Aunque ya han pasado años desde la boda entre Carrie Bradshaw y Mr. Big, las fanáticas de Sarah Jessica Parker y su icónico personaje pueden respirar tranquilas con esta increíble noticia. Candace Bushnell, autora de los libros en los que se basó la serie, ha desvelado una de las incógnitas de la misma, solo sustentada en un “porqué”. No es un misterio sin resolver, ni una pregunta sin respuesta, ni nada que determinara el futuro de la serie. Aun así, la cuestión tenía a sus seguidores inmersos en la duda y al borde de la taquicardia: ¿por qué Mr. Big y no Aidan?
Carrie Bradshaw siempre será noticia, ya sea por un vestido o unos zapatos basados en ella, o por su papel como icono de estilo para buena parte de sus seguidoras. En esta ocasión, sale a la palestra por un asunto de vital importancia relacionado con su vida amorosa (¡cómo no!). Sus fans ya venían tiempo preguntándose por qué Aidan, perfecto para la columnista y para la cúpula de seguidoras, había sido descartado en detrimento de Mr. Bg. Aidan cumplía con todas las papeletas para convertirse en el marido perfecto que nos vendieron en las películas de Disney. No solo resultaba atractivo entre todas, sino que hacía gala de un comportamiento ideal que anulaba la vergüenza ajena al presentarlo en público: atento sin ser un osito de peluche, en sintonía con las amigas de su chica sin ser un pelmazo y enamorado de la “prota” de una manera sincera y sana.
Pero no, ¿cómo iba a ser así? Mr. Big, el eterno chico malo/dandy, se tuvo que llevar a la Bradshaw porque así se decidió. Pero, ¿quién fue el responsable de esta decisión? Agárrate a la silla: ¡fue la madre de la escritora! “Mi madre siempre odió a Aidan por alguna razón”, ha contado Bushnell a US Magazine. Al parecer, la progenitora no soportaba al novio perfecto (quizá por ese grado de perfección) y la audiencia al completo tuvo que tragarse al enigmático Mr. Big hasta que la muerte les separase. De hecho, la madre de la escritora no solo expresó sus sentimientos de esa manera, sino que hizo leña del árbol caído con perlas como esta: “¿Por qué está Carrie con Aidan y no con Mr Big?”; “Tienes que deshacerte de Aidan”. Dicho y hecho, mami.
La pareja rompió varias veces y acabó cuando ella decidió no estar preparada para el matrimonio, al menos con el bueno de Aidan. Ya conocemos los motivos reales de este final (gracias, señora Bushnell), pero en la serie el motivo era Mr. Big, el típico personaje que, al igual que el malote encantador de la vida real, siempre atrae más que la perfección hecha persona. Mr. Big, con las ideas nunca claras y tan misterioso como una mansión gótica (también dejó plantada a Carrie en el altar, por si se os había olvidado), parecía mejor opción para la madre de Candace Bushnell.
Pero, en el fondo, el dudoso Mr. Big (por no añadir un adjetivo más hiriente y malsonante) se salió con la suya y también conquistó el corazón de la audiencia de Sexo en Nueva York, al mismo tiempo que lo hacía Carrie (también quiso matarle en varias ocasiones). De hecho, y a pesar de las idas de olla del susodicho en capítulos posteriores, este amor hacia el personaje tomó fuerza cuando Mr. Big acudió raudo a París para recoger a Carrie que, curiosamente, acababa de romper su relación con Aleksandr Petrovsky. Juntos regresaron a Nueva York.
Ahora que ya sabes que el final de tu historia de ficción favorita dependió de la madre de la escritora, quizá no te atrevas a preguntar a partir de ahora. En ocasiones, vivir en la ignorancia no es tan malo.
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