Con todo el festival de bodas en el horizonte, resulta difícil no repetir vestido en alguna de ellas. Y hay muchas opciones, muchísimas, tantas como granos de arena en una playa, pero a veces es difícil encontrar el vestido estrella, sobre todo en verano.
En esta ocasión, traemos tres modelos del pasado que han vuelto a revolucionar, de los que destacan y se plantean como opciones serias cuando no distinguimos entre el resto de posibilidades. Con el protocolo trastocado por la posmodernidad, la vanguardia y ligereza del nuevo siglo, siempre hay espacio para las sorpresas. Así, te presentamos el qipao chino, el esmoquin y el vestido bohemio y vaporoso.
El quipao chino
Una obra de arte de tiempos inmemoriales rescatada con la pretensión de convertirse en la joya moderna del año. Desde hace años, el estilo oriental siempre se ha mostrado original en las bodas, como un soplo de aire fresco y exótico. En esta ocasión, la influencia de la cultura manchú de China se filtra en 2018 a través del célebre quipao, maestro en entallar y feminizar a cualquier mujer. El vestido, exhibiendo una tela ceñida, cae desde el cuello cerrado hasta las rodillas, donde la falda muestra detalles de las piernas con dos aberturas laterales. La composición queda firme a la par que misteriosa y sexy.
El esmoquin
Nos encontramos en un momento de la vida en el que se han limado un poco más los géneros, permitiendo las mezclas, los préstamos y las revoluciones. Si ya vimos cómo el mono permitía el uso del pantalón por una mujer a través de un vestido, hoy nos subimos a la categoría de los trajes para chicas, en concreto del esmoquin, uno de los que ostentan la más alta etiqueta.
Y no es que el uso del esmoquin por las mujeres sea algo nuevo (Yves Saint Laurent lo adaptó en los 70), pero en lugares como España apenas se utiliza. Y es una pena, pues en negro, azul noche y verde oscuro es una opción elegante a la par que sensual, y válida para cualquier boda de noche. Se imprime el toque femenino con la incorporación de una camisa casi imperceptible, generando un escote profundo. Esta temporada, Massimo Dutti se ha llevado los honores con su versión de esta gran opción para chicas sin complejos.
El vestido bohemio y vaporoso
El vestido bohemio y vaporoso ha vuelto, con la influencia de los años 60-70, estandartes de la cultura hippie y desenfadada. Y tiene sentido, pues esta retrospectiva de la moda ha bebido de eventos como los festivales de música tipo Coachella, escaparate de la moda bohemia y cool con este tipo de conjuntos hippies. Estos ambientes reflejan el fin de los límites a la hora de vestir, volviendo a la moda de los 60, 70, 80 y, últimamente, 90.
Con la idea del vestido de escote bardot y el corte caribeño de antiguas colecciones de Oscar de la Renta, esta moda ha regresado para bodas de días y de noche, en corto y en largo. Los estampados florales son los favoritos para acompañar e incrementar ese toque bohemio, que habla de la naturaleza y de la pureza.
Tres novedades del pasado que vuelven con fuerza para instaurar la diferencia, la clase y la modernidad en la bodas veraniegas de 2018. Hoy en día, lo que triunfó no tiene otra que volver a arrasar.
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