Los tulipanes que portaron las novias de Oscar de la Renta 2013 en la pasarela de Nueva York, las ramitas de almendro como los tocados de la colección Raimon Bundó 2013 en la Barcelona Bridal Week o los delicados ramos florales de anémonas de Carolina Herrera en su desfile nupcial. Las flores se han convertido en el accesorio definitivo de las bodas (y sus pasarelas), y también tienen su propia cita dentro el Chelsea Flower Show, el festival de las flores que se celebra del 22 al 26 de mayo en Londres.
Una pasarela de color, creatividad, últimas tendencias y nuevas ideas de los mejores diseñadores de jardines, que marcarán las líneas de los arreglos florales y la decoración vegetal de espacios de las próximas temporadas.
Es el show floral favorito de celebrities como Gwyneth Paltrow, Sienna Miller, Stella McCartney, Kate Hudson o la propia reina Isabel II. A la edición de este año también están invitados los diseñadores Paul Smith, Vivenne Westwood y Matthew Williamson.
Un total de 500 participantes de todo el mundo que han mostrado sus creaciones en 16 jardines florales, 8 jardines artesanos, 8 jardines frescos y una intervención natural diseñada por Tony Heywoods, cuyas instalaciones hortícolas han sido expuestas en la Tate Modern Gallery y Hyde Park.
El espectáculo explora los jardines de diseño en cuanto a composición espacial, escala, atmósfera, proporción y carácter, así como la plantación de diseño y su construcción.
Hasta 20 maravillosas especies florales compiten por convertise en la planta favorita de 2012. Entre ellas se encuentra la rosa Beajubilee, que celebra el Jubileo de la Reina y que ha sido creada por Peter Beales Roses, y la variedad Heuchera Circus presentada por Plantagogo y que se cultiva principalmente por sus cambios de color (desde el verde oscuro al verde claro, pasando por el plata, púrpura y rosa).
En su 99 aniversario, Chelsea Flower Show ha sido un escaparate de la moda y las tendencias del momento: del gusto por el estilo japonés y cultivo de setos de los primeros días, a la locura por los jardines de roca durante los años de guerra, la popularidad de pavimentar las partes traseras de las casas o los cottage gardens de los años 80, o la pasión actual por los jardines escultóricos contemporáneos.
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