Es una de las princesas más bellas de Europa y sabía que todos los ojos estarían posados en ella cuando hiciera su aparición en la capilla del Palacio Real de Suecia. Magdalena de Suecia no decepcionó y deslumbró a todos en su boda con el multimillonario neoyorquino Chris O’Neill con un perfecto look de novia protagonizado por un excepcional diseño de Valentino.
Repasamos las claves de su look de novia:
El vestido: Es siempre el secreto mejor guardado de toda novia, aunque en el último mes fueron varios los medios que apuntaron a que Valentino podía ser el creador del traje con el que Magdalena de Suecia daría el “sí quiero”. El diseñador italiano no decepcionó y creó para la princesa sueca un espectacular modelo, elegante y de corte romántico en color marfil. El vestido, de manga corta y escote barco de encaje que se ampliaba en la espalda en forma de U resaltaba el rostro y la silueta de la princesa en su parte superior.
Igualmente impresionante era la parte inferior del vestido. Si el encaje dominaba la parte de arriba, pequeños bordados salpicaban la parte de la falda que estaba rematada con un bajo en forma de volantes y una cola de 4 metros de largo, digna de una princesa.
Como no podía ser menos, los materiales del vestido eran de la mejor calidad: organza en seda plisada con encaje de Chantilly. El velo, también de organza de seda estaba rematado con pequeño encaje de flor de azahar y point d’esprit.
La tiara: Era otro de los grandes secretos del día de la boda. Magdalena de Suecia se decantó para su gran día por la diadema del rey Gustavo, llamada así porque fue un regalo de su padre, el rey Carlos Gustavo, a la reina Silvia por su décimo aniversario en 1986. Cumpliendo la tradición sueca de que las novias siempre llevan flores de mirto blanco en su ramo o en su pelo, Magdalena de Suecia introdujo algunas de estas pequeñas flores alrededor de su diadema, creando un aspecto dulce y romántico.
Las joyas de la novia: Magdalena de Suecia se decantó por joyas de diamantes para su boda, sin duda unas de las favoritas de las novias. Los pendientes, de gran tamaño y en forma de lágrima y el brazalete estaban compuestos por esta piedra preciosa, a juego con su tiara.
El ramo: Magdalena escogió un ramo de novia romántico salpicado del encanto de las rosas blancas, símbolo de pureza y del amor eterno. En concreto el ramo incluía rosas de los jardines de Austinros, Schneewitchen y la Catedral de Winchester. Completaban el ramo alabastro y lirios del valle y el mirto tradicional de Sofiero. Todas las flores son de color blanco y el ramillete está ligado de forma circular.
El peinado: Magdalena de Suecia apostó por un recogido de novia clásico, un moño bajo que dotaba de elegancia al conjunto y dejaba al descubierto su rostro. Sin duda un gran acierto en su gran día.
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