Luna de miel en Alaska: la última sorpresa del planeta

El gran estado de Estados Unidos es uno de los nuevos destinos para lunas de miel de los últimos años.

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Hace años, los viajes a lugares fríos parecía una locura, mucho más en la luna de miel. Porque, con las palmeras, la arena blanca y las aguas cristalinas como reclamos, el sol se erigía como máxima expresión de las vacaciones.

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Sin embargo, los viajeros evolucionan y hoy en día intentan ir más allá. Por ello, buscan experiencias nuevas y excitantes, tan increíbles como las que ofrece Alaska para el viaje de novios. Con las montañas y los glaciares como grandes conocidos, sus virtudes tienen mucho más recorrido. ¿Listo para sorprenderte de verdad?

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Foto vía Shutterstock: Maridav

Datos importantes

Alaska es el estado más grandes de Estados Unidos, con una extensión que casi triplica la de Texas, el siguiente en la lista; sin embargo, es uno de los menos poblados, por lo que no se ha desvirtuado en exceso su esencia. Limita al norte con el Océano Glacial Ártico, al sur con el golfo de Alaska y el Océano Pacífico; al este con Canadá y al oeste con el mar y el Estrecho de Bering. Su capital es Juneau.

Tiene cuatro tipos de clima: el oceánico, con temperaturas más o menos suaves; el subpolar oceánico, típico del sur; el subpolar del interior y el polar, propio del norte. Para disfrutar de un clima que no sea demasiado duro, puedes viajar entre mayo y septiembre, pero muchos de los encantos de Alaska se producen en pleno invierno, como las auroras boreales más intensas. ¡Todo depende del tipo de turismo que quieras hacer! Para ello, ten en cuenta la luz: en invierno existe con cuentagotas, mientras que en verano apenas se pone el sol.

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Foto vía Shutterstock: Grey82

Un paisaje único

Teniendo en cuenta la inmensidad de lugares que se asemejan al paraíso, casi todos en islas idílicas expuestas a las posibilidades del buen tiempo, Alaska se postula como una maravilla por su originalidad y peculiar belleza. Sembrada de glaciares y montañas, sus temperaturas extremas han pintado la mayor parte de su paisaje con el límpido blanco de la nieve en los meses de frío, dejando sus masas de agua pintadas de un misterioso azul intenso y psicodélico. Sin embargo, cuando las temperaturas son más suaves, la nieve deja paso a una inmensidad verde que es recomendable no desdeñar. Su naturaleza se contempla en sus preciosos valles, laderas de montañas y grandes lagos, sobre todo en la zona central del estado.

Por encima del Círculo Polar Ártico, la tundra, helada la mayor parte del año, es la nota dominante y el refugio de animales como osos polares o alces. Aquí sobreviven líquenes, musgos y arbustos, aunque también bosques de hoja caduca y grandes extensiones de abetos. No obstante, en la zona meridional y de la taiga se suceden bosques de robles, pinos, olmos y nogales americanos. En todos estos parajes, su fauna es variada y casi mítica: ballenas, focas, morsas, nutrias marinas, oso polar, oso pardo, oso negro americano, caribúes, lobos, alce americano, castor…

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Foto vía Shutterstock: emperorcosar

Top 5 lugares de interés

1. Parque Nacional Denali. En Alaska hay numerosos parques naturales encargados de proteger la fastuosa fauna y flora que impera en todo el territorio. Denali es el más importante de Alaska y despunta gracias al Monte Denali, el más alto de Norteamérica con 6.190 metros. Contiene 25.000 km2 de terreno virgen sembrado por tundras, bosques de píceas y glaciares, y da hogar a alces, osos, lobos y coyotes. Además de quedar fenomenal en las fotos, es perfecto para organizar excursiones en verano.

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Foto vía Shutterstock: evenfh

2. Glaciares de Matanuska y Prince William Sound. El primero es el más largo y accesible de Estados Unidos, pero los de Prince William Sound compiten con el anterior en cuanto a belleza. Todos ellos merecen una oportunidad en tu recorrido por los glaciares, quizá el espectáculo natural más interesante y original de los que hayas visto hasta ahora. Escuchar cómo se quiebra el hielo con violencia es una experiencia única.

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Foto vía Shutterstock: NattyC

3. Parque nacional de los fiordos de Kenai. Considerado un monumento nacional hasta 1978, año en el que se convirtió en parque natural, se centra en la salvaguarda de los tesoros naturales de la península de Kenai. Reúne hasta 30 glaciares de incalculable belleza, y en sus aguas, focas, leones marinos, osos, ballenas jorobadas y orcas se divierten chapoteando. También destaca la playa de Clam Gulch, un paraje perfecto para pasar la tarde entre maravillosa naturaleza.

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Foto vía Shutterstock: Sean Lema

4. Lago Hood. Los lagos son abundantes en Alaska y el Hood uno de sus grandes representantes. Y es importantes porque, teniendo en cuenta que al 90% de Alaska solo se puede acceder a través de avioneta, el lago actúa como la principal base de avionetas e hidroaviones. Además, sus vistas y rutas de senderismo son increíbles.

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Foto vía Shutterstock: Justin Beyerlin

5. Río Kobuk. Gracias a la protección de todo el terreno alasqueño, los ríos gozan de un curso limpio y sin trabas. En los aledaños del Kobuk, el paisaje es una obra de arte de la naturaleza nutrida de bosques en los que se puede acampar. En su superficie se practican deportes acuáticos, siempre respetando el entorno, y se puede observar al oso Grizzly, una de las especies más legendarias.

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Foto vía Shutterstock: t.m. urban

Las auroras boreales, un fenómeno mágico

Las auroras boreales (Aurora era la diosa romana del amanecer; Bóreas es un vocablo griego que significa norte) se han colocado en el top de maravillas de nuestro mundo. Consisten en la presencia de inmensos haces de luces de colores que rasgan el cielo, fruto del choque de la radiación solar con la magnetósfera de la Tierra. Las auroras boreales están sometidas a los designios de la naturaleza y pueden cambiar de forma y color, mostrando una sucesión de dibujos luminosos sobre el lienzo del firmamento. Su espectro luminiscente le confiere un aspecto místico, fantástico, de ciencia ficción, tan puro y extraordinario que resulta difícil adscribir a la realidad.

Es uno de los principales atractivos de Alaska, tal y como sucede en numerosos países cercanos al polo norte (Islandia, el norte de Noruega, Finlandia…). Y, aunque su máxima expresión tiene lugar en los meses de invierno (diciembre-marzo), cuando la oscuridad es absoluta y apenas se percibe la luz a lo largo del día, también contamos con este fenómeno cerca de los equinoccios. En la mitad de marzo o de septiembre se puede disfrutar de este espectáculo de tintes fantásticos, aunque octubre también es una buena época. De hecho, algunos hoteles preparan sus alojamientos para recibir a los turistas listos que buscan las auroras boreales.

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Foto vía Shutterstock: HelloRF Zcool

Lejos de quedarnos en la playa, Alaska, al igual que otros lugares fríos del planeta, están ganando adeptos con el paso de los años. La ilusión por visitar países únicos y zonas desconocidas está ampliando la mente del viajero. En tu luna de miel, puedes romper con las reglas y visitar una de las tierras más espectaculares de nuestro planeta.

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