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La Mancha como testigo de amor: la boda de Sergi y Mara

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La geografía española ha sido testigo del amor que se profesan Sergi y Mara. Él de Barcelona y ella de Cádiz se conocieron en Málaga, donde Mara trabajaba, gracias a una amiga que tienen en común.

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Sergi le regaló a Mara un viaje a París por su cumpleaños y una de las noches la llevó a cenar al típico restaurante parisino, llamado Le Grand Colbert y conocido por aparecer en la película Cuando menos te lo esperas. Allí se lo pidió delante de toda la gente. Mara cuenta que le dio mucha vergüenza porque justo al lado de ellos tenían una mesa con dos parejas españolas que ¡se estaban dando cuenta de todo! Y así fue todo, en menos de un año se dieron el “sí, quiero”.

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Foto: Carlos Aragón

La boda se celebró el 11 de octubre de 2014 en Villaescusa de Haro, un pequeño municipio de Cuenca. El pueblo, de 500 habitantes, era de donde procedía el abuelo del novio y donde su familia vuelve todos los veranos y también en vacaciones. En definitiva, un lugar ideal que Carlos Aragón, el fotógrafo, supo aprovechar para plasmar cada instante de una forma especial en románticas imágenes.

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Foto: Carlos Aragón
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Foto: Carlos Aragón

El novio vistió un traje de chaqueta en tono gris al igual que el chaleco abotonado. Todo ello acompañado de una singular pajarita en color verde oliva y unos zapatos en marrón chocolate con cordones, además de un ramillete de flores en la solapa. ¡Sencillo, original y muy elegante!

Las alianzas que decidieron conseguir para unir sus vidas fueron clásicas: de media caña, en oro blanco y regaladas por la hermana del novio y su marido. ¡Preciosas!

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Foto: Carlos Aragón

Mara confiesa que el vestido de novia le trajo de cabeza durante meses. Tenía muy claro que no quería un modelo convencional. Al final se decidió por un diseño de Otaduy, una firma con taller en Barcelona y donde hacen los vestidos a medida. Pero no un vestido cualquiera, sino que le adaptaron dos modelos, ya que ninguno le convencía al 100%. “¡Qué paciencia que tuvieron conmigo!”, cuenta.

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Foto: Carlos Aragón

La novia, que conocía desde hacía tiempo los zapatos de boda vintage de la diseñadora británica Rachel Simpson, tenía claro que si algún día se casaba sería con un calzado de ese estilo. Eligió unos de la marca alemana Taupage, en color nude, tipo bailarina y no demasiado altos. ¡Súper cómodos!

Respecto al ramo, Mara quería que llevase peonias, pero le dijeron que es una flor muy delicada y que encontrarlas en octubre sería imposible. Investigaron y encontraron las rosas David Austin, parecidas a las anteriores. La Floristería Azalea, fue la encargada de crear la idea que la novia tenía en mente: un bouquet redondo y no demasiado grande, con un toque silvestre.

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Foto: Carlos Aragón

A Mara la maquilló Mamen, del centro de estética Bella Donna. Puesto que normalmente no se maquilla, quería algo muy natural y muy sobrio. No quería verse diferente ni rara ese día. Del peinado se encargaron las profesionales de Peluquería Soraya: un recogido con trenzas que le encantó a la novia.

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Foto: Carlos Aragón

Ella llevaba solamente el anillo de pedida, un diseño de la joyería Rabat de línea sencilla, en oro blanco con un diamante encastrado. También lució unos pendientes de oro amarillo con dos brillantes, los mismos que la abuela del novio llevó el día de su boda, 60 años atrás. Fueron su “algo viejo y prestado”. ¡Eran perfectos!

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Foto: Carlos Aragón

La ceremonia tuvo lugar en el patio del Ayuntamiento de la localidad. Queríamos que fuese una fiesta con nuestros familiares y amigos más allegados, una boda íntima en la que en total fueron 91. Fue un enlace “verdadero”, ya que firmaron en ese mismo momento el acta de matrimonio.

El sitio es muy bonito, típico patio castellano de piedra con soportales y columnas. Lo decoraron con hiedra y colocaron balas de paja a modo de asientos para los invitados. La mesa de la ceremonia estaba decorada con un colorido mantón de manila, unos candelabros antiguos y un reloj que compraron en un anticuario y que marcaba la hora de la boda.

El alcalde que ofició la boda les regaló una acuarela del patio realizada por un artista local, el cual tienen colgado en su casa. ¡Un regalo muy original!

