Con el paso del tiempo, algunas relaciones se vuelven tóxicas. En este tipo de convivencias, la dependencia se coloca como la piedra angular de la relación, alrededor de la cual gira todo el universo de sus integrantes. Así, se pierden personalidades individuales para conformar una sola. La psicóloga Beatriz Valera nos pone al corriente de lo que piensan los expertos en pareja sobre este asunto.
Medias naranjas
Apoyándose en el concepto extendido de las medias naranjas, Valera considera que “es importante saber que buscar la media naranja es un error, pues las personas debemos ser naranjas completas que buscan otra naranja completa“. Siguiendo con la metáfora, una naranja entera que se relaciona con otra de diferente naturaleza dará lugar a un cóctel mucho más enriquecedor y completo. Dicho de otra forma, “una relación está compuesta por dos personas, seres independientes que tienen que sentirse completos a la hora de comenzar una relación para que esta sea sana”, añade.
Las personas y sus burbujas
Desde este prisma, las personas también pueden ser burbujas, dibujadas de manera precisa sin dañar un ápice su circunferencia. “Dentro de esta, residen las características propias de cada ser humano, es decir, sus gustos, sus aficiones, sus valores, sus creencias…”, afirma la psicóloga. Así pues, las burbujas no deben sufrir variaciones y permanecer intactas.
“La dependencia se produce cuando una de las burbujas deja de tocar a la otra para desdibujarse e introducirse en la esfera de su pareja. Así se empiezan a dejar de lado ciertos ámbitos de la vida: el social, el familiar o, incluso, el personal, hasta el punto de olvidarnos de nosotros mismos”, explica Valera. La forma de ser de la persona cambia y adquiere las características de la pareja.
Cuando se llega a esta situación, se anulan ciertas libertades y se producen esos agobios que destruyen la relación poco a poco, sin darnos cuenta. El desgaste es obvio después de un tiempo, pero empieza como una arma silenciosa que destruye sin avisar. “La independencia es tan positiva como necesaria para mantener la libertad y la integridad de la burbuja de esa persona”, asegura la psicóloga en este ámbito. Y sigue: “La privación de libertad hace que el ser humano, en general, perciba este hecho como una prohibición. Esto hace que nazca un interés desmesurado por realizar aquello que se prohíbe o se percibe como tal, destruyendo de una forma más agresiva la pareja”.
En búsqueda del equilibrio
La independencia es de vital importancia en una relación para que esta siga su curso. Sin embargo, estos consejos no pretenden minar las bondades de pasar tiempo juntos. En palabras de Beatriz Valera, “es necesario tener un espacio para todo, un tiempo para la pareja, un tiempo para la familia, un tiempo para las relaciones sociales y un tiempo para el ocio y el cuidado personal. De lo contrario, pueden surgir problemas de reclamo y requerimiento por parte de la otra persona”.
Por ello, el equilibrio ha de ser la meta principal para asegurar la viabilidad de la relación. “Cuando las parejas encuentran el equilibrio entre el disfrute de los diferentes ámbitos que componen su burbuja y el disfrute con la pareja, automáticamente, la relación se refuerza, aumenta la sensación de libertad de los miembros y, por ende, la autoestima, tanto de cada uno de ellos como de la pareja”, comenta la profesional.
Establecer límites
Si bien es cierto que establecer un control no lleva a ningún sitio y evidencia algún tipo de represión, tampoco es conveniente exagerar esa independencia hasta el punto de aislarnos. Hay que cuidar la pareja o, de lo contrario, continuar el camino solo sin perjudicar a nadie. “La pérdida total de los límites dentro de la pareja tiene algunas consecuencias que es difícil cambiar si se han convertido en costumbre, aunque no imposible. Algunas de esas consecuencias son por ejemplo aislamiento social ya que se dejan de hacer planes de forma independiente, sin la pareja, con amigos y con familia.
Consecuencias de la dependencia
En caso de separación o divorcio, la dependencia dificulta mucho la vida a los principales afectados de la ruptura, que suelen ser los más dependientes de la relación. “Puede resultar complicado seguir adelante debido al aislamiento y a la pérdida de todas aquellas cosas que en un principio conformaban su burbuja vital“, cuenta Valera.
Para finalizar, la psicóloga añade un consejo: “Lo más recomendable es ser siempre tu propia naranja, intentando buscar otra persona que sume en tu vida y no que te divida por la mitad; encontrar un equilibrio entre lo que hasta ahora era tu vida y la actual situación de pareja, manteniendo una debida comunicación entre los miembros y la libertad en todos los ámbitos”.
En Zankyou, siempre hemos defendido la lucha de un bien común mientras se mantienen independientes las personalidades que conforman la pareja. Aunque hay puntos conjuntos que deben cultivarse, también para la toma de decisiones importantes, las personas son únicas, incluso, cuando tienen una relación. ¡Beatriz Valera nos lo ha confirmado!
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