Netflix ha revolucionario la forma de consumir cine y series. Con su sistema cómodo y sencillo de streaming, y una alta producción original (y no original), ha conseguido instalarse en un sinfín de viviendas. Todas ellas disfrutan cada día de sus mieles, expuestas en tarros lujosos solo aptos para consumidores con buen gusto, y anunciados con campañas de publicidad brillantes.
Pero, si todavía no estás muy al día, te mostramos siete series producidas por Netflix y dos regalos de siempre que, sin pertenecer a la plataforma, han encontrado su sitio en la misma para seguir emocionándonos después de varios años. ¡Apunta!
Stranger Things
El boom mundial que ha eclipsado por un tiempo el fenómeno Juego de Tronos. Y es que Stranger Things no solo es adictiva, sino que alberga una incontestable sensación de ternura, aventura y nostalgia, todo en el mismo paquete. Dicho producto está ambientado en la querida década de los 80 y se alimenta del cine y del entretenimiento de esos años, con constantes guiños y manteniendo la esencia de sus tramas, sus paisajes, sus códigos y su atmósfera única.
Destaca por el magnetismo de sus protagonistas, cuatro preadolescentes (Mike, Dustin, Lucas y Will) que tendrán que afrontar la desaparición de uno de ellos. ¿Dónde? En un extraño mundo llamado Del Revés, concebido como un universo paralelo en el que habitan criaturas inciertas. También aparece Winona Ryder, un policía con ganas de saber más y otros adolescentes combativos y misterios de lo desconocido que deberán afrontarse desde el mundo conocido. Y, la guinda del pastel, cómo no, la pone Once, una joven con poderes que tambaleará los cimientos de la vida de estos chavales. Los cinco niños se han convertido en estrellas mundiales.
Narcos
Narcos cuenta las andanzas del narcotraficante Pablo Escobar durante la manutención de su imperio, aunque la historia viajará de un bando a otro, con la perspectiva de delincuentes y policías. Porque Estados Unidos y su DEA (Administración para el Control de Drogas), así como las autoridades colombianas, serán los responsables de capitanear el desbaratamiento del cártel de Medellín. Porque esta banda criminal no fue cualquiera, sino una de las más grandes, ricas y sanguinarias de los últimos tiempos, capaz de controlar no solo el mercado de la droga, sino un país entero gracias al poder del dinero y la delincuencia.
La serie es interesante porque permite observar de primera mano las entrañas de una banda criminal. También juega con la moralidad y diseña trampas para empatizar con los buenos y con los malos. Pero, sobre todo, permite liberarse de prejuicios y poner a prueba a las personas que, admirando ciertas tropelías, sí saben diferenciar entre ficción y realidad.
Por trece razones
La adaptación que Netflix hizo del libro homónimo de Jay Asher triunfó la pasada primavera, hasta el punto de convertirse en uno de los fenómenos del año. Resulta obvio que la plataforma convierte en oro todo lo que toca, pero la historia en sí ya traía miga, pues el bullying nuca se había mostrado tan abiertamente.
Hannah Baker es una chica normal, más o menos popular que, tras su suicidio, deja una pila de cintas de casette a 13 personas. Aunque quizá no lo sepan, estas 13 personas han motivado en mayor o menor medida el suicidio de la joven, la cual se ha visto asaltada por el acoso escolar y ha quedado recluida en un mundo de soledad. Así, a través de Clay Jensen, protagonista y oyente de las cintas en el que se centra la serie, el espectador descubre todos los puntos de un tema realmente complejo.
Pero la serie no solo trata el tema del bullying en sí, sino la concienciación social sobre el tema, así como el miedo y los prejuicios que han impedido afrontar el problema de manera implacable. A veces, hay enemigos que, sin pretender hacer daño, perjudican mucho más que los verdaderos malos de las historias. Y, tranquila, esta información no contiene ningún spoiler.
House of Cards
La serie lleva semanas en el ojo del huracán por las recientes y repugnantes informaciones sobre su protagonista, el oscarizado Kevin Spacey. Y, aunque Hollywood está dando con razón la espalda al actor por sus numerosos casos de acoso sexual, no es razón para menospreciar su trabajo como actor y disfrutar de una de las mejores series del momento. Porque House of Cards fue la encargada de lanzar Netflix al estrellato y tiene multitud de razones para ello.
La serie está basada en un drama político británico que David Fincher (entre otros) llevó a la plataforma de streaming y que adaptó a la política estadounidense. En la ficción, el congresista Frank Underwood (Spacey) y su mujer Claire (Robin Wright) tratarán de alcanzar a cualquier precio el mayor escalafón del poder. Para ello, una sucesión de soliloquios brillantes, diálogos afilados, dobles caras, estrategias y personajes únicos colocan las bases de una serie misteriosa que desentraña los bajos fondos de la política americana.
