Durante muchos años, el arte nos ha llenado la cabeza de historias idílicas. Por culpa de ellas, hemos desarrollado un concepto hipervitaminado del amor, el cual traspasamos a la realidad y tratamos de perseguir. Aunque nos encanta la literatura y el cine, desde Zankyou queremos romper esa fantasía para lanzar un mensaje al viento: ¡la realidad, con sus imperfecciones, es mucho mejor! Las películas de Disney son maravillosas en casi todos los sentidos, pero en nuestro mundo, el de carne y hueso, su filosofía es inalcanzable. No nos importa. ¿Por qué? Sigue leyendo.
Atractivo
Miraos al espejo. Ahora que habéis comprobado que no sois Brad Pitt ni Angelina Jolie, ¿se ha derrumbado vuestro mundo? De hecho, seguro que tenéis algunas cualidades mejores que las de ellos, aunque os resulte imposible. En la imperfección está el encanto y si estáis juntos es porque ambos os atraéis, aunque no protagonicéis anuncios de colonia. No sois normales, porque cada persona es única. Sois especiales. Vosotros lo sabéis, aunque el cine os haya comido la cabeza. Vuestra pareja no tiene por qué bajarse de una moto en marcha, chupa de cuero incluida, para dejaros patidifusos. Esto no va así. Él/Ella tiene el encanto suficiente, aunque sus ojos no brillen ni mida 1’85.
Día a día
¿Se puede huir de la rutina permanentemente? Sí, claro, pero acabaríais muy cansados. Las historias de ficción nos han vendido la posibilidad de hacer de cada día una montaña de sensaciones. Aunque sea posible añadir chispa a cada uno de los días del año, se ha menospreciado el valor de la rutina. No hablamos de la rutina como colchón en el que apoltronarse desde el “sí, quiero” hasta el último aliento. Hay rutinas necesarias que, al fin y al cabo, determinan las relaciones. Es durante el día a día cuando se ve a las personas vivir, sin acontecimientos superlativos. Si triunfáis en ese ámbito, tenéis buena parte del camino recorrido. Mantener la gracia de esos momentos rutinarios es importante, siempre y cuando no tiréis de la manta demasiado. Valorad las cenas diarias, haced la compra juntos, hinchaos a ver películas y series en el sofá, pero siempre con vuestro sello de pareja única.
Sexo
Un tema peliagudo entre amigos y amigas, sobre todo si no sois los protagonistas de 50 sombras de Grey. En el cine, todos los encuentros sexuales, incluso el primero, son éxitos rotundos. Los participantes salen del escenario con varias medallas de oro. La realidad, sin embargo, no siempre es así. Entre tus amigos, unos callan, otros son naturales y cuentan sus problemas con gracia, y otros son los Reyes del Mambo (“perro ladrador, poco mordedor”). Es cierto que algunas personas son máquinas sexuales desde el primer hasta el último momento; ¡enhorabuena! Otros son más torpes y no siempre triunfan con sus parejas: “¿cómo se hacía esa postura?”; “quita esa pierna de ahí, por favor”; “me estoy asando”. Lo bueno es tratar las cosas con naturalidad, reconocer que la perfección en este ámbito no es eterna y, aun así, vivir la vida felices y con humor. Esto último es vital.
Gestos
La sociedad ha impuesto ciertos parámetros en el asunto del amor. Las parejas necesitan llevar a cabo ciertos gestos que certifiquen su relación de cara a la galería. ¡Basta! El amor es cosa de dos, no de una población entera. De hecho, los que abanderan ese concepto universal del amor suelen perder naturalidad en sus relaciones. En ocasiones, su amor es artificial. El vuestro, no.
No hace falta que os beséis y abracéis cada segundo, ni que os cojáis de la mano, ni que os escribáis cartas de amor o seáis detallistas cada día de vuestra vida. No nos malinterpretéis: ¡podéis hacerlo siempre que queráis!, pero no porque así esté establecido. Dejaos de normas, ¡no las hay! Vivir juntos, separados, poner tiempos a la relación, ir de vacaciones a X sitio porque así lo han determinado el resto de parejas que conoces… Ni caso. Vosotros sois únicos y, en lugar de besaros cuando os veis, podéis chocaros la mano; más divertido. Los besos para otro momento. Es vuestra manía y nadie debe juzgarla. Podéis salir en las fotos poniendo caras raras en lugar de resplandecer cada vez que os colocan una cámara delante. Haced tonterías, aunque os miren mal vuestros amigos. Todo eso es mucho más saludable.
Ahora que sabes por qué las relaciones perfectas no existen, no os agobiéis e intentad construir vuestra propia perfección. Seguro que es mucho más satisfactoria que la establecida por los demás. Hacednos caso.
No os perdáis 40 fotos que demuestran que el amor verdadero existe y las claves para saber si existe el hombre perfecto?.
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