Lo que se ve, se luce... Enseña tus fotos de boda
¿Merece la pena realizar las fotos de la boda para que acaben en el fondo de un baúl? Todo el esfuerzo, todo lo que pueden significar, ¿dónde queda...?
Quizás más que un artículo informativo, en esta ocasión quiero trasladaros una reflexión, un sentimiento en base a una experiencia cercana. Me tomo esta licencia porque estoy convencido de que lo que os voy a contar es una historia que se repite una y otra vez.
Hace un par de sábados, unos buenos amigos nos invitaron a cenar en su casa. Como cualquier sábado en el que asoman unos rayos de sol, yo venía de realizar una preboda. A petición del público, más bien de mi amiga Charo (je je je, para qué engañarnos…) bajé el portátil del coche y les enseñé las últimas fotos que había hecho.
Una cosa llevó a la otra, y los anfitriones nos enseñaron su libro de bodas que precisamente este año cumple su décimo aniversario. El álbum llevaba cerrado y encerrado la mayor parte de esos diez años. De hecho Manolo, el novio de aquellas fotos, hoy marido y padre, insistía en que era la cuarta vez que abría el álbum.
Varios sentimientos se removieron en mi interior: ¿merecía la pena haber realizado esas fotos para que acaben en el fondo de un baúl? Todo el esfuerzo, todo lo que pueden significar, ¿dónde queda…? Y apareció la gran pregunta: ¿Qué podemos hacer para que los novios se sientan orgullosos de sus fotos de boda hasta el punto de permanecer dentro de sus vidas y no ser desterradas?
Expulsé cualquier atisbo de negatividad o melancolía y decidí escribir estas líneas para contarle a las novias y novios que uno de los objetivos que tenemos los fotógrafos de bodas es conseguir que ellos estén tan contentos y orgullosos de sus fotos que estén dispuestos a empapelar sus vidas con ellas… ahora y dentro de 10 años.
Y es que la fotografía nupcial está cambiando como la realidad que nos rodea. Hoy los novios utilizan sus fotos como portada de Facebook, sus retratos son ya avatares de perfil, fondos de tablets y teléfonos, tapices de escritorio en portátiles… Y sí, también forman parte de un álbum de lino que enseñar a las visitas.
‘Lo que se ve, se luce…’ y lo que no, se pudre. No he sabido titular de otra forma esta confidencia. Os animo de todo corazón a utilizar vuestras fotos, a difundirlas, a mostrarlas al mundo en sus diferentes formatos. Para mí, y para muchos fotógrafos, será un verdadero placer sentir que aquella inversión que un día me confiásteis permanece viva, latente, actual.
Pero la historia de aquella cena no terminó ahí. Al día siguiente, mi amiga Charo me confesó que al llegar a casa de madrugada, algo le empujó hasta el cajón del aparador. Sacó su álbum de boda y repasó cada foto, cada detalle, cada persona. Esto sólo pueden conseguirlo las fotografías.
Autor invitado: Nano Gallego de Nano Gallego Fotografía
Fotógrafo de bodas
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