Al igual que las eras de la historia se encuentran marcadas por circunstancias distintivas, cambios relevantes o eventos trascendentes, nuestra vida también se divide en etapas; Son los llamados puntos de inflexión los que nos hacen pasar de una a otra. Estos puntos de inflexión marcarán nuestra vida y su curso. Aunque nunca nos hayamos parado a pensarlo, todos podemos identificar perfectamente los nuestros.
Wedding is coming…
Ha llegado el momento: te casas, os casáis. Es un momento decisivo en nuestra vida, no tanto por el cambio que supondrá en la práctica (por ejemplo, si ya vivimos en pareja, asumimos los gastos de un alquiler o en Navidad sabemos qué casa toca visitar este año, las cosas seguirán probablemente en la misma línea) sino por el cambio que experimentaremos a nivel emocional y social.
Un cambio en nuestro estado civil es un hito que da paso a una nueva era: pasamos de solteros a casados. Cuando se avecinan acontecimientos importantes o de gran magnitud, nos asaltan dudas, inseguridades, preocupaciones y -¡cómo no!- miedos; y, ante una situación así, nos replanteamos todo. Nuestra vida pasa por delante de nosotros y nos preguntamos si estamos preparados, si vamos por el camino por el que queremos ir o si estamos haciendo lo que queremos hacer. ¡No te asustes! Es perfectamente normal.
¿Duda o reflexión?
Reflexionar oxigena nuestro cerebro y está altamente recomendado en cualquier circunstancia que nos cause estrés, ansiedad o desequilibrio. Si no nos dejamos sentir, no podremos tomar una decisión con la que sentirnos seguros y en paz con nosotros mismos. Piensa en positivo y tómate tiempo para relajarte y cuidarte.
¿Por qué dudamos?
La mayoría de las veces, lo hacemos como tradición… Es lo que solemos hacer antes de un paso relevante así que, ¿por qué no? La solución la tenemos desde el principio y, por tanto, nuestro planteamiento es un puro trámite. Si, a pesar de todo, seguimos sin tenerlo claro, debemos tomar el camino de la serenidad y la comunicación con nuestra pareja; quizás nuestras dudas tengan un origen diferente y no estén relacionadas directamente con la boda. El estrés y la toma de decisiones no nos ayudan a pensar con claridad, así que tómate las cosas con calma y aprovecha para compartir con tu pareja lo que te sucede. Estamos seguros de que saldréis airosos y os sentiréis incluso más unidos que antes.
Seguir sumando
Los puntos de inflexión añaden algo a nuestra vida actual, hacen que ésta prosiga con fuerza y sentido, aumentan nuestra experiencia vital enriqueciéndola. No los confundamos con los puntos de giro, que serían los que cambian por completo el rumbo de nuestro vida.
Una boda es siempre un punto de inflexión así que no hay nada que temer. Deja de cuestionarte y escúchate. La respuesta está siempre en nuestro interior y, en cuanto la identifiquemos, podremos empezar a disfrutar plenamente de nuestra experiencia pre-boda.
Descubre las 5 dudas que todas las novias tienen antes de la boda o cuándo debes dar el paso de casarte.
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