<<Algunos dicen que el amor es algo ardiente que crea un círculo de fuego. Pero yo sé que el amor es algo que se esfuma, tan liviano, como una pluma en un arroyo>>
Si la habéis escuchado, os habrá atrapado hasta el final. Así describe con una voz rota Matthew Houck, en su Song for Zula, ese sentimiento que posee tal infinita belleza que consigue que todos queramos que nos arrastre, aun siendo conscientes de que pueda ser efímero y ello nos haga desear aún más que se convierta en pleno y eterno.
Así es como sucede con las bodas. Se ciernen sobre una sola fecha todas las alegrías, todas las ilusiones, sorpresas, miedos y presagios, creando una cadena imantada de sentimientos enfrentados entre los que prevalece la esperanza de que nada falle. Por eso otorgamos a este el valor del día más importante de nuestras vidas. De pronto llega, estalla la alegría en forma de abrazos, de lágrimas, de luz y de fiesta, como un “círculo de fuego”… y se evapora. Quieres que se repita todos los días, pero sólo cabe esperar a que lleguen las fotos, las llamadas, los etiquetados en Facebook y el recuerdo de esa inmensa ilusión vivida.
Y a partir de este concepto surge la idea. ¿Por qué no revivir una vez más ese entusiasmo y esa luz de calor? Así que se produce una reunión entre Nara Connection y Beba´s Closet en un atelier chulísimo de la calle Monte Esquinza, para buscar una fecha en la que poder reunir a cuatro novias que ya hayan vivido ese momento, espléndidas, con los vestidos que diseñó para cada una de ellas Belén Barbero.
La idea surgió del afán de hacer cosas distintas. Bea, de Nara Connection, confía en que la avalancha de información sobre bodas extranjeras ayude a cambiar el perfil de las que hasta hace pocos años se llevaban a cabo en España. Poco a poco nos vamos atreviendo a soñar cosas distintas, a buscar la personalidad y la esencia, y eso es lo que nos ayuda a definir un estilo, lo que representa Beba´s Closet.
Por eso esta marca era la mejor con la que hacer esta primera acción. La sesión de fotos la llevó cabo Ramón Torrent en La Casa de Madrid perpetrando ese fin, una propuesta diferente tanto para las apasionadas de las bodas como para las novias que se van animando a salirse del guión nupcial al que estábamos acostumbrados. Una boda convencional no tiene por qué ser aburrida ni fría. Una boda atrevida no tiene por qué parecerse a la estética de otra que haya funcionado bien, ni tiene por qué ser un carnaval. Las cosas nuevas funcionan, siempre y cuando se hagan con pasión y sentido.
Belén Barbero y Lorena Marcello lo saben y por eso enseguida localizaron a las novias que más podrían disfrutar con este encuentro. Guapísimas, como son ellas, María, Isabel, Yolanda y Blanca aceptaron ser las protagonistas de una sesión de revista, con luces directas e indirectas, con posados, con un montón de gente alrededor fijándose en ellas y pasando por la brocha y el peine de Charo Palomo (no dejéis de pedir asesoramiento en Atelier Charo Palomo, en la calle Lagasca) y Carmen Sancho. De los novios sólo se atrevió Guillermo, ¡el valiente marido de Blanca!. May, encantadora, pendiente de su hermana y de Dolores, que con su preciosa mirada y su timidez vino a abrazar a su dueña, a la que no quitaba ojo durante toda la sesión. María vino acompañada de una divertidísima Andrea, y María Aller y Nacho Rubiera nos acompañaron con su profesionalidad, su esfuerzo y su buen hacer.
Greengrey hizo con mucho mimo unos ramos preciosos. Completaron el estilismo los tocados espectaculares de Hawker Madrid y Solideo, y el especial estilazo de las joyas de Becker&Co.
Hagamos que esos momentos infinitos de los que surge un casi llanto lírico de Phosphorescent se repitan, para crear momentos tan bonitos como estos.
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