Las masías se han convertido en uno de los lugares predilectos para celebrar una boda. El campo catalán ha demostrado ser un activo fantástico para sentir la magia de la celebración en plena intimidad, sin renunciar a la cercanía con las grandes ciudades de la comunidad autónoma. Can Vidal, en la comarca del Penedés, es una clara muestra de ello, tan obvia que solo hace falta echar un vistazo para apreciar sus encantos.
Magia rural
El campo sigue enamorando, pase el tiempo que pase y a pesar del crecimiento de las ciudades y de la tecnología. Tiene algo especial y las constantes excursiones y experiencias rurales así lo demuestran. Por ese motivo, las bodas, a las que les suele quedar como un guante el traje más auténtico de la naturaleza, ganan enteros cuando se ubican en un entorno campestre.
En el caso de Can Vidal, nos encontramos con una masía del siglo XII con la esencia intacta de su pasado glorioso. Conserva los mismos espacios y encantos, pero adaptados a las exigencias de comodidad del siglo XXI. Por otro lado, en pleno corazón de la comarca del Penedés es fácil triunfar, pero, además, la finca de 4,5 hectáreas se alza como tesoro del lugar y brilla con un esplendor único en contacto con la naturaleza circundante. Entre este abanico natural resaltan los viñedos que se extienden alrededor del complejo, y que se presentan como escenario perfecto para fotos inolvidables.
Espacios perfectos
Siguiendo con la impronta rural, destaca el granero reformado para ubicar a un total de 110 invitados. Hablamos de un espacio amplio construido a base de piedras y vigas, sin renunciar a la belleza de entonces, pero con todo lo necesario para una boda actual. En esta estancia, tanto el cóctel como el banquete son dos partidas que lucen de una forma especial, tanto que cualquier invitado recordará la experiencia durante mucho tiempo.
El jardín con piscina es otra de sus grandes bazas. Acompaña a la masía de piedra y entrega una estampa de extraordinaria belleza, repleta de autenticidad y buen gusto. Un terreno pensado para organizar ceremonias, cócteles y banquetes bajo el manto del sol o de las estrellas, sobre todo en primavera y en verano.
Asesoramiento constante
Una boda es un momento único en la vida de una pareja. Por ello, cada detalle es imprescindible y siempre es mejor dejarlo en manos de profesionales. Así, Can Vidal cuenta con un equipo de eventos especializado en organizar bodas acordes a su bello espacio, pero siempre pensando en la personalidad de sus novios. Las exigencias y necesidades de las parejas están cubiertas si así lo desean. Asuntos como el catering, la decoración de espacios, las mesas dulces, el DJ’s, la decoración floral, el fotógrafo y el estilista están bajo la competencia de Can Vidal, por lo que nunca está de más entregarse a sus servicios.
Además de ello, cuentan con nueve habitaciones con capacidad para albergar a 25 personas. De esta forma, la boda puede alargarse el tiempo necesario, sin prisas, pudiendo disfrutar incluso de un fin de semana nupcial o de unas pequeñas vacaciones.
Can Vidal se encuentra en el entorno perfecto para que una boda triunfe. Además, cuenta con un espacio difícil de igualar y un equipo entregado para cumplir todas las ilusiones de los novios. Más que un lugar de celebración, es una experiencia única para ubicar el día más importante de una pareja.
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