Esta pareja se conoció durante un viaje a Sevilla, allí surgió la química y la magia que los llevó al altar. Su pedida tuvo lugar en la hacienda familiar de la novia, el Soto del Hinojar, ubicada en Aranjuez, y después de cumplir con la tradición, comenzaron a preparar todos los detalles de su enlace.
Se dieron el “sí” el 24 de septiembre del 2016, en la iglesia de Santa María de la Magdalena en Sevilla, una iglesia impresionante además declarada Bien de Interés Cultural, y el banquete y celebración tuvo lugar en la Hacienda Los Melonares, sitio también con mucha historia y un enclave excepcional.
Los novios
El vestuario elegido por los novios destilaba elegancia. María se decantó por la diseñadora Teresa Palazuelo, muy vinculada al mundo del arte, que creó para ella un vestido inspirado en la película La Princesa Prometida por petición de la novia. Además, añadió al diseño la espalda en pico, decorando en encaje antiguo, la espalda, los puños y la cintura, una auténtica maravilla, que completó con una tiara y mantilla familiar de inmenso valor emocional.
Los pendientes de Terin Joyeros, una firma que trabaja con la máxima delicadeza todas sus piezas y, a cargo de Javier Gómez Zuluoaga, un impresionante anillo, con el sello de su marca, símbolo de distinción y calidad desde 1900. A sus pies unos zapatos de Lamarca, que aportaban un extra de personalidad, por su color rojo pichón y su tacón de 14cm de altura, para pisar fuerte en su día más especial. Para completar su look nupcial, la novia, gran amante de las flores eligió un ramo muy singular, que realizó para ella la florista del enlace, Mermoca. Como anécdota original el maquillista fue un restaurador de cuadros, Luis Gallardo y el peluquero fue Carlos Rete.
A todas luces María fue una novia impecable de pies a cabeza. Jose Luis, por su parte, tampoco defraudó en estilo. Llevó chaqué a medida de la tienda Galán, en Sevilla, que completó con unos gemelos de herencia familiar.
La ceremonia
Como videógrafo eligieron a Víctor López, quien junto al primo de la novia y fotógrafo profesional, Manu Prats, lograron transmitir en cada imagen y fotograma las emociones vividas, esos gestos de complicidad y las muchas sorpresas que llegan durante una boda. La floristería Mermoca se unió a Carmen Brujó en la decoración de interiores para crear la atmósfera idónea de la boda, que también contó con los servicios de iluminación de Carlos Luna del Almacén de Luz. En las fotos se aprecia todo lo que crearon juntos, y el despliegue de luz y color que consiguieron.
El banquete
El banquete estuvo a cargo de C&G Catering, que ofreció un cóctel extenso y abundante en sabores y presentaciones, con mezclas sabrosas y de excelente calidad. Su estilo de cocina encantó a todos los asistentes ya que utilizan solo materias primas de calidad y sus propuestas son muy apetecibles.
Su menú no defraudó, empezaron con un salmorejo muy andaluz, al que le siguió un roastbeef con cebollitas y patatas y que culminó con un postre goloso y chic, crêpes rellenas de dulce de leche y helado de vainilla. El banquete se sirvió en un salón decorado con mantelería en tono crudo, con mesas redondas y adornadas con candelabros de Fernando Oriol entre otros objetos decorativos, los meseros todos pintados a mano por una prima del novio y representaban animales de caza, lo cual pegaba mucho con la hacienda elegida. Tener un hilo conductor que fuera uniendo todos los aspectos de la boda fue un acierto total.
Baile de los novios
Tras el banquete, los asistentes disfrutaron de un divertido photocall, gracias a Difotomatón. De otro lado, Javier de Betahncourt fue el dj encargado de la parte musical de esta boda. Para la entrada al salón sonó Easy Love de Sigala, en el primer baile se oyó el Grand Vals de Sonrisas y Lágrimas, y acto seguido ABBA inundó la pista de baile con el tema preferido por la novia, la madre y su hermana, Dancing Queen.
Un día perfecto que terminó con música risas y una enorme sensación de felicidad. Los novios resumen su boda como el resultado de “un trabajo lleno de ilusión y de cariño para hacer de nuestro día algo único e irrepetible”. Para la luna de miel, José Luis y María contaron con la agencia Deep Planet y pudieron disfrutar de una ruta tan exótica como paradisiaca: Botswana, Zimbawe, Sudáfrica e Isla Bazaruto en Mozambique. Una experiencia que jamás olvidarán.
Enhorabuena a esta pareja por organizar una boda única e increíble. ¡Les deseamos toda la felicidad del mundo!
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Lugar de celebración: Los Melonares | Vestido de novia: Teresa Palazuelo | Traje de novio: Galan | Floristería y decoración floral: Mermoca | Decoración: Carmen Brujo, Almacén de Luz | Catering: C &G Catering | Fotógrafo: Manu Prats | Videógrafo: Víctor López | Maquillador: Luis Gallardo | Peluquero: Carlos Rete | Photocall: Difotomatón | Dj: Javier de Bethancourt | Agencia de viaje: Deep Planet
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