinar cuáles son las mejores ciudades del planeta para vivir. Después de visitarlas, quizá nadie puede sacarte de allí.
Lisboa (Portugal)
Lisboa ha caído en las manos de una corriente moderna que ha intensificado su peculiar encanto. Es una ciudad única, bella en toda su complejidad, forrada de azulejos, pavimentada de manera desigual… Allí viven los portugueses de siempre, pero también los jóvenes que fueron de viaje (placer, Erasmus, intercambios…) y no se han querido ir de allí.
Su comida es excelente y económica, sus calles son laberintos en los que perderse y enriquecerse, su creatividad se vislumbra en cada local… Tiene lugares míticos, como la Torre de Bélem, Sé Catedra, palacios y la Plaza del Comercio, pero también el ajetreo nocturno del Barrio Alto, centros de reunión bohemios para los más curiosos y un aura especial que se siente a cada paso. También organiza grandes festivales y fiestas en la calle (Fiestas San Antonio) en verano.
Toronto (Canadá)
Toronto es una de las ciudades más cosmopolita del mundo, con el mayor número de personas no nacidas allí viviendo en perfecta comunión. Además del beneficioso mestizaje, los habitantes de Toronto manejan todos los estilos, ya sean formales o informales. Es una potencia financiera y una de las ciudades más seguras del mundo. A pesar de la exuberancia tecnológica y arquitectónica de tinte moderno, en Toronto han explotado con maestría su vertiente más natural: posee parques por todo la ciudad, anclados en mitad del bullicio y en lugares más tranquilos, así como pistas para practicar deporte por doquier y un ferry que te lleva a un parque con playa.
Está lleno de asociaciones de voluntariado, su sistema de transportes es un primor, los servicios básicos son muy asequibles, su forma de trabajar está más cuidada que en el resto del mundo y sus zonas residenciales son muy completas (algunos condominios tienen de todo y funcionan muy bien). Los canadienses tienen uno de los mejores sistemas educativos del mundo y, por ello, todos los centros escolares son auténticos referentes mundiales.
Luxemburgo (Luxemburgo)
Luxemburgo parece aislado del mundo y es el gran desconocido de Europa, pero es un gran tesoro que bebe de la gran esencia europea. Su aspecto es medieval y muy europeo, pero mantiene su propia personalidad, con los tejados negros, algunos de ellos puntiagudos, y fachadas pastel color beige como notas dominantes. Su casco histórico es Patrimonio de la Humanidad, está construida sobre un plano perfecto y está dividida en La Ville Haute (La Ciudad Alta) y La Ville Basse (La Ciudad Baja), separadas por escaleras y cuestas. La naturaleza en mitad de la ciudad es una constante y combina bellamente con el resto de edificaciones, nunca demasiado escandalosas. Una ciudad de cuento, magia e historias desconocidas.
La capital del Ducado de Luxemburgo se erige como una de las más seguras y tranquilas del planeta. Aunque tiene el aspecto propio de la Edad Media, alberga instituciones europeas que la convierten en una interesante capital económica, política, social, cultural y, sobre todo, cosmopolita. El paseo La Carniche está considerado el balcón más bonito de Europa, posee numerosos puentes que atraviesan los río ríos Alzette y Petrusse y miradores a los valles de ambas masas de agua. Luxemburgo atesora un espíritu romántico, pero también bohemio.
Melbourne (Australia)
Ha sido elegida varias veces como mejor ciudad para vivir. El legado británico se observa en su rica arquitectura victoriana, la cual se combina con los edificios más contemporáneos y crea un mar de contrastes fabuloso. Además, Melbourne es la ciudad del deporte, pues acoge varios eventos de este tipo, y dispone de numerosos parques (Alberta Park, Jardín Botánico…) en los que practicar y ver improvisados partidos (imprescindibles los de críquet).
Su red de tranvías es perfecta y recorre la ciudad de cabo a rabo, aunque también dispone de carriles-bici que atraviesan toda la ciudad. También destaca su apartado marítimo, con playa Bells como referente gracias a su actividad surfera y al buen ambiente para el ocio que se forma a su alrededor. Su oferta cultural es envidiable y sus calles perfectas para dar largos paseos por lugares muy especiales. El Souhtbank bordea el río Yarra y ofrece espectáculos callejeros de muchos quilates. El Chapel Street es otro de sus barrios estrella y los jóvenes forman parte de su alternativa forma de vida, brunch incluidos.
Madrid (España)
Una ciudad que lo tiene prácticamente todo. Madrid es una urbe que se disfruta en la calle, donde el ocio y la “filosofía de bar” potencia las relaciones sociales, el buen ambiente y las grandes historias. A pesar de ser una capital, existen formas asequibles de diversión, pero también espacios de alto copete. Es una ciudad señorial con edificios, calles y ambientes emblemáticos (Palacio Real, Plaza Mayor, El Retiro); pero también es una ciudad joven y llena de vida, con barrios (Malasaña, Lavapiés…), locales y gentes de estilo alternativo. Sus terrazas, dispuestas a pie de calle y en asombrosas azoteas, son célebres en todo el mundo, al igual que sus parques para perderse en la naturaleza en mitad del tumulto. Sus calles son tesoros con tiendas mágicas, gentes agradables y rincones exquisitos.
Madrid es un referente de la cultura, donde han vivido y desarrollado su obra grandes referentes del mundo del arte. En museos y salas de exposición, tanto de fama mundial como de corte íntimo, puede apreciarse esta fuente de creatividad. También es un ejemplo de movilidad, con sistemas de transportes excelentes; de tolerancia y multiculturalismo (conviven personas de todo el mundo); y está estrechamente ligada al deporte.
