Llegó el verano, has estado poniéndote en forma para la boda, que será en otoño, pero ahora estás lejos de casa, de tu gimnasio y con demasiadas tentaciones a tu alrededor. Que si una cervecita, que si unas tortillitas de camarones… Ahora bien, ¿se puede entrenar en la playa? ¿Se puede terminar el verano sin haber perdido todo lo que hemos luchado tanto por conseguir durante los meses previos? Sí, claro que sí, pero con cuidado.
Correr por la orilla, por ejemplo, tempranito, antes de que pegue el sol, es un gustazo. El que aún no ha experimentado esta sensación, ya está tardando. Pero hay varias cositas que debéis saber antes de iniciar la marcha. Siguiendo estos sencillos consejos conseguiréis que vuestra jornada a orillas del mar sea placentera y al mismo tiempo de lo más saludable.
Correr siempre por la arena mojada, nunca por la arena blanda, para evitar lesiones en las articulaciones, principalmente rodillas. Y correr con calzado, nunca descalzos. Por supuesto, evitar el sol, bajar un poco el ritmo al que estéis acostumbrados correr en otras superficies y cuidado con deshidrataros.
A parte de correr por la arena, la playa es un escenario magnífico para trabajar diferentes partes del cuerpo. Principalmente piernas y glúteos: zancadas, multisaltos con los pies juntos…
Y por supuesto nadar, que para eso tenemos el mar. La natación es un deporte de lo más completo si bien es verdad que nadar en el mar siempre es más difícil que en la piscina. Puedes tomar referencias en la playa (una torre, un chalé, un puesto de socorrista) e intentar cada día nadar un poquito más. Empieza con distancias cortas y si te ves con fuerzas, repite un par de veces en el día el mismo trayecto. Total, ¡será por horas que vas a echar en la playa! Al final del verano puedes estar nadando un kilómetro perfectamente y casi sin darte cuenta.
¿Has hecho alguna vez entrenamiento funcional en casa? Flexiones, sentadillas, abdominales… Todo esto puedes seguir haciéndolo en la playa, además de burpees (ejercicios en el que das un salto con palmada y luego hacer una flexión), sprint en el sitio y demás ejercicios parecidos que con el factor arena incrementará la resistencia y que podréis ir aumentando progresivamente.
Así que ya sabes, ¡estar en la playa no significa que te dejes de lado y te pases las vacaciones en el chiringuito! Con un poco de constancia y fuerza de voluntad lograréis todo lo que os propongáis. ¡A por ello que la vida son dos días!
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