Millennial es un término que se ha popularizado gracias a Internet. Las redes sociales y las revistas más alternativas escriben ríos de tinta digital sobre ellos. Pero, ¿quiénes son estos personajes? Los nacidos entre 1980 y 1995, ni más ni menos. Estos sujetos, sin embargo, son especiales por muchas razones y, prácticamente por inercia, han influido notablemente en el mundo de las bodas.
Características principales
La principal característica de la generación millennial (o Generación Y o MTV) es que queman etapas vitales más despacio que sus padres o abuelos. ¿El motivo? Casi todos ellos han ido a la universidad y han empezado la madurez al finalizar el periplo educativo, alrededor de los 23 años. Si a ello le sumamos los problemas económicos de los últimos años, no resulta extraño que sus integrantes hayan retrasado ciertas fases de la vida (bodas, paternidad…). Quizá por ello, también se la conoce como la Generación Peter Pan.
Asimismo, se han topado con las mieles de la era tecnológica. Están conectados y, teniendo en cuenta su tardía madurez, muchos de sus gustos parecen propios de adolescentes. Internet es muy importante para ellos, tanto para relacionarse (Whatsapp y redes sociales) como para disfrutar de la vida (series y cine en streaming, compras online, consumo de información virtual…). Están influenciados por la TV, el cine y, en general, por la cultura pop. Les gusta debatir, se preocupan por el medio ambiente y disfrutan de las pequeñas cosas, desde paseos en bici hasta meriendas en cafeterías hipster. Son más sanos: fuman menos, van al gimnasio y comen comida más ecológica. También han potenciado el concepto de viaje a lo mochilero, visten de forma más alternativa y son personas cultas. Son responsables, pero prefieren disfrutar de un buen festival de música, una escapada o una exposición en lugar de establecer rutinas diarias. Así son los nuevos adultos.
Un nuevo concepto de boda
Esta generación se casa más tarde por todo lo explicado anteriormente. Además, lo hacen de forma diferente. Se adaptan a los nuevos tiempos, por lo que el protocolo diseñado con escuadra y cartabón se empieza a olvidar. Abogan por la decoración DIY y se nutren de las ideas extraídas de la red, una de sus principales aliadas. En este sentido, existen “blogueras”, “youtubers” e “influencers” tan relevantes que empiezan a desaparecer los consejos de la tía segunda del pueblo. Hoy en día, la Generación Y es capaz de atesorar mucha más información que case con la era moderna. En este sentido, la tecnología y las redes sociales están muy presentes.
La gastronomía nupcial es un espectáculo
Un espectáculo en todos los sentidos. Los platos clásicos que atestaban las bodas del siglo XX han pasado a mejor vida. Hoy en día, los contrastes son el “santo y seña” de la cocina para bodas. Así pues, la vanguardia se mezcla con la comida más desenfadada, siempre desarrollada con total maestría. Aunque sea impensable en los círculos más tradicionales, la cocina del siglo XXI ha reinventado a “los viejos rockeros” de la gastronomía popular. Y triunfan en las bodas. También los menús variopintos para personas con alergias o creencias diferentes: veganos, celíacos y demás pueden estar tranquilos, aunque la abuela no sepa qué es el gluten.
Además, estas fiestas pueden desarrollarse en los lugares más rocambolescos. Aunque los salones de siempre siguen teniendo éxito, éstos suelen revestirse según la personalidad de los novios. Los escenarios al aire libre también son clave para dar rienda suelta a estos banquetes modernizados.
El estilo se ha salido de la norma
Como ya hemos advertido, el protocolo no se sigue tan a rajatabla como en el pasado. Las novias ya no son las princesas que la realeza y las primeras películas de Disney nos habían mostrado. Hoy en día, las chicas exploran líneas más desenfadadas y lucen un estilo más bohemio o hippie que sus predecesoras. Este cambio de paradigma no implica dejadez, sino una inmersión hacia la nueva moda, mucho menos estricta que la de hace años. El estilo boho chic triunfa como antes lo hacía el vals.
En general, se llevan los vestidos de novia cómodos y fluidos, con un punto sexy y desenfadado, que digan más de la persona que del diseñador. Los complementos no brillan como la antorcha olímpica, sino que tienen valor sentimental o proceden de lugares remotos del mundo. Todo está diseñado con alegría e informalidad.
Ellos también han cambiado las reglas del juego. Muchos continúan con el chaqué y la sobriedad de siempre, y siguen acaparando la mayoría de aplausos. Sin embargo, se empiezan a ver trajes en colores atrevidos, pajaritas, corbatas estampadas, tirantes y sombreros. El estilo vintage marca la forma de vestir de la generación millennial y, en las bodas, esta vuelta al pasado con recubrimiento cool toma especial relevancia.
Ambiente informal
En general, el ambiente que se respira es desenfadado. Todo empieza con las invitaciones, que obvian la diplomacia de siglos pasados e incluyen un lenguaje informal, más divertido y fresco. La personalidad de los novios se refleja desde este momento hasta que se cierra el baile. Así pues, no faltan decoraciones originales, localizaciones insólitas (la casa del pueblo, un granero, al borde de un acantilado, un parque…), música en directo (quizá el protagonista sea alguno de los amigos de la pareja) y sorpresas a raudales en todos los momentos estrella.
¿Quieres ser una novia millennial? Descubre las mejores tendencias para conseguirlo. Si ya lo eres, todo esto no te pillará por sorpresa. Tus gustos pertenecen a esta generación: la tuya y la de tus amigos de entre 20 y 35 años. Disfrutad de vuestras especialidades y continuad cambiando el mundo. Es vuestro momento.
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