Miguel Serna apostó por la fotografía convirtiendo el proyecto en un asunto personal. Por eso, para fotografiar bodas y momentos para el recuerdo, no necesita seudónimos, sino su naturaleza 100% auténtica. Esa es la forma de transmitir con la mayor sinceridad posible en un evento tan íntimo y personal como una boda. Y sus fotografías hablan por sí solas.
Arte y recuerdos
Su formación en Bellas Artes ha sido vital para encontrar su disciplina y su estilo. Así es como descubrió la fotografía, un arte capaz de expresar de una manera muy especial y única, de congelar el tiempo y, sobre todo, capaz de contar historias. Por ese motivo, las bodas fueron una consecuencia del poder de la fotografía, ya que las historias de amor consiguen trascender de formas verdaderamente increíbles.
Los recuerdos y la capacidad de preservarlos siempre ha sido una de las virtudes que más ha valorado de la fotografía, reflexión que Miguel Serna siempre acompaña con una frase del poeta francés Paul Geraldy: “Nuestros recuerdos algún día serán nuestra verdadera riqueza”.
Naturalidad y confianza
Ya que Miguel Serna aboga por la naturalidad a la hora de fotografiar a sus parejas y mostrar el resultado final, podríamos hablar de un estilo documental que narra la realidad de cada evento sin interferir en su desarrollo. Gracias a su capacidad de observación y a su compromiso, no pierde detalle de todo lo que ocurre sin atentar contra la naturalidad que siempre busca.
Además, busca generar una buena relación con sus novios para que esa naturalidad salga sola. También el amor, en ocasiones agazapado por la vergüenza o los nervios. Sembrando un clima agradable en el que ambas partes se sientan cómodas, el fotógrafo contribuye a que todos los sentimientos de la pareja salgan a la luz.
Momentos únicos
Una boda está plagada de momentos para el recuerdo. Entre ellos, Miguel Serna destaca las lecturas de los familiares y amigos durante la ceremonia, donde incluso el fotógrafo suele emocionarse además de atrapar material de un valor incalculable. Por otro lado, los momentos que se suceden en el banquete y tras el primer baile son oro puro, ya que todos los presentes se desinhiben y se muestran en su faceta más divertida.
Sin embargo, hay otros instantes que son efímeros y que se pueden dar en cualquier parte de la boda, desde la preparación hasta la fiesta final. Esas sonrisas, lágrimas y señales de emoción que brotan en los invitados de manera espontánea y que Miguel Serna se esfuerza por captar. Con todos estos detalles, el reportaje se convierte en un relato muy completo de la boda.
Las claves para elegir un buen fotógrafo
A la hora de elegir un buen fotógrafo, el profesional considera que hay varias razones para hacerlo, no solo la calidad de su trabajo (también importante, por supuesto). Lo más importante es la conexión que exista con él y si de verdad será posible plasmar su trabajo en el gran día, para lo cual la comodidad es muy importante. En este sentido, es clave encontrar a la persona adecuada para que no existan preocupaciones y los novios puedan vivir el día más importante de su vida con la mayor intensidad posible, reparando solo en su disfrute y en el de sus invitados.
Y, por supuesto, también debe concordar el presupuesto, el equipo con el que cuenta para realizar copias de seguridad y los plazos de entrega del material final. En este caso, Miguel Serna se compromete a entregar todo en el plazo de un mes, con el fin de que sus novios puedan disfrutar de los recuerdos de su boda lo antes posible.
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