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Foto: Carlos Aragón
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Foto: Carlos Aragón

La novia explica que quizás el momento más especial de la boda fue cuando entró al lugar de la ceremonia y el novio se emocionó. La boda empezaba oficialmente, después de tantos meses de preparativos a distancia y de una última semana a contrarreloj en la que no pararon ni un segundo de trabajar para que todo estuviera listo. ¡Días de mucha tensión!

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Foto: Carlos Aragón
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Foto: Carlos Aragón

Como todos los invitados llegaron de fuera, quisieron que la boda fuese un poco más allá de la tarde noche del sábado y por eso organizaron dos cenas el propio viernes: una donde estuvieron los novios con los amigos y familiares más jóvenes y otra con los padres y familiares más mayores. Además del almuerzo que tomaron el domingo a modo de despedida. Así, la boda se alargó hasta tres días.

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Foto: Carlos Aragón

Mara y Sergi querían un fotógrafo de la zona o de los alrededores y buscaban algo más fresco para su reportaje de boda, uno que narrara el día de su boda y los pequeños detalles que sucedieron. Llegaron a Carlos Aragón a través de una amiga que se casó unos años atrás y varios conocidos que se lo recomendaron.

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Foto: Carlos Aragón
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Foto: Carlos Aragón

La pareja se puso en contacto con él y, aunque sólo faltaban cuatro meses para la boda, afortunadamente ¡tenía la fecha libre! Cuentan Sergi y Mara que no pudieron acertar más de pleno. Tanto los novios como los invitados acabaron encantados con las fotos y por supuesto con el equipo de profesionales de Carlos Aragón.

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Foto: Carlos Aragón

El banquete se celebró en el recinto de la casa familiar del novio. En un principio la idea era hacer un cóctel al aire libre en la zona de la piscina y luego pasar a tomar el plato principal y el postre en la carpa que habían alquilado, para además continuar con el baile. Sin embargo, como hizo frío y amenazaba la lluvia decidieron hacerlo todo dentro. A mitad de la cena empezó a llover y la verdad que fue un acierto celebrarla allí. Un detalle muy romántico es que la carpa era transparente y se veía llover desde dentro.

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Foto: Carlos Aragón

El catering fue servido por la empresa Boyma, de Las Pedroñeras. Fue un cóctel a base de tapas, entre las que había especialidades manchegas, como pisto o queso. También se sirvieron barbateñas, originarias del pueblo de la novia, desde donde llevaron además mojama y banderillas de atún. El plato principal, como no podía ser de otra forma en Cuenca, fue cordero.

Para el postre querían que se sirviese helado, ya que el padre de Mara es heladero y le hacía ilusión comerlo el día de su boda. El catering hizo tarta de hojaldre con frutas, la cual combinaba perfectamente con los helados. ¡Todo riquísimo!

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Foto: Carlos Aragón
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Foto: Carlos Aragón

De la decoración de la boda se encargaron los propios novios. Toda sencilla y muy personal. Para las mesas eligieron sobre-manteles rojos y vajilla blanca de líneas modernas y sencillas. Como centros de mesas colocaron botes de cristal reciclado decorados con washi-tape en los que pusieron claveles blancos y rojos y paniculata, también velas y portafotos con los nombres de las mesas. Nombres de sitios o cosas importantes para la pareja: París, Barcelona, playa, sushi, carretería…

Las minutas, al igual que todos los elementos de papelería de la boda se las hizo un amigo diseñador y todo seguía la misma estética y colores que la invitación. ¡Una decoración perfecta que quedó ideal en las maravillosas fotografías de Carlos Aragón!

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Foto: Carlos Aragón
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Foto: Carlos Aragón

Al estar en toda La Mancha tuvieron la idea de regalar a todos sus invitados algo muy original: tarros de queso en aceite y cómo no, queso manchego. Detalle del que se encargaron ellos mismos. Un mes antes de la boda se pusieron manos a la obra: compraron unos cuantos quesos y elaboraron y empaquetaron su propio queso en aceite. ¡Una idea muy original!

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Foto: Carlos Aragón
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Foto: Carlos Aragón

Abrieron el baile con una canción de Iván Ferreiro: SPNB (Son preciosos nuestros besos), ya que fue una canción muy especial del verano en el que se conocieron. Sin duda, la pareja celebró una boda muy especial llena de sentimientos y momentos memorables que siempre guardarán para el recuerdo con las preciosas imágenes que Carlos Aragón capturó para ellos. ¡Os deseamos lo mejor Sergi y Mara!

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