Los colores del cielo de Madrid, son los que eligieron a Ana y a Sam, para dibujar una historia de amor diferente en su boda. Una boda distinta, con un toque moderno y urbanita con una personalidad especial, jugando con el color en un espacio en pleno centro que fue testigo desde su azotea de las diferentes épocas que ha vivido la ciudad. Con un rollo especial, los novios desprendían puro amor, que fue captado al más mínimo detalle por el fotógrafo Fede Grau, en quien confiaron 100% para retratar el mejor día de sus vidas.
Ana, una novia muy especial, eligió un diseño de Raquel Ferreiro para su vestido, que tenía un toque única y muy actual para la temporada. La capa, tendencia total en moda nupcial, y los detalles en detalles en encaje negro destacaban el vestido y la figura de la novia. Telas vaporosas, bordados y transparencias, todo un acierto en el estilo urbanita que ella buscaba. Para la ceremonia decidió arriesgar un poco y llevó un bandeau de Laetitia Mackbop, algo sofisticado y que le dio el toque original que siempre buscan las novias.
Para el maquillaje y la peluquería escogió a los chicos de Diinfarto. Entre todos optaron por una propuesta de maquillaje en le resaltara la mirada y pintaron sus labios de un color intenso. Un look muy favorecedor y de tendencia entre las novias urbanitas que buscan ser ellas mismas pero con el toque más chic para el gran día. ¿Quién dijo que los labios rojos estaban prohibidos en una boda? En este caso fue un acierto total.
Sam, el novio, optó por un traje en azul marino y una camisa blanca. De su atuendo destacaba la pajarita negra con mini topos en blanco, la opción más cañera para los novios urbanitas. La combinó con el cinturón y los zapatos del mismo color. Todo un acierto para Sam, que desprendía naturalidad y ser un novio muy actual.
Los novios, junto a Mangata Eventos, diseñaron toda la decoración de la ceremonia y el convite. Para ésta primera, lo adornaron todo con rosas verdes y azules, y crearon diferentes espacios, que se enmarcaban en un mismo estilo y atmósfera. Una opción sólo apta para los novios más arriesgados.
Las flores era de L’Atelier de las Flores, de la mano de Frederic que supo elegir las que serían perfectas para el ramo de la novia y para cada uno de los rincones a decorar con el estilo tan particular de los novios.
Su ceremonia tuvo unas vistas especiales que le daba el toque más urban posible. En ella colocaron una mesa con pocos elementos pero muy llamativos para centrar la atención de los invitados al llegar. Además, pusieron una candy bar muy kitch con la tarta nupcial, a modo de escaparate, creada por las chicas de Acaramelada. ¡No había quién le quitara el ojo nada más entrar al sitio!
No podían haber elegido otra localización para su gran día que The Hat. Su maravillosa azotea hizo más único y especial el momento que Ana y Sam quisieron celebrar con los suyos. Es un sitio que encanta a todos, novios e invitados, y que las parejas que buscan algo diferente deben conocer.
Una boda muy diferente y particular que no podía haber contado con un fotógrafo mejor y más especial que Fede Grau. Él es un profesional que sabe captar al máximo las emociones y el buen rollo que se desprende en un día con tanta alegría como lo son las bodas. Sus fotos hace sonreír a cualquiera, y para muestra las de Ana y Sam, un día para ellos inolvidable.
Fotografía: Fede Grau | Dirección de arte y producción: Mangata Eventos | Diseño floral: L´atelier de las flores | Vestido de la novia: Raquel Ferreiro | Maquillaje y peluquería: Diinfarto | Bandeau: Laetitia Mackbop | Tarta: Acaramelada | Localización: The Hat Madrid
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