Todos tenemos una idea de la boda que queremos, esa con la que siempre hemos soñado o esas tan originales y diferentes que nos encontramos por redes sociales como instagram y pinterest. También sabemos que eso tiene unos gastos, pero cada uno debe ser consciente del presupuesto que tiene. Lo primero que hay que hacer es consultarlo con la wedding planner, ella podrá ayudarte a organizar mejor los recursos y a repartir tu partida de dinero de la mejor forma posible. Debemos tener en cuenta la importancia de contratar una organizadora, ya que nos puede ahorrar mucho tiempo y quebraderos de cabeza gracias a su conocimiento del sector y de proveedores. Es posible organizar una boda low cost y que sea todo un éxito pero hay que saber de dónde recortar y de dónde no.
¿Dónde no es aconsejable recortar?
En recuerdos. Hay varios aspectos que contribuyen a que nuestros recuerdos permanezcan en el tiempo. El más importante de todos es el fotógrafo y/o el videógrafo. Si encuentras al profesional ideal porque te gusta su estilo y su trabajo, ¡no lo dudes! Es él. Su trabajo es lo único que permanece y en el futuro esas fotografías tendrán un valor incalculable para vosotros.
Para que podamos crear recuerdos, previamente necesitamos haber disfrutado de nuestra boda. Para ello es altamente recomendable contar con el pack de coordinación de tu wedding planner que habrá puesto todo de su parte para que todo saliera como lo has deseado.
Además, si siempre has querido hacer algo concreto el día de tu boda, debes hacerlo. Si siempre has soñado con casarte en una finca determinada y además, cuando has ido a visitarla, tus sospechas han sido confirmadas… no pienses en su coste. ¡Es vuestro día!
¿Dónde podemos intentar recortar?
Para esto es importante que dialoguemos (que no regatear) con cada profesional. ¿Qué quiero decir? Vosotros tenéis vuestra partida de gastos destinada a cada proveedor y ellos quizás puedan ajustar su trabajo a lo que vosotros necesitáis.
Pongamos un ejemplo. Os encanta el trabajo de un florista en concreto y os encantaría que, junto a vuestra wedding planner, diseñase un rincón de bienvenida. ¿Quién mejor que él para explicaros qué flores os vendrían mejor en relación calidad precio? O si tú tienes pasión por las rosas amarillas, él podrá buscarte una flor similar o más barata.
Otro ejemplo. Hay una empresa de diseño gráfico que hace unas invitaciones geniales y que os encantan pero se os va de precio. Quizás esa empresa tenga una tarifa diferente si vosotros os ocupáis del montaje de las invitaciones, es decir, meterlas en el sobre y ponerle el nombre del destinatario, el sello, la cuerda de esparto… O quizás, si incluyes minutas de esta misma empresa te hagan algún descuento.
Todo se puede hablar y ajustar, sin llegar a presionar o incomodar a ningún proveedor, ya que son ellos quienes se van a encargar de tu boda.
También es importante organizar la decoración con cabeza. No todas las bodas tienen que tener: rincón de bienvenida, mesa dulce, mesa de firmas, photocall, etc. A veces, esto puede resultar cargante si no sigue un mismo hilo y puede resultar complicado. Debemos plantearnos qué rincones quedarán mejor en nuestro espacio o cuales llamarán más la atención.
Por otra parte, hay cosas que puedes hacer tú misma si tienes tiempo y ganas, como el montaje de las invitaciones como decíamos antes o crear un pequeño detalle de agradecimiento o incluso, unos centros de mesa no muy complicados que has visto en pinterest y te parecen ideales.
Pero mi consejo es que no intentes hacer hacer el trabajo de profesionales por ahorrar: las flores las tiene que trabajar quien las conoce, el diseño gráfico es muy importante en las invitaciones, nadie controla la cámara como el fotógrafo. La celebración de una boda supone un desembolso importante de dinero, pero con cabeza podemos reducir algunos de esos gastos y que vuestro día sea como siempre habéis soñado.
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