El estrés es una de las “dolencias” psíquicas más recurrentes del siglo XXI. Sin ser una enfermedad propiamente dicha, consiste en un conjunto de reacciones que llevan a las personas a un estado de alteración inusual, el cual puede provocar males mayores, como la ansiedad y la depresión.
Aunque el estrés está estrechamente ligado al trabajo, éste se extiende hasta cualquier ámbito de la vida que suponga un cambio brusco en la rutina, convirtiéndola en caótica. También sale a relucir como consecuencia de acontecimientos de vital importancia, como tu inminente boda, de cuyo triunfo depende tu bienestar. Tanto si te vas a casar como si sufres el estrés de un desesperante día a día, sin tiempo para pensar, te presentamos una serie de técnicas para relajarte y mandar a paseo el asunto del estrés. Sigue leyendo y descubre lo que tenemos que contarte:
Trabaja la mente: meditación
La meditación es una forma de relajación con la que reducir considerablemente el estrés. A través de ella, la mente de una persona consigue liberarse del mundo y alcanzar un estado de concentración extremo. Con esta técnica de orígenes orientales, el lado psíquico del cuerpo alcanza un estado trascendental, alimentado por sentimientos positivos. De esta forma, por medio de la mente, el cuerpo se centra en controlar la respiración y relajarse, atrapando la llamada energía interna y alterando la conciencia, con consecuencias neurofisiológicas. Con este nivel de paz mental, el día a día se afronta con mayor determinación y entusiasmo; los malos pensamientos y situaciones complicadas se asumen desde un punto de vista más positivo. Ponte música evocadora y déjate llevar por el poder de la mente.
Relaja los músculos
Asimismo, la eliminación del estrés se puede conseguir con una serie de procedimientos físicos capaces de relajar mente y cuerpo de la misma forma. Tal y como ocurría con la meditación, la mente juega un papel importante en el desarrollo de estas técnicas, así como la respiración. Intenta poner en tensión todos los músculos de tu cuerpo (sí, también ésos cuyo nombre no conoces) poco a poco, pasando por cada una de tus extremidades y sus respectivas partes. Intenta relajar los miembros desde abajo hacia arriba, es decir, empezando por los dedos de los pies y terminando por los elementos de la cabeza (nariz, ojos, boca…). Apretando fuerte esas partes y soltándolas, el resultado producirá una curiosa sensación de relajación.
Utiliza el poder del lenguaje
No hay nada más fuerte que tu cerebro. Éste es capaz de controlar cuerpo y mente si sabes manejarlo correctamente. Asimismo, las palabras son la manera de dar forma a todo lo que pasa por tu cabeza y, evidentemente, uno de los caminos para alcanzar ese control del cuerpo y de la mente.
Cierra los ojos y respira de manera acompasada. Concéntrate en las diferentes partes de tu cuerpo, siguiendo un orden, y habla contigo mismo: “mi pierna pesa cada vez más”. Y, sí, en esos momentos de máxima concentración, tus músculos cada vez están más pesados, llenos de una energía tan poderosa que los hace insostenibles. Tu única solución es dejarlos caer, soltarlos a su suerte en ese universo cósmico que se ha abierto en tu mente. Déjate llevar. Sentirás que te lanzas al vacío, pero sin miedo. Repite esto en tu cabeza una y otra vez, hasta que sientas esa parte del cuerpo completamente relajada y en paz.
Practica Yoga
Más que una técnica, el yoga es una disciplina, uno de los seis sistemas filosóficos de la India, estrechamente ligado al hinduismo, el budismo y el jainismo. Con ella, tanto cuerpo como mente se enriquecen a través de unas determinadas posturas (asanas) y contraposturas que abarcan diferentes niveles de dificultad, siempre con la respiración controlada como base.
Las sesiones suelen empezar con un entrenamiento (Saludo al Sol) y terminan con una relajación. Tras la actividad, cuerpo y mente alcanzan una fortaleza ideal para afrontar cualquier situación con una nueva filosofía. En estas prácticas, el poder de la mente alcanza grados de concentración muy altos. El yoga se ha convertido en un fenómeno social para orientales y occidentales, en una forma de vida que, además de reducir el estrés del ajetreado trabajador, proporciona increíbles beneficios para la salud en general.
Tranquila, el estrés no es una anomalía que ha acampado únicamente en el rellano de tu casa. ¡Todos lo sufren en algún momento! Reuniones, niños, preparativos, dossieres que entregar, tráfico…: la lista de motivos para el estrés es interminable. Toma nota de esta pequeña guía y empieza a relajar cuerpo y mente. ¡El estrés desaparecerá de un plumazo!
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