7 malos hábitos que los hombres deberían eliminar de su vida

Comportamientos y comentarios desfasados que todos ellos deberían dejar en el pasado para acabar con el sexismo.

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En nuestra cruzada contra el sexismo, y teniendo en cuenta la importancia de mantener la esencia de cada género, en Zankyou volvemos para aconsejar a nuestros lectores, esta vez a los masculinos. Al igual que las mujeres, los hombres tenemos ciertos malos hábitos que, inherentes a un mundo de desafortunados estereotipos, deben desaparecer para limar diferencias, romper complejos y acercarnos más al siglo XXI. Aunque muchos hombres ya se han quitado el traje del pasado, otros muchos siguen inmersos en un mundo apolillado donde reinan ciertos comportamientos nocivos.

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Foto vía Shuttertock: pathdoc

Falta o exceso de cuidados

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Ambos extremos son perjudiciales. Los tiempos han cambiado y los hombres (sobre todo los jóvenes) se preocupan más por su imagen, pero todavía hay un sector de la población masculina que no se aplica el cuento. La falta de higiene (olor, dientes, manos…) y la ausencia de estilismo a la hora de peinarse o vestirse es alarmante en muchos casos. Si ellas se preocupan por estar guapas, ¿por qué ellos pasan de todo? La falta de decoro por la calle y con otras personas también debería englobarse aquí.

Por otro lado, otro sector de ese grupo masculino se excede en determinadas labores de higiene y cuidado. Hay hombres que se arreglan tanto que se convierten en un producto artificial muy alejado del original. Igual que buscamos la naturalidad en las mujeres y una mayor ligereza a la hora de arreglarse, los hombres deberían hacer exactamente lo mismo y no parecer un subproducto de ellos mismos.

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Foto vía Shutterstock: Syda Productions

Agresividad y fanatismo

Los hombres manifiestan sus pasiones con agresividad y fanatismo. Ello nubla su razón y les convierte en verdaderos animales. Sus argumentos visitan los lugares comunes y pierden la perspectiva. Además, ante la rabia y la frustración, golpean cosas e insultan. Un reflejo de su yo anterior que descubría el fuego con piedras.

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Foto vía Shutterstock: Marcos Mesa Sam Wordley

Grupos de hombres

Los hombres en grupo se embrutecen por razones que vienen de tiempo atrás. Juntos, olvidan su personalidad y se convierten en una manada de neandertales. Sus temas de conversación basculan entre los deportes y las mujeres, realizan competiciones absurdas, beben alcohol y entonan alaridos como quien llama a un rebaño de ovejas. Estas tres son las patas que sustentan parte de su vida social. La cultura y la interacción con mujeres parecen estar prohibidos. Sus grupos de WhatsApp son sus vías para desahogarse y embrutecerse de vez en cuando, con material no apto para ciudadanos contemporáneos. Parece un estereotipo, pero se repite demasiado.

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Foto vía Shutterstock: Master1305

Soberbia de macho

Esta bien sentirse orgulloso de ser hombre, pero está mal estereotipar el género con las lecciones del pasado y olvidarse de la variedad masculina que ha llegado con los años. Por ello, el desprecio de algunos hombre por otros que no forman parte de ese estereotipo es un mal que debe erradicarse. El respeto es clave en este ámbito, así como la apertura me miras que permite bucear y conocer a personas de todo tipo. Y es que, hay comportamientos que todavía se asocian al hombre (arreglar cosas, conducir, la valentía -o insensatez-, la orientación…) y que instalan una presión social que puede desembocar en falta de confianza. Los hombres son personas y no deben estar etiquetados. Ya no existen los John Wayne de turno.

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Foto vía Shutterstock: nd3000

Ligoteo

Hablamos de esos chicos que siguen anclados en el pasado en cuanto a cortejo se refiere. Las frases de turno, escritas en el manual del ligón barato, ya huelen entre el público femenino de este siglo. No intentéis ligar con una hipster con el típico “qué bebes guapa, que te invito” o “tu cara me suena de algo”. Quizá la chica hiera vuestro orgullo con una frase mordaz que no entendáis.

Tampoco gustan los babosos que utilizan las discotecas para revolotear de flor en flor. Ni siquiera las peticiones vía online que ocultan malamente una invitación a visitar su templo del amor. Los creídos no son plato de buen gusto de casi nadie, excepto de las horteras de polígono, y la técnica del borde solo triunfa si eres del rollo inteligente y atormentado.

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Foto vía Shutterstock: nd3000

No escuchar

Es un estereotipo que los hombres no saben escuchar, pero los estereotipos se fundamentan en una filosofía pasada que suele dejar vestigios de ella en el presente. Antes, estaba establecido que la opinión de las mujeres no importaba.

A muchos de ellos les cuesta abrirse o dejar que los demás se abran para mostrar sus inquietudes o penas. De hecho, cuando se juntan en manadas, los hombres desprestigian los temas de conversación o planes que hacen con sus parejas para divertirse entre risotadas simiescas. Muchos no saben de empatía y no llegan a conocer a sus parejas del todo por un exceso de egoísmo. Después, algunos se sorprenden de que su relación haya terminado. Pobrecitos.

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Foto vía Shutterstock: Stokkete

Machismo

Aunque se ha avanzado mucho en materia social, los hombres siguen manteniendo un poso machista que sale a la luz en determinadas ocasiones. Aunque el reparto de tareas empieza a implantarse, todavía hay mujeres que trabajan el doble que los hombres en la casa. De hecho, algunos de ellos dan por hecho que debe ser así.

También, hay comportamientos supuestamente educados que, influenciados por la sociedad del pasado, atentan contra el género femenino a través de detalles aparentemente inofensivos. Hablamos de los comentarios y actitudes que colocan a la mujer como un ser delicado, incapaz  y dependiente de los hombres. De hecho, todo ello está estrechamente ligado con un sistema antiguo que trataba de reprimir a la mujer y alejarla de la vida social coartando sus derechos. También hay comportamientos diarios, comentarios, frases hechas y pensamientos incontrolables que refuerzan esas teorías, generalmente ligados al ámbito laboral, de la conducción o del hogar.

La violencia machista es la peor representación de este mal que debería erradicarse cuanto antes. Las agresiones físicas son imperdonables, pero se ha desatendido erróneamente la violencia psicológica, a veces mucho peor a largo plazo. Hay mujeres que sufren el menoscabo de su persona y la humillación por parte de sus parejas. Este tipo de conductas minan el autoestima de las mujeres y pintan un panorama desolador de obligada eliminación.

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Foto vía Shutterstok: Rawpixel.com

Queremos una sociedad justa e igualitaria de la que aprender cada día. El mundo cambia y sus integrantes lo hacen con él. ¿Por qué no acabar con todo lo que nos convierte en seres alienados, injustos y aburridos? Descubre también 5 hábitos que las mujeres deberían eliminar de su vida y 8 malos hábitos que deberías suprimir al vivir en pareja.

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