¡Cuántas alegrías nos dan nuestros amigos! Es algo que todos sabemos y que, en el caso de Laura y Juan se hace aún más claro. Y es que esta preciosa pareja debe a amigos comunes el haberse conocido y empezar una historia de amor que acabó en una preciosa boda retratada por Padilla y Rigau y organizada con el mimo y el cuidado de cada detalle que siempre ponen las chicas de Detallerie.
Después de varios viajes en coche hasta la casa de Laura- Juan se ofrecía siempre para llevarla y así surgió poco a poco el amor- y tras un bonito noviazgo, Juan por fin se decidió a dar el paso y a pedir matrimonio a Laura. Lo hizo después de una cena en el restaurante en el que habían tenido su primera cita. Tras el sí quiero de Laura a la propuesta, empezaban los preparativos de un enlace en la que los detalles tuvieron un papel fundamental y que se preparó siguiendo la máxima de los novios: “que la boda fuese muy suya y sencilla”.
Para la elección de su look de novia, Laura contó con la ayuda de las chicas de Detallerie. El elegido fue un diseño de Xavier Gonzalvez que, pese a su sencillez, tenía el toque de romanticismo idóneo para dar un toque de dulzura al estilismo de Laura, que quedó encantada con la elección: “Supo captar a la perfección lo que yo quería y creó para mí un vestido cómodo con el que me sentía yo misma”, cuenta.
Como complementos, Laura buscó la sencillez en las joyas con una pequeña cruz de brillantes de su madre y el anillo de pedida. Los zapatos, de color plateado, los encontró por casualidad en una zapatería del casco antiguo de Barcelona, mientras que el ramo, diseñado por Moshi y las chicas de Detallerie, iba a conjunto con el tocado de flores naturales que habían creado para ella y se componía, entre otras, de eucalipto y rosas de color melocotón.
Juan, por su parte optó por un chaqué de La Trajería para su look de novio. Elegante y clásico se dirigió hasta la iglesia de Sant Viçens de Sarria para dar el sí quiero a su chica. La ceremonia, recuerdan las chicas de Detallerie, tuvo un toque muy especial ya que estuvo oficiada por un tío del novio. “Fue de lo más amigable y acogedora a causa de las bromas familiares y divertidas que provocaron la mayoría de risas”.
Tras el sí quiero y mientras los novios se hacían sus primeras fotos como marido y mujer de la mano de Padilla y Rigau, los invitados llegaban a La Torre dels Lleons, donde se celebró el convite y donde iban descubriendo todo lo que las chicas de Detallerie habían preparado como decoración, basada totalmente en tonos menta y melocotón por deseo expreso de los novios. “Queríamos unaboda sencilla pero elegante, así pues decidimos que esos tonos serían el centro de nuestra boda”, recuerda Laura.
Y después de la cena, servida por Sibaris, los novios y sus invitados disfrutaron de la fiesta, que arrancó, como no podía ser de otro modo, con el baile de la pareja.
“Fue un placer acompañarles en todo y es que, aunque los novios sonríen siempre en su día,ellos irradiaban una felicidad especial”, nos cuentan desde Detallerie. Y esa felicidad se refleja también en los detalles y las fotos de su preciosa boda. ¡Enhorabuena a los novios y gracias por compartir vuestro gran día con nosotros!
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