Una boda íntima y privada en el campo es un lujo para los invitados y cómo no para mi como fotógrafa. El tiempo, tan valioso para un día tan especial, se puede saborear más despacio, y de alguna forma el estrés por atender a tantos invitados o por no llegar tarde a la iglesia disminuye.
Esta fotografía, que refleja el relax de la novia tanto en la cara como en su postura, la realicé justo después de que la novia se acabase de arreglar, y solamente con la luz natural que entraba por el gran ventanal de una masía catalana situada en Girona.
Una vez que la novia ha elegido un bonito vestido para tu boda, un maquillaje adecuado y ha mimado hasta el último detalle, el entorno, por supuesto, es otro de los detalles que no hay que descuidar ya que juega un papel importantísimo para una sesión de fotos única. Hay que elegir los espacios para realizar la sesión con sumo cariño, por lo que es fundamental tener una buena charla con el fotógrafo sobre el tema.
Y lo que es más importante, no olvidarse de estar con los tuyos y compartir con ellos cada segundo de ese gran día.
Una boda que huele a rocío y tiene la calidez de la primavera con sus colores y olores, una boda en el campo que nos pide y nos habla de lentitud.
Autor invitado: Julia Art Photography
Destination Wedding Photographer
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