5 hábitos que las mujeres deberían eliminar de su vida

Hay hábitos que se asocian a las mujeres y que deberían desaparecer, ¿quieres saber cuáles son? ¡Dale al clic y mira si son ciertos o no!

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Hombres y mujeres tenemos hábitos diarios que acaban por crear estereotipos y obligarnos a hacer posts como estos. En Zankyou, somos fanáticos de limar las diferencias para ayudar a evitar comportamientos y pensamientos sexistas en la sociedad. Así pues, os regalamos esta pieza con actitudes que algunas mujeres deberían obviar para evitar caer en los lugares comunes. Aunque muchas de ellas ya han huido del estereotipo, otras tantas siguen atrapadas en él. ¡Atenta a los consejos!

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Nota: También habrá un artículo destinado a los hombres y sus principales comportamientos a evitar.

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Foto vía Shutterstock: pathdoc

Limpieza

Quizá por la presión de la sociedad de antes, la limpieza parece cosas de mujeres. Quizá por eso, su obsesión por la misma es mucho más acusada que en los hombres. No debería ser así. Las igualdad en las tareas del hogar debería ser un hecho, no un esfuerzo. De hecho, hombres y mujeres deberían preocuparse por la limpieza de la misma forma para tener una vivienda en condiciones. Pero no es bueno obsesionarse y dejar de hacer algo que nos gusta por repasar por enésima vez el suelo del baño. Reparto de tareas o menos preocupación por la limpieza si ya cumple con los mínimos de higiene. ¡Nada de convertirlo en una manía!

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Foto vía Shutterstock: Nejron Photo

Preocupación por la imagen

Aunque los tiempos cambian, las mujeres son todavía más coquetas que los hombres. Por ello, aprovechan cualquier superficie reflectante o acristalada para echarse un vistazo. No hace falta comprobar el estado del pelo o de la cara cada segundo. La naturalidad y la autoconfianza son las mejores armas para la belleza externa de una mujer, sin desdeñar la interna, mucho más importante a la hora de relacionarse con los demás. Preocupaos más por mantener esa faceta a punto y dejad a un lado la superficialidad, la cual a veces reina ante la presión (injusta, pero existente, comprensible y difícil de gestionar) de la sociedad por ser perfecta o atractiva para otros/as. A la larga no es beneficioso. Alicia Keys lo deja claro en su cruzada contra el maquillaje: “Yo no quiero ocultarme más”. Ahora es ella misma.

Pesarse constantemente

La báscula es un buen aparato para mantener un control del peso de las personas, pero en ningún caso debería utilizarse como instrumento diario que dilate la obsesión por tener un buen aspecto. La pretensión de adelgazar a cualquier precio puede ser perjudicial para la salud y, sobre todo, privarnos de ciertos placeres que deben darse de vez en cuando. Aunque luchéis por mejorar vuestro aspecto y vuestra salud, no está mal darse un homenaje de vez en cuando o decir que sí a un capricho puntual sin castigaros. Sois personas libres y nada ni nadie debe enjaularos, ni siquiera vuestro peso. Además, la supuesta perfección que nos vende la televisión y el cine no es siempre tan perfecta. De hecho, nadie tiene la capacidad de valorar qué es y qué no es perfecto. La belleza del cuerpo es subjetiva.

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Foto vía Shutterstock: Dean Drobot

Criticar

Un flagrante estereotipo que se da en ocasiones cuando muchas mujeres se juntan. Quizá no sea tu caso ni el de tus amigas, pero no es un comportamiento aislado, por desgracia. Hablar de los demás, juzgar aspectos, criticar cualquier comportamiento que no compartamos y otras actitudes de desprecio hacia los demás son actitudes que podrían desembocar en una especie de bullying en el ámbito de los adultos. Este tipo de comportamientos no suelen quedar en petit comité y no sabemos que consecuencias pueden llevar a la persona en cuestión. Educación y respeto por encima de todo.

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Foto vía Shutterstock: Antonio Guillem

Machismo

El machismo de los hombres puede acabar en violencia. Es, por tanto, la peor representación del mismo sin ninguna duda. Sin embargo, uno de los machismos más tristes es el que profesan las propias mujeres, muchas veces sin darse cuenta. Ellas sueltan comentarios que engloban a las mujeres en un estereotipo que nadie debería haber implantado jamás. Varios ejemplos son las clases extraescolares, los colores de la ropa y los supuestos comportamientos dignos de su sexo, casi siempre asumiendo una debilidad inexistente. ¿Por qué las chicas no pueden jugar al fútbol? ¿Por qué se las tildaría de poco femeninas? Así pues, la atribución de aspectos o actitudes delicadas también mete a la mujer en un saco que la sociedad de hace tiempo se encargó de fabricar. ¿Por qué una mujer que se mancha o dice palabrotas es menos mujer? Todo ello está muy ligado con los derechos de la mujer y a la manía de alejar a las mujeres de la vida social en el pasado (a veces, también en el presente), como por ejemplo en el ámbito laboral.

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Foto vía Shutterstock: Yuganov Konstantin

Por suerte, la sociedad está evolucionando y cada vez se ven menos ejemplos de sexismo. Sin embargo, todavía hay restos de esta lacra que la propia sociedad se encarga de alimentar. Intentemos acabar con ella para no valorar a las personas por su género.

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