¿No sabes cómo pedir matrimonio a tu pareja? En primer lugar, deberías saber que el chico no es el único con derecho a hacerlo en las parejas heterosexuales. Si eres chica y quieres casarte sí o sí, no sabemos muy bien a qué esperas. Lánzate a la piscina y prueba suerte. En el equilibrio y en la rotura de estereotipos sexistas reside el poder de nuestra generación y las venideras. La pedida de mano es el primer paso, el momento en el que empieza una nueva aventura juntos y por eso es algo que hay que pensar bien y hacerlo con ganas de que sea algo especial e inolvidable para los dos. Hay muchas formas de hacer una pedida de mano, pero lo importante es que encuentres la ideal para ti. Y nosotros, te vamos a decir varias técnicas que NO debes utilizar bajo ningún concepto para pedir la mano en cualquier relación sentimental. ¡Échale imaginación!
Anillos en pasteles
Pretty Woman y las películas de ese estilo son de los 90. Ya que ha pasado mucho tiempo desde esos maravillosos años, intenta volver a la realidad y ser original. La comida no es un vehículo para pedir matrimonio y menos aún si tu pareja corre el riesgo de atragantarse con el anillo de compromiso. Además, un anillo pringoso no es plato de buen gusto para nadie. Tu pareja, que quizá sí viva en este siglo, entenderá que los tópicos no van con ella. Mucho cuidado. Pídeselo en un museo, viendo su cuadro favorito, antes de fastidiar un buen postre.
Megafonía
Vuestro amor os pertenece y no deben saberlo ni los asistentes a un cine, partido de baloncesto o piscina municipal. Nadie debe anunciar tu compromiso previa pedida en un estadio repleto de hinchas. Todos os mirarán y tu pareja se sentirá presionada y agobiada. ¡No lo hagas! No es romántico, sino cursi y ridículo (para buscar alternativas, véase el punto anterior). Un tópico de los peores. Sin embargo, el mundo tiene ases en la manga y guarda sorpresas para los que quieran hacer algo similar sin caer en lo de siempre. Recientemente, fuimos testigos virtuales de una pedida entre un jugador y una jugadora de baloncesto. Después de un dos contra dos de lo más íntimo, en el que el chico arrasó y vaciló a su chica por ganarla, el jugador fingió que se lesionaba y, tras simular un punzante dolor en su pierna, sacó un anillo. La novia se emocionó. Las personas de alrededor, todos amigos, aplaudieron extasiados. Así, sí.
Restaurantes
Llevar a tu pareja a cenar y terminar la velada sacando el anillo está muy visto, quizá demasiado si quieres seguir con esa persona. Preferimos que pidáis unas hamburguesas, las devoréis en el coche y, después de limpiaros el ketchup, le hagas la famosa pregunta. ¿Se lo esperará? Depende de cómo seáis, pero resulta mucho más original que una cena de gala, luz tenue y algún violinista amenizando la escena. Sáltate las “normas” y triunfarás.
Música folclórica
Ni tuna, ni mariachis, ni sevillanas, ni flamenco… Todo lo que ya se ha utilizado en otras décadas y siglos déjalo para las películas de los años 60. Parece romántico, pero roza el empalagamiento y clarifica la ausencia de imaginación y recursos. Tú, que eres una persona del nuevo siglo, millenial, moderna y con buen gusto, puedes hacerlo en un concierto íntimo de música acústica, pero debes ejecutar el plan sin que resulte hortera. Aunque no te recomendamos hacerlo en mitad de un grupo de personas, pues se trata de un momento íntimo que debe quedar entre vosotros, hay situaciones que sí merecen esta prueba de amor. Pero asegúrate de que tu pareja te quiere y que pretende casarse, pues el ridículo podría ser de los que hacen época. Y seguro que saldría en Youtube.
Rosas rojas
La rosa es una de las flores más bonitas y queridas, pero también se ha utilizado en exceso y se ha limado su poder seductor. Los regueros de pétalos por el suelo, como senda hacia el amor de vuestra pareja, es una costumbre que se debe eliminar. Aunque es romántico, entra dentro del apartado más negativo de este concepto y, por ello, el siglo XXI debe eliminarlo de sus posibilidades. Se ha convertido en una técnica algo desfasada y poco original con un final sin lugar a las sorpresas. Se ha supuesto que los pétalos de rosa van a gustar siempre, aunque la novia o el novio jamás hayan hablado del tema. Lo importante es conocer a la pareja y actuar en consecuencia, haya o no haya reguero (si lo hay, sería divertido colocar su chocolatina favorita, galletas o cualquier cosa que le haga reír).
Hincar la rodilla
Es el paradigma para pedir matrimonio. No obstante, según muchas declaraciones de novios y novias, resulta tan típico como antiguo. Curiosamente, esta práctica legendaria, por la que el hombre parecía entregarse a su amada para venerarla, respetarla y hacer todo por ella (tiene que ver con la pleitesía de los caballeros medievales hacia sus reyes), resulta paradójica teniendo en cuenta cómo era la sociedad de entonces, más bien machista. Por tanto, no estaría de más cambiar el hábito, el cual muchos ya se han quitado, y buscar una alternativa. Para empezar, no pasa nada por estar al mismo nivel. Para seguir, el respeto se debe dar por supuesto y, sobre todo, cumplirlo a rajatabla.
Traje, corbata y flores
Si te gusta vestirte bien permanentemente, nos parece estupendo que aparezcas como un pincel ante tu chica con tu traje y corbata/pajarita. Si lo haces solo para tu pedida, parece forzado y visitarías el pantanoso terreno de los tópicos. Sucede como en Nochevieja: en la primera, traje, corbata y lo que haga falta, pero, con el tiempo, intentas buscar tu estilo dentro de la elegancia. Aquí pasa algo parecido: ¿es necesario instalarse en una costumbre social e ignorar la personalidad propia? Sé tú mismo siempre. Ello no implica acudir zarrapastroso a esa cita tan importante, pues la clase y el buen gusto pueden darse en cualquier estilo, siempre y cuando te respetes a ti mismo. Puedes arreglarte un poco más, pero sin que se note demasiado. Las flores… Bueno, a algunas personas les encantan y son todo un acierto, pero a otras no. Tenlo en cuenta.
Consejo Zankyou: El anillo no es la única opción
No os engañéis. Nos gusta el anillo, porque hay tradiciones que pueden convivir con los nuevos tiempos, pero es cierto que también nos gusta la originalidad. El anillo es una opción perfectamente válida, pero insuficiente para alguien que no siente nada especial hacia él. ¿Qué hacer? Bucear en la personalidad de la pareja y regalarle un obsequio de pedida que comulgue con su forma de ser. ¿Otra joya? ¿Un libro? ¿Un reloj? ¿Un objeto de gran valor sentimental? Un detalle, en definitiva, que diga mucho de esa persona especial. Seguir algunas tradiciones es importante, pero no es positivo adherirse a ellas por sistema cuando existen otras opciones. El anillo solo si la persona lo desea.
¿Has tomado nota? Si pretendes pedir matrimonio a tu media naranja, sé original y evita los lugares comunes. Si ya lo hiciste y te viste atraído por una de estas técnicas, esperamos que, al menos, a esa persona especial le gustara. Te dejamos este vídeo con más ideas para pedir matrimonio que te van a encantar:
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