Aunque todas las bodas tienen cosas que nos gustan, ¿verdad que hay algunas que recuerdas especialmente bien? Pues sí, son esas bodas en las que disfrutas tanto que cuando terminan aún tienes la adrenalina por las nubes y es sólo al día siguiente cuando te das cuenta de que tus pies están en el mismo estado que tus cuerdas vocales: listos para mandarlos a reparar. Cuando la boda en cuestión es la tuya, piensas inevitablemente en ellos: tus invitados. Pero, ¿cómo hacerlos felices?
La memoria está directamente relacionada con las emociones. Cuando algo nos emociona o conmueve, tendemos a recordarlo con mayor claridad. Pues aquí está la clave: si quieres hacer felices a tus invitados… ¡bríndales un día lleno de emociones!
Ceremonia entrañable
Ya sea tradicional o no, la ceremonia es siempre un momento muy especial: el “sí, quiero” puede convertirse en un momento mucho más íntimo cuando son los novios los que leen los votos frente a todos los presentes o cuando alguien cercano dice una palabras en vuestro honor. ¡Marcaréis la diferencia desde el principio y a más de uno se le escapará alguna que otra lagrimilla! Descubrid cómo escribir el discurso de boda perfecto.
Celebración para todos los gustos
Ya sea aperitivo, almuerzo, cena… ¡da igual! Ha llegado el momento en el que los invitados se entremezclen, charlen y encuentren a su alrededor mil detalles con los que sorprenderse. Una llamativa barra de cócteles para abrir el apetito, detalles personalizados en las mesas, motivos especiales de vuestra historia a modo de collage… Todo lo que capte la atención y resulte bonito y simpático gustará.
Acogida de diez
Recuerda dos máximas: comodidad y variedad. Durante los aperitivos, la comodidad es siempre un plus. Que los más mayores (y los que no lo son tanto) tengan la opción de sentarse es fundamental. Por otra parte, asegúrate de que las personas que tienen necesidades especiales a la hora de comer (intolerancias, alergias…) cuenten con opciones variadas en el menú. Cuando te preocupas por tus invitados y te tomas las molestias de que todos y cada uno de ellos estén a gusto, estos te estarán profundamente agradecidos.
Baile nupcial
El baile entre los novios es uno de los momentos más esperados por todos. ¡No seas cutre y prepáralo bien! Vals, tango, baile libre… no importa la modalidad sino la ejecución. Aprovecha para preparar con tu pareja algo bonito, seréis los reyes de la pista y ¡dejaréis a todos con la boca abierta! Os proponemos 23 canciones alternativas para vuestro primer baile de casados.
Photocall: un must en tu gran día
El photocall es una tradición americana que se ha puesto muy de moda ya que durante el baile y la barra libre será el rincón favorito de tus invitados. Si está bien organizado, tiene atrezzo suficiente y las polaroid caen en manos de las personas adecuadas, os vais a ir de la boda con un álbum lleno de recuerdos, fotos divertidas, dedicatorias, frases de cariño… Todo ello concentrado en un libro que conservará para siempre ese espíritu caótico, espontáneo y divertido.
Música anti-apalancamiento
Han ido pasando las horas y ya hay personas que empiezan a dispersarse por allí, a sentarse por allá… Cuando tus amigos y familia protagonizan escenas de este tipo no es una buena señal. Elige una música (grupo, DJ…) capaz de motivar y animar la fiesta donde todos puedan soltarse la melena. Si has pensado en dejar un tiempo para karaoke también es una buena opción ya que implicas directamente a los presentes y se crean situaciones muy cómicas. ¡Recordarán tu boda como el fiestón del año!
Candybar
Habéis leído bien: las chuches no sólo vuelven locos a los pequeños. Cuando se prepara una mesa de dulces, ¡es muy difícil resistirse! Por un momento, volvemos a nuestra infancia y es un gesto que no pasará inadvertido. Usa colores pastel para un estilo romántico o tonos vivos para una decoración más atrevida. Adapta el look de la mesa y su contenido al estilo de tu boda y utiliza recipientes diferentes: cajitas de madera, tarros de vidrio, vasitos degustación… ¡Parada obligatoria! Para triunfar, descubre todo lo que no puede faltar en tu mesa de dulces.
Si te animas a incluir cualquiera de estas características en tu gran día, estamos seguros de que no te arrepentirás. Tus invitados se desgañitarán dejándose el alma (y la garganta) al son de “¡QUE VIVAN LOS NOVIOS!”.
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