Existe la superstición de que da mala suerte ver a tu prometido el día de la boda, pero la tradición comienza al parecer desde la noche anterior, según la cual la pareja debe permanecer en habitaciones separadas. Claro que, en estos tiempos modernos que corren, es raro que la pareja no haya convivido antes, así que ¿tiene hoy en día algún sentido la tradición de no dormir juntos?
El argumento a favor “de dormir juntos”
Lo cierto es que toda noción sobre “no dormir juntos” es históricamente parte de un código de conducta opresiva y discriminatoria que degrada el sexo y a cualquier persona que decida mantenerlo antes del matrimonio (en su mayoría a las mujeres). ¿Se podría decir que es una convención hipócrita en la que se usa el falso pretexto de la tradición? Si la vida normal incluye dormir juntos, no actuéis como si no fuerais a vivir o compartir cama solo porque os vais a casar…
Con respecto al tema de la buena o la mala suerte, hasta ahora nadie ha citado “dormimos juntos antes de la boda” como la razón de su divorcio o matrimonio infeliz. No existe una causa razonable que asegure que esta tradición específica resulte en nada malo.
El argumento “no dormir juntos”
Fue Shakespeare quien dijo: “La ausencia hace crecer el cariño”. ¿Lo que se espera de una noche sin dormir juntos, es que esta conduzca a una luna de miel aún más gratificante? Desde luego, un argumento a favor de no dormir juntos antes del día de la boda, es que el tiempo en solitario se convertirá en un lujo poco común después del matrimonio.
Esta opción os deja tomar ventaja de que la cama de matrimonio sea solo para vosotros. Saltar sobre ella, dormir de lado, y comer en ella. Lo que queráis. En teoría, una pareja va a pasar el resto de sus vidas compartiendo el espacio de dormir. Toda una vida de cucharear puede parecer romántica, pero una vez que estéis casados, puede que un doble colchón para vosotros solos, os parezca una isla tropical. Así que, éste es un método para abrazar vuestras últimas horas de pura independencia.
Además de que ambos tenéis un gran día a la mañana siguiente, un buen sueño es el mejor secreto de belleza, ¡sólo hay que preguntarle a la Bella Durmiente! Dormir o no dormir, esa es la cuestión. Elegid la vuestra, pero sobre todo olvidad las convicciones, y elegid la que os haga bien.
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