Cuando las relaciones fallan, cuando los miembros de una familia se distancian (pareja, hermanos, hijos, abuelos…), siempre nos decimos: “ojalá pudiera volver atrás para saber dónde empezó a fallar todo”. Aunque no siempre es así, el día a día determina buena parte de la viabilidad de las relaciones. ¿Quieres saber cómo evitar este problema? No dejes de leer y descubre los hábitos diarios para solidificar las relaciones familiares.
Come en familia
No todos los miembros de una familia tienen los mismos horarios, pero hay que esforzarse por cuadrar alguna comida diaria para disfrutar en familia. Ya que el desayuno o la comida están muy limitados por los horarios de estudios/trabajo, la cena es el momento ideal para reunir a todos los miembros de la familia alrededor de la mesa, como ocurre en las tribus alrededor de las hogueras. Más que por comer, una reunión así implica un intercambio de información especial que ayuda a conocer mejor a las personas, pues el día a día muestra su verdadera personalidad, y su rutina.
Reduce el uso del móvil
Tener el móvil encima de la mesa cuando se comparte tiempo con otras personas es una señal de que te importa más lo que pasa en ese cacharro. Probablemente no lo sepas todavía, pero la familia es lo más importante y nadie merece más atención que ella, sobre todo si ya has pasado buena parte del día con tus amigos. Aunque esto resulte exagerado, llega un momento en el que te das cuenta de ello y luego toca arrepentirse. Escucha a tus padres, que siempre tienen algo bueno que decirte, conoce más a los miembros de tu familia (seguro que tu hermano es un genio de la Física y no lo sabías por mirar el móvil), interésate por sus vidas y la confianza se forjará con mayor fuerza. No estaría de más dejar todos los móviles apartados en ciertos momentos de reunión.
Asimismo, las redes sociales, que a veces usamos para matar el tiempo, son mucho menos interesantes que la charla que están teniendo en tu casa. Refrescar Facebook e Instagram cada pocos minutos es tiempo malgastado que no volverá por mucho que queramos. Pero esas tardes de juegos de mesa con tus padres, de cervezas en terrazas o de cine sí son enriquecedoras.
Comparte tu ocio
Después de comer o cenar, muchas familias se reúnen en torno a la televisión y consumen series, películas o programas de televisión. En vez de tirar de Internet y hacer “la guerra por tu cuenta” fuera del salón, quédate con ellos, ya sean tu pareja o tus padres, y cultivad ese hobbie en común. No hay nada como engancharse a una serie con tus familiares y compartir teorías juntos. ¡Es la nota dominante de esta década! Tu capítulo de Mr. Robot o Girls, que solo te gusta a ti, puede esperar.
Ir al cine en pareja, con padres o con hijos también es divertido. También las excursiones al campo, ir a comer fuera o visitar museos juntos. Con los amigos se disfruta, pero si nos centramos en ellos y descuidamos a la familia, quizá esta se acabe derrumbando. Aunque los amigos son importantes, las familias son únicas.
Viaja en familia
Viajar con amigos es muy divertido, pues ofrecen un grado de diversión diferente, pero la familia también brinda grandes momentos en este ámbito, no necesariamente peores. Viajar solo en pareja es nutritivo para ambos miembros de la misma, pues un entorno como ese muestra la realidad de las personas, a veces sometidas a situaciones límite. Asimismo, viajar con padres o hermanos es casi siempre positivo, pues haber crecido y madurado en el mismo entorno os coloca al mismo nivel en determinadas situaciones. Con estos lazos tan estrechos, las relaciones son mucho mas difíciles de romper.
Pregunta y escucha
¿Tan difícil resulta? No cuesta nada llegar a casa, cambiarse y llegar al salón con una pregunta en las cuerdas vocales preparada para tu pareja: ¿qué tal el día? A partir de ahí, la relación mejora automáticamente, pues además de un sentimiento de empatía, acabas descubriendo nuevas facetas de tu media naranja.
Si se trata de padres, amigos o hermanos, la pregunta tiene el mismo objetivo. Después de formularla, siéntate y escucha con interés. Todo ello, a la larga, es mucho mejor que llegar a casa, cambiarse y, en lugar de preguntar, encerrarse en uno mismo con alguna actividad innecesaria en ese momento preciso.
Con pequeños gestos, el día a día sube de nivel y las relaciones familiares se vuelven más sólidas. Sin este tipo de rutinas, la vida puede ser mucho más dura y sorprendernos negativamente. ¡No permitas que ocurra!
Para mejorar tu vida en pareja, aquí los 8 consejos para evitar la rutina de pareja o algunos comportamientos diarios que fortalecen la intimidad de la pareja más que el sexo. ¡No descuides ningún detalle de tu día a día!
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