En este mundo hay lugares que no significan nada y otros que significan todo, como Mombeltrán, un pequeño pueblo situado al sur de la provincia de Ávila en plena Sierra de Gredos. Allí fue donde Teresa y Antonio se vieron por primera vez y donde se prometieron fidelidad y amor eterno. Todo sucedió hace ya diez años cuando él fue a pasar el fin de semana y por cosas de la vida y del destino, se quedó para siempre.
La pedida de mano sucedió en Gran Canaria mientras disfrutaban de unos maravillosos días juntos. Fueron a uno de esos mercados bonitos que organizan por los pueblos costeros de Gran Canaria, y casualmente se toparon con un puesto que vendía todo tipo de antigüedades traídas desde el más lejano oriente. El dependiente les enseñó una cajita en forma de cilindro que antiguamente regalaba el novio a la novia como señal de matrimonio. Esta cajita traía una especie de llave, que al desmontarla, se transformaba en una pulsera y tenía el mismo significado que una alianza. El precio desorbitado hizo que no llegaran a un acuerdo. Lo que no sabía ella es que Antonio entre un despiste y una mentira piadosa, le metería el anillo dentro, unas horas más tardes a la luz de la luna.
Los novios
Teresa el día de su boda estuvo guapísima y resplandeciente con el modelo Dances de Pronovias. Un vestido de corte sirena de manga larga donde el encaje y el juego de transparencias fueron los auténticos protagonistas. Un vestido con escotes pico y bordados florales que estilizaba su silueta y la feminidad de sus curvas. Lo combinó con un tocado artesanal de Circa Antiqua, unas sandalias de LODI en ante de color crema con diminutos cristales de Swarovski en la tira central, y con un pequeño y elegante ramo en tonos blancos, verdes y rojos de La Camelia Floristería .
Antonio, su media naranja, acudió a la ceremonia con un elegante chaqué de color azul marino y lo combinó con un chaleco color crema, a juego con los zapatos de la novia, y una corbata en azul celeste, todo de la firma Protocolo.
Ceremonia y banquete
El gran día sucedió este verano pasado, el día 25 de agosto de 2018 y se celebró con una ceremonia solemne en la Parroquia de San Juan Bautista de Mombeltrán. A continuación, fueron a festejar el gran acontecimiento a la Piscina Municipal Los Chapales, en Mombeltrán también.
De la decoración floral del recinto se encargó la misma floristería que la del ramo de Teresa y el catering de la celebración corrió a cargo del grupo Amadís. Todos los invitados coinciden en que pasaron una velada de lo más agradable y maravillosa y además, fueron gratamente sorprendidos por los novios, ya que les obsequiaron con varios detalles hechos por ellos mismos. Para ellos hubo un puro y una botellita de aceite de oliva virgen extra, el propio aceite que recolectan cada año en sus tierras. Y para las mujeres de la boda, una bolsita de organza con brillantitos con un bálsamo labial en su interior junto con una agenda y un bolígrafo.
Un día muy especial que se ha convertido, sin lugar a dudas, en el mejor día de sus vidas. Fue lo mejor que han hecho hasta ahora, como fue también contratar los servicios del fotógrafo Derimán Santana, quien hizo un grandísimo e insuperable trabajo con su cámara; plasmar e inmortalizar todos y cada uno de los momentos de ese día sin descuidar ni un solo detalle. Un profesional al que le gusta alejarse de lo clásico y de los posados tradicionales, para dar lugar a un reportaje fresco, dinámico y espontáneo. Todas sus fotografías están realizadas desde la naturalidad, saliendo de lo estrictamente comercial para darle un enfoque personal. Si apostáis por su arte y talento como hicieron Teresa y Antonio, en vuestro álbum de boda no faltara ningún abrazo, mirada, sonrisa, caricia ni gesto de complicidad alguno. ¡Con él tendréis el mejor de los recuerdos!
Baile de los novios
A la llegada del baile sorprendieron a todos sus invitados con un mix de temas musicales, al principió sonó el romántico y delicado vals del Danubio Azul y luego rompieron los esquemas y protocolos con la canción X de Nicky Jam. Un momento que volverían a repetir una y otra vez con los ojos cerrados, así como cada minuto que vivieron aquél día.
Teresa y Antonio, solo podemos gritar una cosa a pleno pulmón… ¡Qué vivan los novios!
Lugar de celebración: Mombeltrán | Vestido de novia: Pronovias – Madrid | Complementos de novia: LODI – Circa Antiqua | Traje de novio: Protocolo | Maquillaje y Peinado: Sara García López | Floristería: La Camelia | Catering: Amadís | Fotógrafo: Derimán Santana | Videógrafo: Blur Focus
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