Japón es fuente inagotable de historia, tradición y cultura. Por todo el país se encuentran joyas ocultas por descubrir, entre ellas destaca Kanazawa, capital de la prefectura de Ishikawa. Se trata de uno de los mejores lugares para trasladarnos atrás en el tiempo, pues en ella se mantienen vivas antiguas tradiciones y artesanías.
La ciudad de Kanazawa tiene su origen en 1583, con la construcción de su castillo por orden del general Maeda Toshiie, del clan Kaga. Durante el período Edo, uno de los más esplendorosos de Japón, Kanazawa se convirtió en uno de los centros políticos, económicos y culturales más importantes del país gracias al gobierno de la familia Maeda, que impulsó su crecimiento con el establecimiento de templos y barrios residenciales de samuráis y civiles en torno al castillo. El clan Kaga fue también impulsor y protector de las artes y la cultura, actitud que se ha mantenido hasta la actualidad.
Gracias a que durante más de 400 años la ciudad se ha mantenido alejada de guerras y de desastres naturales, hoy en día, el visitante tiene la oportunidad de apreciar la excelencia de la cultura japonesa de siglos atrás. Todo ello, junto con su tranquilidad y belleza, convierte a Kanazawa en un destino perfecto para descubrir en pareja durante la luna de miel.
Bienvenido a Kanazawa
Desde la primavera de 2015, con la apertura de la ruta Hokuriku de Shinkansen (tren bala) se ha facilitado el acceso a Kanazawa desde Tokio. Ahora, ambas ciudades están conectadas en apenas dos horas y media, el mismo tiempo que tardaremos en tren convencional desde otras ciudades como Kioto y Nagoya.
Durante el trayecto del tren recomendamos empezar a disfrutar las mieles que nos ofrece la naturaleza en los alrededores de Kanazawa.
Parque del Castillo de Kanazawa
Este parque rodea todo el complejo del castillo de Kanazawa, que fue residencia de la familia Maeda durante catorce generaciones. Una de las características de este castillo son sus muros que, si bien tienen un estilo similar al de los castillos japoneses tradicionales, guardan una personalidad única gracias a sus paredes decoradas con motivos distintivos.
Dentro del recinto, destacan la Puerta Ishikawa-mon y el jardín Gyokusen’in maru, ambos considerados como grandes puntos de interés cultural. La puesta de sol es impresionante desde este jardín, ¡un plan romántico perfecto para terminar la jornada!
Jardín Kenroku-en
Aunque su construcción comenzó en el siglo XVII, no se terminó hasta 180 años después. El Kenroku-en es considerado uno de tres jardines más famosos de Japón. Su belleza reside en la perfecta combinación del espacio, diseño sutil, armonía y serenidad. En este jardín viven árboles de 150 especies diferentes y en él se práctica el método yukitsuri que consiste en la instalación de tirantes en los árboles para evitar su ruptura con el peso de la nieve que cae en invierno.
Además, en sus terrenos encontramos estanques, montículos, cabañas y una casa de té, siguiendo el estilo kaiyu-shiki. Este estilo se basa en conseguir el disfrute de los visitantes al pasear por los jardines pasando por sus diferentes espacios, salpicados en sus alrededores por hileras de árboles estacionales entre los que destacan los cerezos, que crean un extraordinario espectáculo cuando florecen. ¡Perfecto para un tranquilo paseo en pareja!
Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI
Se trata de uno de los espacios más especiales de Japón. Este museo se considera una oda a la originalidad y en él pueden observarse obras de arte contemporáneas de grandes artistas japoneses e internacionales. Su estructura redondeada de vidrio, sin entrada principal, destaca frente al resto de construcciones medievales de la ciudad.
Entre sus exposiciones permanentes destaca la piscina de Leandro Erlich, un cubículo cuya superficie simula, gracias a un cristal especial, la inmersión en el agua de los visitantes. Sin duda, el museo promete un viaje ecléctico donde relacionarse, sentir y vivir experiencias únicas.
Budismo en Museo D.T. Suzuki
El Museo D.T. Suzuki invita al visitante a la reflexión desde un punto de vista espiritual, siguiendo las ideas del filósofo budista Daisetsu Suzuki, nacido en Kanazawa y considerado el introductor del Zen en occidente.
La estructura del edificio fue diseñada por el célebre arquitecto Yoshio Taniguchi, quién consiguió unir a la perfección el interior del museo, dedicado al silencio, y el exterior, resaltando la luz. La conexión entre ambos lugares proporciona una enorme sensación de paz y tranquilidad. El museo tiene una sala de meditación que los visitantes pueden usar libremente.