Chicago (Estados Unidos)
Aunque hay otras ciudades estadounidenses de renombre, Chicago es una de las más completas para vivir. Allí se construyó el primer rascacielos del mundo y, por ello, se ha explotado al máximo esta forma de arquitectura, donde destacan las imponentes Sears Towers. Combina el barullo urbanita de la comercial Magnificent Mile y la oferta de ocio de espacios como Navy Pier con el conglomerado de parques que actúa como pulmón de la ciudad.
Al igual que en Nueva York, Chicago alberga dos barrios conocidos en todo el mundo: Chinatown y LittleItaly. Pero también hay cantidad de barrios de diferentes estilos con gentes de todo tipo, como Andersonville y Lincoln Park, maravillosos para vivir y comer variado. Además, Chicago es una ciudad joven y fresca, con estudiantes diseminados por doquier gracias a las universidades céntricas, y que pasan parte de su tiempo alrededor del lago de la ciudad, con Lake Path y Lake Shore Drive como referentes.
Singapur (Singapur)
Singapur es un país soberano insular que colinda con China e India. Es uno de los más prósperos del mundo, con una de las mayores rentas per cápita del planeta, y tiene todas las virtudes que la convierten en imprescindible. Vivir allí es un lujo y un seguro de vida, pues su educación, sanidad, transparencia política y competitividad económica son unas de las más importantes del mundo.
Su papel como urbe es protagonista en el mundo entero, pues podría considerarse la ciudad total. Está poblado por un imponente bosque de rascacielos y posee zonas de recreo modernas, como Clarke Quay, y algunas más tradicionales, como Boat Quay. La ciudad también ha sabido acoger en su seno la excelencia del día a día, con grandes posibilidades de ocio, y lo mejor de la naturaleza, con centros especializados para su disfrute. En este sentido, el gobierno de Singapur se ha esforzado en la conservación del medio ambiente y ha reducido la contaminación con la restricción de vehículos y el uso de medios de transporte alternativos. Lo tiene todo y más.
Berlín (Alemania)
Berín es una ciudad con historia, aprendizaje, grandes lecciones de vida y, sobre todo, es un reducto de espíritus libres. Forma parte de las ciudades modernas por excelencia, de uno de los movimientos alternativos y bohemios más importantes del mundo, donde jóvenes y mayores unen sus ideas y creatividades para hacer del mundo un lugar más apasionado, cultural y libre. Los Erasmus y exiliados son los extranjeros que más se han aferrado a su vibrante personalidad.
A pesar de estar en el centro de Europa, vivir en Berlín no es costoso. Su colección de parques homenajea la naturaleza; el inglés se utiliza tanto como el alemán; es una ciudad de artistas, pues muchos de los trabajos corporativos están en otras ciudades alemanas; el verano convierte la ciudad en un hervidero de festivales y espectáculos al aire libre; en invierno, la actividad en cafés hipster, discotecas clandestinas (barrio de Kreuzberg) y lugares de reunión alternativos (parque Urban Ufer) son las principales formas de vida para los jóvenes. Aun así, su historia abre un abanico eterno de museos, memoriales, recuerdos que conciencian a habitantes y turistas y piezas únicas de la historia de la Humanidad, como el Muro de Berlín, la Puerta de Brandeburgo o el Checkpoint Charlie.
Tokio (Japón)
Un referente en el mundo por su calidad de vida inmejorable y la perfecta mezcolanza de ambientes. Allí conviven el “ir y venir” frenético del día a día, con el Shibuya Crossing como centro neurálgico, y la calma de sus santuarios y templos, tales como el Santuario Meiji Jingu o el Templo de Sensoji, remansos de paz donde se fortalece el espíritu. El monte Takao es perfecto para desconectar y perderse en plena naturaleza.
Su apuesta por la tecnología es tan ambiciosa que Tokio es una de las ciudades más sofisticadas en este aspecto. Posee centros de investigación que abren sus puertas al gran público, tiendas similares a espacios de recreo masivos, innovaciones espectaculares y proyectos que mejoran el rendimiento de la ciudad, como el célebre tren bala y el resto de su maravilloso sistema ferroviario. Además, su gastronomía es una homenaje al arte culinario; la vida nocturna de sus discotecas de diseño, pubs y karaokes es prodigiosa; y los numerosos parques son homenajes al arte vanguardista. En general, se respira una excentricidad que se recrea en cada uno de sus locales, y eso es lo que le hace diferente a cualquier ciudad del mundo.
Copenhague (Dinamarca)
Al igual que Ámsterdam, Berlín o Burdeos, Copenhague es una ciudad perfecta para recorrer en bicicleta. Su orografía contribuye a ello, al igual que el espíritu de preservación del medio ambiente que esgrimen su gobierno y habitantes. Por ello, más de la mitad de sus habitantes la usan y todo está adaptado para su libre circulación en esta cuna de vikingos.
La oferta cultural de Copenhague es amplia y variada, su vida nocturna en el centro es muy animada y la ciudad, un monumento en toda su extensión, es digna de cualquier paseo, fotografía y experiencia. Desde la célebre Nyhavn, pintada con gusto y anclada en el muelle, hasta los palacios de Amalienborg o los prques de Rosenborg o Frederiksberg, toda la ciudad es un regalo. Además, Malmö, en Suecia, es una visita obligada gracias al puente que une Dinamarca y Suecia desde la ciudad.
¿Te has enamorado de alguna? A veces, creemos que solo podemos tener un amor, pero con esta ristra de bellas ciudades, parece imposible no sufrir un múltiple arrebato sentimental. Si las visitas, ya sabes: no querrás volver.
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