“De una boda sale otra”, cuántas veces habremos comentado esa frase con nuestra familia y amigos. Y es que las bodas son el enclave ideal para conocer a tu media naranja. Podéis charlar, reír, estar con los novios disfrutando del día más feliz de sus vidas y bailar juntos hasta el amanecer. Sin duda, la mejor ocasión para esa primera toma de contacto. Y si no que se lo digan a Ana y Carlos, que en octubre de 2012 acudieron al enlace de unos amigos suyos cada uno por separado y se fueron juntos de la mano para darse el sí quiero cuatro años después.
Los novios
Ana, para el día de su boda, apostó por un diseño de Rosa Clará y lució un vestido con mucho estilo y personalidad, inspirado en los maravillosos años 20. Un diseño confeccionado en gasa, un tejido ligero y ultra femenino que tiene mucha caída y con corte a la cadera. La espalda del vestido llamó la atención de todos los asistentes por sus transparencias y bordados barrocos, al igual que las mangas, que estaban hechas de pedrería para aportar un toque romántico.
El modelo lo combinó con unos pendientes antiguos de oro blanco y diamantes en forma de trébol de su abuela materna, anillo de compromiso de diamantes, zapatos joya en rosa nude con detalle de pedrería de Roberto Botella y un precioso ramo de peonías rosas que compuso la Floristería Pando.
Una novia única, diferente, con carácter, estilo y mucha personalidad. De maquillarla se encargó Reyes Tabares y de hacerle ese maravilloso recogido trenzado con tocado, Laura Gracia de Peluquería Esenzzia.
Carlos, por otro lado, sorprendió a Ana con un elegante chaqué gris con pantalón de raya diplomática y lo combinó con un chaleco color vainilla y corbata azul para hacer un guiño a la bandera asturiana. Tampoco pudieron faltar en su atuendo, los gemelos de su abuelo materno y el reloj Jaguar que le regaló Ana el día de la pedida.
Ceremonia y banquete
La boda, en honor a la novia de origen asturiano, se celebró el 9 de julio de 2016 en Oviedo. La ceremonia religiosa se celebró en la iglesia de San Tirso el Real, y el convite tuvo lugar a continuación, en el Palacio de Villabona, Llanera.
De embellecer aún más el recinto donde se celebró la boda, se encargaron las chicas de Per Sempre, quiénes supieron transformar sus ideas en realidad con la elegancia, gusto y dulzura que les caracterizan, realizando el seating-plan, photocall y toda la decoración del evento.
En la celebración, todos pudieron degustar de una fresca ensalada de jamón de pato con melón y salsa francesa, rape en salsa de nécoras y un delicioso solomillo con foie al Pedro Ximenez.
A todos los caballeros de la boda les obsequiaron con una botella de sidra Riestra, con un pack de escanciado compuesto por unas graciosas instrucciones y un tapón escanciador. Y a las damas del evento, les regalaron una pequeña bolsa de tela hecha a mano por la madre del novio.
Baile de los novios
Ana y Carlos fueron súper originales con el baile, ya que se movieron elegantemente al ritmo de un cha cha cha con la canción Dance with me de Michael Bublé. Una canción con la que es imposible no mover el esqueleto.
Y mientras los novios y los invitados lo daban todo en la pista de baile, Tatiana Castañón fue captando la esencia de todos los momentos de la celebración con elegancia, naturalidad y sentimiento.
Ana y Carlos, muchas gracias por compartir con nosotros vuestro día mágico. ¡Tuvisteis una boda única de lo más fabulosa e inspiradora! Esperamos que disfrutarais al máximo en la India y en Maldivas.
Lugar de celebración: Palacio de Villabona | Vestido de novia: Rosa Clará | Complementos de novia: Roberto Botella | Floristería: Floristería Pando | Decoración: Per Sempre | Fotógrafo: Tatiana Castañón, di patata | Maquillador: Reyes Tabares | Peluquero: Peluquería Esenzzia
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