En los shootings de boda siempre desea mostrarse el amor, pero en ninguno lo han reflejado de una manera tan romántica como en Sempiterno, el nombre de esta sesión de fotos. En él, se percibe la magia de los que se desean a escondidas. El equipo de expertos que ha participado en el shooting ha creado un escenario para los que creen en la magia de las cosas sencillas e historias de amor prohibidas y clandestinas, donde solo hay lugar para la imaginación. Sempiterno es una historia de amor furtiva y emotiva.
Disfrutad de las fotografías de Cristina Vizcaíno Fotografía, cargadas de naturaleza, donde los protagonistas se ven envueltos en un enclave de fantasía, lleno de paz y silencios que lo dicen todo. Esta profesional es especialista en ver e inmortalizar aquello que es invisible para los demás. Siempre busca captar los momentos más precisos de forma natural, sin poses y dándole personalidad a cada fotografía, la cual es tratada con mucho mimo y esmero. Se esfuerza por preparar y cuidar muy bien cada reportaje sin saltarse ningún detalle y haciendo que la pareja se sienta a gusto en todo momento.
Reinventar y originalidad son las palabras que definen el trabajo de esta fotógrafa profesional, para la que lo más importante de una fotografía es que transmita los mismos sentimientos que las personas que vivieron ese instante.
El escenario creado en Sempiterno por Thirteen Weddings, encargadas de la organización, decoración y decoración, era de estilo hippie romántico, basándose en la armonía del espacio y la arquitectura predominante del lugar. Por ello, escogieron La Cartuja de Cazalla, un lugar ubicado en Sevilla que impresiona. “Introduciendo una paleta de color romántica optamos por toques celestes con tonos más empolvados, como el rosa, para fusionarlos con el verde, que impera en todo el entorno, además de estar muy presente en toda la decoración floral”, cuentan.
Como sacada de la mitología griega, Elena, la novia, aparece en escena como una ninfa de los bosques, ese ser mágico procedente de la fuerza de la naturaleza que habita en una hermosa mujer. Fue maquillada y peinada por el equipo de Urvan, que supo sacarle el máximo partido reflejando la esencia que se buscaba.
En primera instancia, lleva un camisón de corte recto, de Soraya Cabral, que hace un guiño a las mujeres de los años sesenta, adaptándolo a unas líneas menos conservadoras y, más actuales, unido a ello un precioso tocado de flores naturales coronan su precioso pelo cobrizo que hace que no puedas apartar la mirada de ella.
Como complemento, optó por un ramo de Floristería Atrio, que también se encargó de la decoración floral, unos zapatos de Menbur y complementos de Sedona Desert. Tras esta primera escena Elena y Javi, la pareja, se encuentra ya vestida para la ocasión, ella con un primer vestido de Jesús Peiró, algo más sencillo con mangas transparentes, en un espacio donde solo caben ellos dos y la conexión de sus miradas.
Sentados en las preciosas sillas de madera decoradas con macramé de BlueSunshine, encuentran una bonita mesa, compuesta por Catering Dávila, en la que se une el romanticismo de la cristalería y las velas con la rusticidad de las flores que parecen recién cogidas del campo y los bajoplatos de macramé. La repostería creativa fue obra de La Grosera y la decoración en papel de La Jaula Dibujada. Es aquí donde los novios por fin pueden dar rienda suelta a su amor, donde ya no se esconden y son sólo uno. A través de la papelería creativa y la repostería se hace un guiño al estilo hippie que imperaba en los años sesenta, mezclando las plumas que solían llevar en sus atrapasueños con las preciosas flores que nos recuerdan a ese bosque del cual parece salir nuestra particular ninfa.
Tras esta primera escena, se representa una segunda con el cambio de vestido de la novia, donde para la ocasión festiva se opta por un dos piezas con una impresionante falda de metros y metros de tul. Este no les impide correr, saltar y festejar su enlace con una maravillosa mesa dulce donde se dejaron llevar por la alegría de gritar su amor a los cuatro vientos.
¡No os perdáis el vídeo del shooting, elaborado por José Camacho!
Fotógrafa: Cristina Vizcaíno Fotografía | Videógrafo: José Camacho | Maquillaje y peluquería: Urvan | Vestidos de novia: Jesús Peiró | Ramo y decoración floral: Floristería Atrio | Decoración mesa: Catering Dávila | Macramé: BlueSunshine | Repostería creativa: La Grosera | Papelería: La Jaula Dibujada | Complementos: Sedona Desert | Batas: Soraya Cabral | Zapatos: Menbur | Novios: Elena Vázquez y Javprifer | Espacio: La Cartuja de Cazalla | Organización, decoración y coordinación: Thirteen Weddings
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