“Teníamos amigos en común y cuando nos presentaron, ya nos habíamos fijado el uno en el otro”. Así explican Xio y Xiqui cómo fue el comienzo de su historia, una bonita historia de amor que se inició gracias a que esos amigos comunes organizaron un plan conjunto en Navidad y que culminó en una preciosa boda organizada por Detallerie, fotografiada por Blanca Gaig y capturada en vídeo por los chicos de Ensu.
Tras una pedida de mano de altura- Xiqui se declaró en la cima del Montseny tras una excursión, la pareja empezó a preparar con mimo una boda que tuvo lugar en otoño, aunque, como dicen las chicas de Detallerie, “amaneció con tan buen tiempo que parecía un día de verano”.
Los novios
Para la ocasión, Xio eligió un fabuloso vestido de Jordi Anguera, de líneas muy sencillas que realzaba el toque romántico que la novia quería para su gran día.
Como complementos, unos zapatos dorados de Lodi estilo peeptoe, un ramo de Moshi con un estilo silvestre y asimétrico en tonos verdes, lila y blanco y, cómo no, las joyas. “Levaba fueron unos pendientes de brillantes de la joyería Berenson, que fueron regalo de mis hermanos por la boda, y dos anillos: el que me regalo Xiqui cuando me pidió matrimonio- un anillo de brillantes-, y el anillo que me regalo su madre, en la comida de pedida, que era una esmeralda rodeada de brillantes, y engarzada en grapas de oro blanco, estos dos últimos del taller de Jordi Recoder”, cuenta la novia.
El novio, por su parte, apostó por la elegancia del chaqué y no pudo acertar más. Lo complementó con un chaleco en color champagne, una camisa blanca y una corbata azul marina que daba el toque de color a su look.
La ceremonia
Para darse el sí quiero, la pareja escogió la la iglesia Santa Maria de Valldonzella de Barcelona. Para que todo fuese perfecto, las chicas de Detallerie no descuidaron la decoración del templo, que ya de por sí, tenía un valor emocional muy importante para los novios. “La decoramos con unas guirnaldas de boj natural que colocamos en las barandillas y el altar, y recipientes de zinc antiguos llenos de paniculata blanca, que ya anunciaban el estilo del resto de la boda. Además, preparamos unas cestitas con conos de papel llenos de arroz que los niños repartieron a todos los invitados”, cuentan.
Tras el sí quiero, los novios y sus invitados se dirigieron hasta la Masía Ribas donde tuvo lugar el convite, no sin que antes tuviese lugar la sesión de fotos de los recién casados, de la mano de Blanca Gaig.
La decoración
Una vez en la Masía Ribas, los invitados pudieron descubrir todo lo que las chicas de Detallerie habían preparado para conseguir la boda soñada por Xio y Xiqui: “Los novios buscaban una celebración familiar, entrañable, acogedora… en la que, aunque hubiera muchos invitados, todos y cada uno se sintieran cuidados, mimados, y disfrutaran todos por igual, mayores, jóvenes y pequeños”, recuerdan las wedding planner.
“Toda la boda la ideamos entorno a un estilo campestre, que congeniaba perfectamente con la Masía, y la decoración la ideamos en tonos blancos, verdes y morados ya que empezaba el otoño. Decoramos el techo de la pérgola con banderines hechos especialmente para la boda, una de las cosas que le hacían especial ilusión a la novia”, explican. “Para que los invitados pudieran encontrar sus sitio en las mesas del banquete, colgamos del cedro centenario de la casa un montón de pizarras con los nombres de las mesas y los invitados que iban en cada una de ellas. Los nombres de las mesas eran etapas del Camino de Santiago, ya que tenía un significado especial para los novios”.
Pero los detalles no acababan ahí ya que la madre de Xio escribió unos libritos siguiendo el hilo del “Camino de Santiago” con 10 consejos para recorrer un buen camino en el matrimonio. “Cada pareja tenía uno en su sitio”, cuentan las chicas de Detallerie.
El catering corrió a cargo de Le Chef y fue otro de los grandes aciertos de la velada ya que después de la comida, los postres y los cafés se sirvieron en el jardín, algo que nadie esperaba y que marcó la diferencia personalizando aún más la celebración.
Baile de los novios
Y tras la comida, cómo no, llegó el baile de Xio y Xiqui, el primero como marido y mujer, al son de un vals, el que se puede escuchar en la película “La vida es bella”, que dio paso a una fiesta, con photocall incluido, que se prolongó hasta la madrugada.
Y es que la boda de Xio y Xiqui es una de esas que los invitados recordarán para siempre por el cuidado de los detalles, la personalización de cada instante y, sobre todo, el gran cariño que con cada gesto les demostraban los novios, felices de compartir con ellos ese día. ¡Enhorabuena a la pareja y gracias por compartir con nosotros vuestro gran día!
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