Distritos de Chaya
En Kanazawa hay tres distritos Chaya: Higashi Chaya, Kazue-machi Chaya y Nishi Chaya. Todos ellos funcionan como grandes centros de ocio con esencia japonesa centenaria procedente del período Edo. Así, las geishas siguen animando las veladas con sus canciones y bailes tradicionales, y por las calles circula el susurro de los instrumentos musicales tradicionales, como el shamisen o el wadaiko.
A lo largo de estos distritos, los edificios presentan una estampa tradicional, con las celosías llamadas kimusuko decorando sus plantas bajas, e incrementando la belleza arquitectónica para construir un bello paisaje urbano con reminiscencias clásicas.
¡El encanto de estos barrios no tiene igual en Japón! ¡Imprescindible perderse por sus calles!
Distrito Naga-machi Buke Yashiki
Durante el período Edo, este barrio de Kanazawa hospedaba a los samuráis que trabajaban en el castillo de la ciudad. Hoy en día, este distrito sirve como residencia para los ciudadanos que siguen disfrutando de parte de la atmósfera que imperaba en la época, gracias a la conservación de las viviendas y los detalles de la época.
Gastronomía de mar y montaña
Si Japón ya es un primor en materia gastronómica, Kanazawa bebe de esa tradición y la explota individualmente. La combinación de montaña y océano que le da su situación es fundamental para la obtención de los productos frescos que son la base de sus recetas. Destacan mariscos como el cangrejo kano o el camarón rosado, y maravillosos vegetales estacionales propios de la zona. Estos productos pueden comprarse y degustarse en el mercado Ohmi-cho. Como platos clave de la cocina local destacan el guiso de Jibuni y el Tai-no-karamushi (besugo relleno).
Por su parte, la confitería de Kanazawa, también goza de extraordinario prestigio en Japón, situándose a la cabeza junto con las célebres ciudades de Kioto y Matsue. Además, en Kaga, muy cerca de Kanazawa, surgió la célebre ceremonia del té que acabó implantándose en todo el país. Muchos establecimientos ofrecen la posibilidad de participar en una de estas ceremonias. ¡Una experiencia inolvidable!
Artesanía
Durante el período Edo, la familia Maeda destacó por no centrarse únicamente en el ámbito militar, sino que invirtió grandes esfuerzos en fomentar la cultura. Así, surgieron en Kanazawa negocios textiles, talleres de cerámica, carpintería y el teatro Noh, drama musical japonés, tuvo un desarrollo sin precedentes.
Todo ello ha superado el tiempo y se ha transmitido a lo largo de las generaciones, llegando hasta nuestros días. De hecho, en 2009, Kanazawa fue declarada Ciudad de Artesanías y Arte Popular por la UNESO bajo el paraguas de la UNESCO Creative Cities Network.
Experiencias culturales únicas
Pan de oro
La técnica del pan de oro tiene su principal mercado de Japón en Kanazawa, con una cuota del 99% solo en la ciudad. Así, se convierte en la mejor localización japonesa para la decoración de este motivo ornamental, sobre todo por la humedad persistente en el aire que facilita el martilleo del oro.
El proceso es sencillo: el oro se extiende entre dos hojas de papel washi, y el material se martillea hasta conseguir una superficie de 100 nm (nanómetros). Con esa medida, posible gracias a la humedad de Kanazawa, la luz atraviesa la estructura. Las hojas de oro se utilizan para decorar diferentes objetos como vajillas o palillos. Existen varios talleres en la ciudad que realizan clases de iniciación a estas técnicas, una oportunidad perfecta para que tú y tu pareja os adentréis en la cultura japonesa.
Salsa de soja
Durante el periodo de Edo, el pueblo portuario de Ono fue conocido por su producción de salsa de soja. Hoy en día, todavía es el hogar de algunos de los principales responsables de esta labor, como la compañía Yamato Soysauce & Miso Co. en Yamato Koji Park.
Los visitantes también pueden apreciar las especialidades derivadas del koji, un hongo especial (el Aspergillus oryzae) que ayuda a la fermentación de la salsa de soja, el sake o el miso, ingredientes fundamentales de la cultura gastronómica japonesa.
Kanazawa es una de las grandes joyas históricas ocultas de Japón, es un destino perfecto para salirse de las rutas principales y disfrutar de unos días descubriendo la tradición, la modernidad y la autenticidad de la cultura japonesa durante vuestra luna de miel.
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