Beyoncé fue una de las flamantes invitadas a la boda de Serena Williams. La estrella mundial se coronó como la celebrity más potente del sarao que montaron Serena y Alexis Ohanian, y no solo por su nombre, éxito y todo al arsenal de glamour que la precede. Queen B dejó alucinado al personal con su sorprendente look de invitada, casi eclipsando a la mismísima Kim Kardashian, que también se dejó ver por la boda de la tenista.
El modelito de Beyoncé fue tan potente que muchos se preguntan si resultaba adecuado para una boda. Allí donde deben primar la clase y la sofisticación, Beyoncé, que va sobrada de todas esas virtudes, decidió ir un paso más allá y jugar con la polémica. Para empezar, su vestido dejaba al descubierto un escote tan pronunciado como un acantilado del Cantábrico.
Pero eso no fue todo. El diseño, verde botella y asimétrico, dejaba ver sobradamente uno de los musculosos muslos de la reina del R&B, culpable junto a su gemelo de los logros que ha obtenido desde su inmersión en el mundo del espectáculo. Aun así, Beyoncé se mostró elegante a la par que provocativa, dos adjetivos que no tienen por qué enfrentarse, sino alimentarse para sorprender a todos. Y así sucedió.
Junto a esta pieza, la intérprete de Single Ladies utilizó unas sandalias doradas que alargaron sus piernas y realzaron sus espectacular figura. También añadió un toque delicado a base de deslumbrantes diamantes: un collar adherido al cuello y dos finos pendientes. En materia de complementos, completó el outfit con un bolso de lo más extraño, cuya forma, más similar a un paraguas a medio cerrar que a un accesorio en el que guardar el móvil, tampoco dejó indiferente a nadie.
Redondeó la jugada con un peinado revolucionario, inédito en una boda. La cantante anudó su kilométrica melena rubia en una coleta desde la base de la cabeza, soltando el resto del cabello a su antojo. Este, rematado con extensiones de rizo afro, llegaba hasta sus rodillas. Una obra de arte por su impresionante efecto y la controversia generada. Algo solo aplicable a Beyoncé Knowles.
Pero, ¿por qué Beyoncé se la jugó en una boda tan exclusiva? Al analizar el look al detalle, comprobamos que el vestido es más propio de una boda de verano que de invierno. El bolso parece de película futurista y el pelo una oda a los años 80 más eclécticos. Pero cuando entre las invitadas está una tal Kim Kradashian, maestra en hacer de la polémica un juego, todo intento por superar su órdago es poco.
Ambas divas fueron amigas en el pasado y tienen a sus maridos raperos, Jay-Z y Kanye West, enfrentados desde 2006, asunto que no mejoró la situación. Pero Queen B, en el punto de mira, arriesgó y añadió la elegancia que no siempre vemos a la jefa del clan Kardashian-Jenner. Aun así, Kim, de la que no tenemos fotos, apostó en esta boda por el minimalismo con un vestido negro y largo del diseñador australiano Alex Perry, y lo completó con una sencilla cola de caballo. Se cambiaron las tornas, pero no sabríamos decirte quién ganó.
Además, ¿quién no lo daría todo por deslumbrar en la boda de una gran amiga? Lo malo es que Beyoncé quizá pasó por encima de Serena Williams, la cual, increíble con sus tres atuendos de novia, ha comprobado cómo su amiga cantante ocupa muchos de los titulares. ¿Se acabará hablando más de Beyoncé que de Serena?
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