¿Casarte con tu novio de siempre? ¿Funcionará?

Hay relaciones tan largas que asustan cuando se vislumbran con cierta distancia. En este caso, comprueba por qué tu chico sí es el adecuado para afrontar una vida en común.

¿Casarte con tu novio de siempre? ¿Funcionará?
Foto: Enfok2
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Hay parejas que surgen a una edad considerable y otras que se gestan desde que ambos miembros son muy jóvenes, prácticamente unos niños. Muchos amores nacen de la tierna infancia, la alterada adolescencia y la alocada universidad. Los miembros de dichas parejas crecen juntos, se compenetran y construyen una filosofía de vida común; son dos personas que encajan a la perfección y solidifican sus lazos con el paso del tiempo. Desde niños hasta adultos, su vida ha pasado y ahora tienen que hablar de responsabilidades.

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Después de tantos años, hay algunos factores reales que influyen en el día a día de la pareja, como la rutina. No obstante, este aterrador elemento común a todas las parejas puede reinventarse hasta sacar provecho de él. En ocasiones, conocer demasiado a una persona no es positivo, sobre todo si sus pequeñas cosas te irritan mas que satisfacen. Aun así, puedes aprender a valorar cada una de sus especialidades, pues nadie es perfecto y, quizá, él sí sea el hombre de tu vida.

¿Un noviazgo largo es motivo suficiente para dar el gran paso? ¡Claro que no! Tenéis que estar seguros. No obstante, quizá os haya entrado cierto miedo y necesitéis que os abran los ojos. ¿Te imaginas una casa, una familia y una vida estable con tu chico? ¿Os imagináis juntos en un prado, admirando el atardecer, a la edad de 80 años? Antes de contestar, si te provoca vértigo e incertidumbre qué pasara con tu relación después de tanto tiempo, consulta nuestras razones para que este “sí, quiero” sea el más especial de todos. Quizá solo estés teniendo una mala racha y no recuerdes el impresionante vínculo que os une, el cual muchas parejas jamás experimentarán.

1. Maduración del amor

Según la antropóloga estadounidense Helen Fisher, existen cuatro etapas del amor. En primer lugar, el amor pasional está íntimamente relacionado con las emociones y con la sexualidad, con la atracción física que enciende chispas y asienta unas bases que, en ocasiones, acaban destruyéndose cuando el asunto se pone serio. Todas las parejas (o casi todas) se dejan llevar por la pasión en los comienzos de sus relaciones, momentos en los que todo vale y nos sentimos felices por ello. Seguidamente, el amor romántico entra en escena y esa atracción se convierte en cierta dependencia, en una necesidad que ya no incluye tanto sexo, sino pertenencia y compartir momentos. Después, el amor maduro solidifica la relación y lo que en un principio parecía un juego de adolescentes se convierte en una relación hecha y derecha, donde salen a relucir valores como la confianza y se empieza a proyectar un futuro en común. Desgraciadamente, algunas parejas sufren la etapa del enfriamiento, en la que cierta rutina empieza a tambalear los cimientos que llevabas tiempo construyendo. Si estás en esa situación, intenta afrontarla de la mejor forma y vuelve a tu feliz etapa de amor maduro.

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Foto: Cristina Cañibano

2. Crisis superadas

Todas las parejas tienen problemas, incluso ese matrimonio que camina por la calle con la ropa a juego, o esos novios que no se despegan ni para ir a comprar el pan. De hecho, es posible que todos esos prototipos de pareja perfecta de cara al público sean los más desgraciados, por lo que no te asustes si se dan ciertos bajones en la relación.

Si tu noviazgo ha sufrido altibajos por celos, mal entendidos o ciertas rupturas momentáneas y, a pesar de ello, todo se ha solucionado (aunque haya llevado algún tiempo), quizá sí merezca la pena seguir juntos y construir un futuro más serio. En ocasiones, mirar las situaciones con perspectiva es la mejor solución para afrontar los problemas. A partir de este momento, la comunicación, el respeto y la sinceridad no solo serán importantes, sino que sustentarán la relación con absoluta firmeza.

3. Conoces a su familia y amigos

Evidentemente, tu pareja es lo más importante y el único motivo por el que deberías decidir si casarte o no; sin embargo, hay otros factores que pueden ayudarte a valorar la situación. Los amigos y familia de una persona son su gran muleta para afrontar la vida y, si has forjado una buena opinión hacia ellos, quizá tengas un gran camino recorrido. Ya sabes cómo son, cómo se comportan en determinados momentos y si te prestarían su ayuda en momentos delicados de vuestra relación. ¡Quién sabe lo que encontrarías fuera! Repetimos que la familia no es una razón para casarte con tu chico de siempre, pero quizá te ayude a la hora de decir “sí, quiero” en caso de dudas.

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Foto: Luis Tenza

4. Ambos tienen metas compartidas

Aunque tú y tu chico no compartáis oficio, carrera universitaria o trabajo, ambos podéis tener metas comunes dentro de la relación: viajar, formar una familia, mudarse repetidamente en busca de aventuras, asentarse en un lugar tranquilo de por vida, montar un negocio juntos… Hay muchos objetivos que perseguir y todos ellos pueden determinar la viabilidad de la relación. Soñar es positivo y hacerlo juntos es mucho más enriquecedor. Si estás pensando en casarte y ambos buscáis las mismas cosas, quizá ésa sea una razón para lanzarte a la piscina. Eso sí, debes estar segura.

5. Estabilidad

Se acabaron los empleos de verano para sobrevivir, o los viajes al extranjero en los que trabajar de cualquier cosa para empezar a ganar dinero. Cuando llega la estabilidad, quizá con el empleo de tu vida, el gran paso con tu chico de siempre no tiene por qué ser una tontería. Además, este tipo de situaciones permite ver a la otra persona en su versión más adulta y responsable, con sus habilidades y aspiraciones sobre la mesa y una imagen aproximada de todo lo que puede conseguir en el futuro. Con estos conocimientos sobre tu pareja, el matrimonio podría estar más cerca.

Si has sonreído mientras leías cada epígrafe, seguro que tus dudas empiezan a disiparse. Valora todo lo que tienes, que es mucho si no te provoca grima, y da el paso cuando estés 100% preparada. Seguro que ese momento no tarda en llegar. ¡Te lo aseguramos!

Descubre, además, todo lo que debes saber de tu pareja antes de dar el gran paso y cómo evitar que los padres se metan en la organización de la boda.

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