El amor es el gran desconocido de los sentimientos, aunque exista desde que nacieron los primeros hombres. Todos los seres humanos lo sienten de alguna forma, pero cada uno de ellos lo experimenta a su manera, sin que nadie consiga comprender por qué. Sin embargo, los estereotipos, siempre presentes en la vida para bien o para mal, suelen ganar ante la incertidumbre. Tirando de estereotipos, los hombres suele ser los que más acogen estos comportamientos y suelen meter la pata. ¿Cómo ser romántico? Hoy te vamos a enseñar lo que NO debes hacer, pues lo que SÍ debes hacer es cosa tuya y de tu pareja.
Objetos amorosos
Pensamos que el amor es superficial, pero un regalo no siempre implica que uno de los miembros de la pareja sea así, siempre y cuando el obsequio tenga su historia o sea realmente especial para el regalado. Por ello, las flores, los peluches, los corazones y todos esos regalos concebidos por la sociedad para el amor no son nuestras opciones ideales, a no ser que esa persona especial realmente se derrita ante ellos. Solo te pedimos que conozcas a tu pareja y que no te dejes llevar por lo que dicen las tiendas o las películas. Aquí mandas tú.
Pedir matrimonio delante de gente
Ya tenemos un post entero dedicado a 7 técnicas que JAMÁS debes utilizar para pedir la mano de tu pareja y 1 consejo para ser original. Por ello, te volvemos a recordar, quizá con mayor vehemencia, que proponer matrimonio en público es un error, sea cual sea el aforo. Un momento clave en la vida como ese merece la más absoluta intimidad y una buena dosis de originalidad. Además, ser rechazado en público sería uno de los mayores golpes de tu vida. ¿Te imaginas mirar a la cara a alguien después de eso? ¿Y si algún gracioso lo sube a Youtube? Tardarías milenios en olvidarlo.
Situaciones encantadoras
Tanto hombres como mujeres se sienten presionados por la rutina. Por ello, planean momentos especiales que normalmente vienen dictados por la naturalidad y la espontaneidad. No se puede planear todo. Así pues, la mítica escena de la cocina, ambos manchados de harina o crema pastelera, está cogida por los pelos si buscas añadir salsa a vuestra vida romántica y sexual. Es un ejemplo, pero hay otros, como recorrer Ikea e imaginaros una vida juntos. Como decimos, la vida de cada relación es única y no depende de los “manuales del amor”.
Incursiones familiares
Si acabáis de empezar, quizá no sea buena idea que vayas con la madre de tu pareja de compras, por poner un ejemplo obvio. Tampoco que te presentes a una cena familiar por sorpresa cuando nadie te conoce. En esos momentos, cuando resulta descortés pronunciar frases como “lárgate de aquí, pardillo/a”, tendrás que quedarte a cenar y, de manera incómoda y nada planeada, formalizar la relación. Este tipo de numeritos resultaban encantadores en las películas de los 90, pero ya se empieza a ver la realidad del asunto: no, no es romántico. No lo hagas jamás y espera a ser invitado/a.
Canciones en público
En petit comité, como parte de un juego, el tema música puede funcionar para rebajar la fuerza de la rutina. Sin embargo, las canciones en público, ya procedan de tu propio arte o del ajeno (mariachis, tuneros, etc.), no son recomendables para potenciar el carácter romántico de la relación. ¿Por qué, si lo hemos visto en tantas pelis? Porque el cine no siempre es real y magnifica todo. Cuando se da una de estas circunstancias, la gente de alrededor te observa o mira para otro lado por vergüenza. Tu pareja, si es más o menos normal, tampoco sabrá qué mirar o qué hacer después de sonreír unas cuentas veces. Aunque parezca romántico, este gesto es más bien incómodo.
Peleas (válido sobre todo para hombres)
Los hombres poseen más testosterona que las mujeres (entre 20 y 40 veces más) y quizá por ello sea más fácil verles inmersos en acaloradas peleas. De hecho, hay 23 discusiones diarias que todas las parejas tienen. Aunque algunos hombres pueden pelearse por cualquier nimiedad, sus parejas son el motivo fundamental, sobre todo si otra persona se atreve a mirarlas o a soltar un comentario sobre ellas. Cuando los insultos por dicha insinuación acaban en tortazos, el hombre triunfador se siente importante. ¡Error! Tu pareja, a no ser que viva mentalmente en otra época, te verá como un cromañon. Si no consigues acabar una discusión con argumentos verbales, quizá no estés hecho para esa persona especial. Parece romántico, pero piensa que lo haría John Wayne y no Colin Firth (lo hizo en Bridget Jones, pero formaba parte de la comedia y no sirvió para nada). ¡Haz el amor y no la guerra!
¿Quieres aprender a ser romántico? Empieza con saber qué no debes hacer para conseguirlo. Más adelante, cuando hayas aprendido la lección, bucea en el interior de tu pareja y saca a la luz cómo hacerla feliz con 7 claves. El romanticismo implica esa búsqueda.
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