En los últimos años estamos viviendo toda una revolución en el mundo de la cosmética. Su objetivo no es solo mejorar e hidratar nuestro cuerpo y rostro sino que avanza día a día para reconocer las necesidades de cada tipo de piel. La cosmética inteligente pretende crear productos eficaces para cada zona y problema de nuestra piel.
La cosmética inteligente está revolucionando la tradicional ya que uno de sus objetivos es retrasar el efecto del paso del tiempo en la piel. Un planteamiento innovador al que se ha llegado después de numerosos estudios científicos y nuevos cosméticos activos. Impedir el envejecimiento de la piel es uno de los principales objetivos de la cosmética inteligente.
También esta nueva cosmética se centra en prevenir y reparar los daños específicos de cada célula de nuestra piel. Sobre todo cuando se encuentra afectada por las agresiones que sufrimos todos los días como la contaminación, el frío extremo o la radiación solar. Ningún rostro es igual que otro ni todas las células tienen las mismas necesidades. La cosmética inteligente focaliza las necesidades particulares de nuestra piel y centra el tratamiento en puntos clave del rostro. Algunas mujeres necesitan un tratamiento efectivo en la frente, el contorno de los ojos o la barbilla.
Cuando llegamos a los cuarenta años además de la hidratación, nuestra piel necesita tratamientos especializados para frenar el paso del tiempo. La cosmética inteligente crea combinaciones de activos específicamente pensados para esa zona de nuestro rostro. Tratamientos eficaces que actúan no solo a nivel superficial sino en las capas más profundas de nuestra piel.
La cosmética inteligente desarrolla diferentes cremas y sérums basados en productos como los polifenoles o el ácido hialurónico. Productos que mejoran el estado de nuestra piel tras su aplicación constante. Además nos proporcionan bienestar y nos ayudan a mantener un óptimo estado de ánimo.
El uso de los péptidos en nuestra piel
La auténtica revolución de la cosmética inteligente es el uso de los péptidos para el cuidado de la piel. Se trata de unas moléculas que se forman al combinar varios aminoácidos y que se encuentran de forma espontánea en la naturaleza. Aunque cumplen innumerables funciones, la principal de todas es la de transmitir información entre las células. Los biopéptidos pueden comunicar a la dermis con la epidermis para conseguir una regeneración mucho más rápida en el caso de que necesite ayuda o reparación urgente.
– Repara la piel. Cuando vamos cumpliendo años la piel va perdiendo la habilidad de autorrepararse. Los péptidos artificiales en los tratamientos de belleza junto con el retinol, los antioxidantes y los AHAs, son unos elementos clave en los tratamientos antienvejecimiento. Su combinación es fundamental para la reparación de nuestra piel.
– Previene el envejecimiento. El uso de los péptidos en cosmética ha cambiado radicalmente los tratamientos de belleza tradicionales. Estos nuevos elementos pueden actuar a distintos niveles de la piel y a prevenir su envejecimiento progresivo. Actúan estimulando la síntesis de proteínas que forman la matriz extracelular como colágeno, elastina, fibronectina y laminina. Los péptidos mejoran y aceleran la cicatrización de la piel y también regeneran y reestructuran la epidermis.
– Protege la piel el sol. Además pueden actuar como una ayuda extra para la protección solar de nuestra piel al estimular la producción de melanina. Otra de las propiedades de estos elementos sería atenuar las reacciones inflamatorias de la piel, regular las citoquinas pro-irritantes y proteger nuestra piel contra radiaciones UVA y UVB.
– Blanquea la piel. Los péptidos pueden actuar como blanqueadores de nuestra piel al suprimir la actividad de la hormona estimulante de los melanocitos y la síntesis de melanina. También como reafirmantes de la piel ya que impiden la degradación del colágeno y la elastina debido a los daños causados por el agentes externos como la polución o la radiación solar o internos como o el propio envejecimiento.
– Actúa como reafirmante. Los biopéptidos son muy eficaces para combatir el envejecimiento prematuro ya que envían diferentes mensajes a las células para lograrlo. Se utilizan para estimular la producción de colágeno en las capas más profundas de la piel. Si se aplican estos elementos de forma continua y diaria se verá reflejado en una mejoría de la superficie de la dermis.
– Combate las arrugas. Por eso estos elementos se utilizan en muchas cremas antienvejecimiento para tratar y combatir las primeras arrugas. Por su capacidad de selección inteligente de los problemas de nuestra piel, los biopéptidos se ocupan a la perfección de estimular todos los procesos de regeneración, rellenando cada una de las arrugas desde dentro.
En un futuro próximo se podrán utilizar la cosmética inteligente para ayudar al tratamiento de enfermedades de la piel como el vitíligo, la psoriasis o la dermatitis atópica. Incluso se podría llegar a prevenir la predisposición genética de ciertas personas a desarrollar determinadas patologías cutáneas. La dermatogenética ofrece recomendaciones personalizadas en función del análisis del ADN. Una gran revolución de la cosmética que día a día va dando grandes pasos.
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