La vida está llena de sorpresas. Algunos no consiguen nada y otros se convierten en grandes triunfadores de la noche a la mañana. Esto es lo que le pasó a Ariana Austin, una joven americana que conoció al amor de su vida hace 12 años. Pero su novio no era un tipo cualquiera, sino Joel Makonnen, el príncipe de Etiopía. Ahora se han casado.
Todo puede pasar. De hecho, tal y como dice el dicho popular, “la realidad puede superar la ficción”. ¿Acaso no recuerdas la película El príncipe de Zamunda (Coming To America)? Sí, hombre, aquella en la que Eddie Murphy, interpretando a un príncipe de un país ficticio (Zamunda), se dejaba caer por Nueva York para buscar esposa. Seguro que la cinta se ha emitido en la sobremesa de los sábados unas 150 mil veces. Pues bien, la historia que nos ocupa es increíblemente similar.
Tal y como revela The New York Times, el sarao tuvo lugar en Washington D.C., capital de Estados Unidos, en lugar de en la Gran Manzana. En un local de la ciudad, concretamente el club Pearl, Joel se acercó a Ariana con la intención de conversar. Esta, al ver la vestimenta pomposa del susodicho y sus acompañantes, tiró de humor: “Tíos, parecéis salidos de un anuncio de Bombay Sapphire”. Él, que iba sobrado de confianza, le soltó la frase lapidaria a los cinco minutos de haber iniciado la conversación: “Vas a ser mi novia”.
Pero la noticia de su título real no fue desvelada hasta más adelante. Aquella noche, entre la fragancia que despiertan los bares de copas y el flirteo, él se limitó a decir que era abogado. A pesar de la realidad de su profesión, Joel hizo bien en guardar en secreto su verdadera identidad: la de un letrado que es bisnieto de Haile Selassie I, el último emperador de Etiopía. De esta forma, y en caso de que fructificara la relación, el príncipe sabría que el amor era verdadero. Y así fue.
Para situarnos un poco, Joel Makonnen desciende de la dinastía Salomónica. De hecho, su bisabuelo, Haile Selassie I, ocupó el puesto 225 como emperador del país. Sin embargo, allá por 1935, el monarca tuvo que exiliarse por culpa de la invasión italiana. Después, gracias a la ONU, volvió al poder en 1952, terminando el reinado en 1974 a causa de un golpe de estado marxista.
Las idas y venidas del imperio provocaron que Joel naciera en Roma y creciera en Suiza, donde estudió su padre durante el reinado de Haile Selassie I. Hasta la boda, el príncipe había vivido en Alexandría, en el estado de Virginia.
Pero a pesar del poder de la familia de Joel, Ariana, que ha intentado unir tradiciones, ha podido cumplir sus deseos sin dejarse engatusar por el poder. Insistió en celebrar una ceremonia ortodoxa etíope, religión a la que ambos se convirtieron antes del gran momento. El evento fue oficiado por 13 clérigos y sacerdotes que unieron a la pareja en matrimonio. Más tarde, degustaron un delicioso banquete en el Foxchase Manor en Manassas, Virginia.
Para Ariana, el final de esta historia ha sido perfecto, pues considera que es “una herencia y una historia indestructible que combina el más puro poder negro y las tradiciones cristianas antiguas”.
La historia de Ariana Austin y Joel Makonnen recuerda mucho a ficciones como la de Aladdin. Pero, esta vez, el cuento de hadas/historia Disney ha traspasado la pantalla. Y es que, teniendo en cuenta algunos matrimonios de los últimos tiempos, cada vez son más comunes las historias en que la nobleza apueste por el amor antes que por el poder. En el fondo, y aunque parezca imposible, ¡podría pasarle a cualquiera!
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