China es uno de los países estrella del planeta. Su cultura ancestral lleva enriqueciendo la Tierra desde hace siglos, por ello es uno de los territorios considerados cuna de nuestra civilización. Además, conserva un patrimonio natural de calidad incuestionable, dotando al país de dos ambientes contrastados e igualmente bellos.
Con todo, el país asiático es una de los mejores reclamos para lunas de miel exóticas, con una aventura nueva esperando en cada rincón. Si quieres conocer una cultura completamente diferente a la occidental, aprovecha tu viaje de novios para soñar despierta.
Datos importantes
Debido a esas diferencias que existen entre Oriente y Occidente, viajar a China es una aventura en todos los sentidos. Por ello, los viajeros deben estar a la altura de esas aventuras y conocer qué necesitan para poder acceder allí con todas las garantías.
China es el país más habitado del mundo con casi 1400 millones de personas; junto a India (muy similar en población) supera con creces al tercer país en la lista, Estados Unidos, con 300 millones de habitantes. Además, es el tercer país más grande del mundo en cuanto a superficie. Todo ello habla de un maravilloso caos que tendrás que administrar; para moverte entre ciudades, los vuelos baratos y algunos trenes son buenas opciones.
Para ir a China, se necesita un visado que cuesta alrededor de 120 euros en el propio país, algo más si tiene que llegar al país de residencia, y de 80 euros a través de Internet. El idioma oficial es el chino mandarín y no se habla inglés a no ser que sea en grandes hoteles o espacios pensados para turistas (o en ciudades especiales como Hong Kong), pero quizá te lo pases bien intentando comunicarte, teniendo en cuenta que los gestos también son diferentes en el país oriental.
El cambio de divisas te beneficia si lo realices sobre suelo chino, pues te saldrá más barato y te impedirá recurrir a la tarjeta, solo admitida en muy pocos lugares para turistas.
En cuanto al clima, aspecto bastante importante a la hora de viajar, debes saber que las diferencias entre el norte (más frío), donde se encuentra Pekín, y el sur (más caluroso), hogar se Shanghai, son abruptas. Con la época de lluvias presente entre junio y septiembre, las mejores épocas para visitar China se sitúan en primavera (abril y mayo) y en otoño (finales de septiembre y octubre).
Naturaleza, templos y tecnología
Lo mejor que puede ofrecerte un país es una mezcla de ambientes, un contraste que se capaz de construir todo tipo de sensaciones. China es uno de países, pues aglutina su legendaria tradición, tanto histórica como espiritual, su progreso tecnológico, la magia de sus espacios naturales y auténticas delicatessen inscritas en su exquisita y famosa gastronomía. Así, surgen escenarios tan dispares como la Gran Muralla China, la ciudad de Shanghai y Hong Kong o el Parque Jiuzhaigou.
Debido a sus extraordinaria población, China posee algunas de las ciudades más habitadas del mundo, pero también de las más impresionantes. Entre las conocidas, su capital, Pekín, las mencionadas Shanghai (la más poblada y segunda a nivel mundial, con más de 30 millones contando su área metropolitana) y Hong Kong (Región Administrativa Especial de China), esta última una de las urbes más modernas del mundo. También destacan otras de menos calado a nivel internacional, pero igualmente bellas, como Suzhou y Macao (también región especial).
China también es uno de los lugares más importantes del mundo en cuanto a tradición religiosa (conviven el budismo, el taoísmo, el confucianismo y la religión tradicional china), tal y como lo reflejan la increíble plétora de espacios sagrados que hablan de la mítica historia del país. Así, como principales representantes de la cultura nacional, el Templo Shaolín es una de las mejores muestras, pero también la vasta Ciudad Prohibida, habitada por emperadores del país durante más de 500 años, el Gran Buda de Leshan tallado en las rocas y considerada la estatua de Buda más alta del mundo, o el Palacio de Potala en Lhasa (Región Autónoma del Tíbet, también perteneciente a China).
En el apartado natural, China tiene lugares de una belleza mística muy especial. Sobresalen el mencionado Parque Jiuzhaigou, el Parque Zhangjiajie, la bella región de Yunnan, las salvajes formaciones montañosas Yangshuo, y con breve aportación humana, las terrazas de arroz de Guilin o los Jardines Clásicos de Suzhou. En los centros de conservación de Chengdu, podrás apreciar la maravilla y los cuidados de algunos animales en peligro de extinción, con el oso panda como estrella indiscutible.
Top 5 de lugares de interés
1. Pekín (Beijing). La capital de la República Popular de China es una locura de más de 20 millones de personas que combina tradición legendaria y modernidad en su máxima expresión. Como lugares clave, entre los millares que existen en la ciudad, relucen el Templo del Cielo, la Ciudad Prohibida, Plaza de Tian’anmen o el Mausoleo de Mao Zedong, jugueteando con rascacielos, tiendas de alta tecnología e innovaciones de primer nivel.
2. La Gran Muralla. Es la principal atracción de China y no es para menos. Con 21.000 km de longitud y 10 siglos de construcción (entre el V y el XV), es una obra arquitectónica mayúscula visitable desde muchos puntos del país: desde Pekín, Simatai y Jinshanling (menos frecuentada) y Badaling (más visitada).
3. Yunnan. Una de las regiones más naturales y enriquecedoras de China comprende sus célebres e impresionantes terrazas de arroz de Yuangyang y la Garganta del Salto del Tigre, que se alza como el cañón de río más profundo de nuestra planeta. Pero además de estas fantasías de la naturaleza, Yunnan abriga el esplendor intacto de las ciudades antiguas de Dali, Shaxi, Lijiang o Shangri, así como el regalo de las costumbres de las minorías étnicas que pueblan la zona.
4. Templo Shaolín. Es solo uno de los muchos templos que engrosan el componente espiritual del país. Se puede apreciar la tradición religiosa del templo a través de sus pagodas, los edificios típicos de la cultura asiática vinculados al budismo que en este lugar se suceden en una sagrada y kilométrica hilera. En el Shaolín se puede disfrutar también de las artes marciales que se practican en su escuela.
5. Xi’an. La ciudad de Xi’an ha tomado relevancia por ser el extremo oriental de la famosa Ruta de la Seda y, en las últimas décadas, por los Guerreros de Terracota, 8000 figuras a tamaño real con soldados y su caballería que un granjero se encontró por accidente en los años 70. Pero estas increíbles figuras, que son unos de los grandes valores del país, no estaban allí por casualidad, sino que se tallaron para custodiar el Mausoleo del Primer Emperador Qin con el objetivo de seguir dirigiendo a sus tropas tras su muerte.
China tiene el carácter de país remoto, lejano, perdido en la inmensidad del planeta. Precisamente por ello, viajar hasta allí en tu luna de miel supone una aventura con todas las letras, una zancada hacia el conocimiento de la historia más auténtica de nuestro mundo.
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