Black Mirror
Su fama se debe al impacto que genera cada uno de sus polémicos episodios. Black Mirror, dividida en capítulos independientes a lo largo de sus cuatro temporadas, cuenta historias de ciencia ficción inscritas en contextos de un futuro perfectamente posible. Desde la sátira, cada historia se centra en el peligro que supone un avance tecnológico. Este avance es criticado agudamente con la representación de un universo casi distópico y poco personalizado, donde la tecnología reduce las vivencias y nos convierte en máquinas. Las redes sociales y el poder de Internet, capaces de anular la interacción física, el respeto y el contraste de información son algunos de sus temas recurrentes, pero también la robótica, la superficialidad, el egoísmo y la alienación de las masas, por ejemplo. El resultado casi siempre es negativo, incluso un caos.
Orange is the New Black
Esta ficción carcelaria, a caballo entre comedia y drama, es otra de las series que Netflix siempre ha tenido entre sus caballos ganadores. La historia está basada en el best seller y vivencias reales de Piper Kerman (Piper Chapman en la serie) durante su encarcelamiento por un antiguo crimen de drogas. Allí, pasará de ser una mujer delicada y estereotipada a una luchadora que tendrá que pelear por lo que es suyo, además de reencontrarse con un antiguo amor que le hará recuperar su verdadera identidad sexual. Temas como la represión y el abuso de poder sobrevuelan constantemente y dan empaque a una serie aclamada por crítica y público.
The Crown
Está basada en la obra de teatro The Audience de Peter Morgan y se centra en la complicada relación que existe entre la realeza y el gobierno británico. Cada temporada investiga la vida pública y privada de Isabel II, desde el comienzo de su reinado (mitad de siglo XX), con tan solo 25 años, hasta las décadas posteriores.
La primera temporada empieza fuerte, con este nueva cara en la monarquía británica y Winston Chruchill como Primer Ministro. Alrededor, amores, elucubraciones y estrategias que colocan un complicado entramado político y social oculto tras las buenas apariencias.
Friends
Cuando Friends llegó a Netflix, con el añadido del HD y su sencilla accesibilidad, las noticias llenaron todos los portales de entretenimiento. Y es que la serie de los seis amigos de Manhattan nunca pasa de moda, ni siquiera 23 años después de su estreno y 13 desde su final. Friends ha sembrado una filosofía de vida y ha influido en varias generaciones, las cuales siempre encuentran ejemplos de su vida en sus episodios.
Para quien haya vivido en una cueva durante las dos últimas décadas, Friends habla del camino hacia la edad adulta mientras se disfruta de la inocencia, la inmadurez y los amigos en la veintena y treintena, entre el fin de los estudios y el asentamiento laboral y personal. Porque, a pesar de las casas molonas que Chandler, Rachel, Ross, Phoebe, Joey y Monica tienen en el Greenwich Village neoyorquino (¿quién podría permitírselo a esa edad?), los seis amigos se enfrentan a relaciones insanas, problemas laborales, disyuntivas existenciales y temores al compromiso, tal y como nos pasa a nosotros, pero con el extra de su maravilloso humor.
Perdidos
Aunque ya existían joyas como Twin Peaks, Los Soprano o Sexo en Nueva York, Perdidos podría considerarse la primera serie en forjar el ‘fenómeno fan’ tal y como lo conocemos hoy en día. Este fenómeno nació no solo por la serie, sino por las redes sociales y la posibilidad de comentar a todas horas o de generar teorías. De hecho, la taquicardia ante el posible spoiler se potenció sobremanera con Perdidos.
La serie también trabajó la obsesión que nació en muchos de sus seguidores. Con el uso del cliffhanger (dejar un capítulo abierto para generar incertidumbre en el espectador), la masa que disfrutó con Perdidos encumbró su suspense y misterio, y también empezó a popularizar la fantasía. Con Juego de Tronos y Stranger Things se ha confirmado.
Así, en esta isla repleta de incertidumbres, con un amplio grupo de personajes perdidos tras un accidente de avión, las relaciones humanas pasan a un siguiente nivel, el destino interpreta un papel más y las fuerzas desconocidas ejercen su poder, todo ello en el contexto de una aventura total en plena naturaleza.
Netflix vive en nuestras casas y extiende su poder fuera de ellas gracias a su presencia en dispositivos móviles. Pero, para este otoño/invierno, disfruta mejor de la plataforma en el hogar, con tu pareja, una buena manta y lo mejor de la televisión de calidad.
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