‘Antiguamente los retratos de novia se hacían en el estudio, cuando las cámaras tenían un formato mucho más grande y los fotógrafos preferían trabajar en un entorno más controlado.’ Así no lo cuenta la fotógrafa de bodas Perry Vaile, autora de una de las sesiones de novia más bonitas que circulan ahora mismo por la red, y a quien le hemos preguntado en primera persona por las principales razones para organizar una sesión de este tipo.
‘Antiguamente de lo que se trataba era de retratar a la novia con su vestido, y dejar un recuerdo para la posteridad. Hoy en día los motivos para hacer estas sesiones han cambiado’. También lo han hecho los entornos, que hace tiempo que dejaron atrás la seguridad del estudio profesional, para salir a espacios abiertos mucho más interesantes, tanto rurales como urbanos.
La característica principal de las sesiones de fotos con la novia es que el novio no está presente. No por qué esté de más, si no porque, en la mayoría de casos, se organizan antes de la boda. La novia, además, va vestida con su atuendo nupcial al completo: vestido, maquillaje, peinado… Es decir, no es una sesión preboda tal y como la conocemos. Tampoco es un trash-the-dress.
Las razones para hacer una sesión de este tipo con tu fotógrafo son muchas. ‘La primera y más importante es que se captura, no sólo el vestido, sino a la novia al completo. A ti, de novia. Una fotografía es algo que se toma en poco menos de un segundo. Es algo insustancial. Su verdadero valor llega años más tarde, mucho después de casarte.’
‘Un retrato con tu vestido de novia te servirá a modo de recuerdo de la persona que fuiste, una imagen de tu yo pasado, en pleno apogeo del amor. Tiene belleza por derecho propio’.
Otra de las razones de peso que más nos han convencido a la hora de realizar una sesión de este tipo es que se establece una relación íntima entre el fotógrafo y la novia. No ya sólo para el profesional, acostumbrado a ponerse detrás del objetivo, sino también para la novia, que tendrá tiempo de sobra para hacerse a los manerismos del fotógrafo. ‘Es una sesión de aprendizaje a través de la interactuación’. Un ensayo error.
Estar a gusto delante de la cámara es, de hecho, una de las cosas más importantes a la hora de crear una imagen. ‘La clave para que una foto sea bonita es que el sujeto del retrato se encuentre cómodo con el hecho de que le estén fotografiando’. Si consigues esto antes del día de la boda, la sesión habrá tenido sentido por sí sola.
Asimismo, las sesiones con la novia sirven de excelente book preboda. ‘Muchas novias optan por producir una imagen que más tarde pueden desvelar el día de la boda, durante la recepción anterior al banquete por ejemplo’. La quinta y última razón -y quizás la más práctica: la sesión ‘sirve como ensayo final del look de la novia, tanto del peinado y el maquillaje como del vestido. Muchas veces no tenemos tiempo de sentirnos cómodas dentro del traje hasta el mismo día de la boda’
Los escenarios preferidos por esta fotógrafa: cuaquier espacio en plena naturaleza, como en lo alto de una montaña, a campo abierto o junto a la costa, frente al agua de un lago o el mar.
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