Una de las consideraciones más importantes a la hora de irse a vivir juntos tras la boda es mantener la individualidad de la pareja.
Uno de los sinónimos del matrimonio es la unión. Y, en particular dentro del contexto del matrimonio, flota una idea que puede ser el detonante de la vida en común: el hecho de que vivir en pareja signifique dejar de lado nuestra individualidad como personas.
¿Conoces esas joyas con forma de corazón que se unen o se separan en dos mitades para formar un todo? Cada una de esas mitades es abstracta: no tiene sentido por sí misma. Sólo lo gana cuando se junta con la otra mitad. Es este tipo de imágenes las que pueden minar el matrimonio desde dentro: el sentido de que nuestra felicidad no existe más que cuando estamos juntos.
Pero, ¿cómo juntar dos indvidualidades valiosas y únicas sin perder significado? En ocasiones la situación se da a la inversa, y cuando las dos mitades se juntan, en lugar de ganar, pierden significado.
En ambos casos, existen miedos implícitos que pueden bloquear el descubrimiento de un nuevo sentido como pareja. Vamos a mirar cara a cara a estos temores, para luego encontrar la manera de lidiar con ellos.
Miedo #1: ‘Si no vivo sola antes de casarme, no sabré quién soy, y por tanto no podré encontrar mi individualidad dentro del matrimonio’
Miedo #2: ‘Si vivo sola demasiado tiempo, mi individualidad es demasiado ‘fuerte’ para que, llegado el momento, pueda aceptar las características de otra individualidad diferente a la mía’
Una vez nos hemos identificado con uno de los miedos, es importante preguntarse qué hacer con ellos. Realizarse preguntas al respecto puede ser un excelente punto de partida. Si has elegido el miedo #1, por ejemplo, pregúntate a ti misma: ‘¿cómo puedo incorporar a mi matrimonio las características que me hacen única y diferente de las otras personas?’.
Si en cambio el miedo #2 es más tu tipo, pregúntate: ‘¿cuáles son las características de la persona que he elegido como compañero que me hacen mejor persona?’.
Recuerda que no existe una manera única de hacer las cosas: cualquiera de los caminos que escojas tendrá ganancias y pérdidas. ¡Aprender a apreciar y experimentar las características de ese camino es la parte divertida!
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Autor invitado: Ângela Coelho, de Family Coaching
Experta en coaching parental
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