“Eterna espera cuando amamos algo de verdad, eterna espera cuando por lo que merece la pena no nos cansamos jamás”.
Una boda siempre conlleva una dulce espera y, por qué no, una dulce celebración. Eso es lo que quiso reflejar este equipo de profesionales en este shooting de boda llamado “Sweet Wedding”, y liderado en su organización y producción por Arianna Pé. La idea principal era mostrar un lugar, un look de novia y un banquete en el que su toque principal fuera la dulzura, por ello, se decantaron por el mar, el viento revoloteando su pelo, los rayos de sol reflejados en el agua y una mañana espléndida en la Costa Blanca.
Kristine es una novia romántica y dulce pero muy rebelde. Sueña despierta, no se preocupa por el futuro y aprovecha cada instante exprimiéndolo al máximo. Esa personalidad la imprime en su look de novia playero, en el que apostó por la creatividad de Abel Esga y un precioso body bordado con un velo cubriendo su rostro. Un rostro que mostraba dulzura e inquietud, enmarcado por un peinado en el que lucía el cabello suelto con ondas surferas y un maquillaje que acentuaba los ojos dejando lucir su radiante piel canela, obra de Toñi Lillo.
Su complemento más colorido fue el sensacional ramo de novia, de estilo silvestre y compuesto a base de flores en tonos rojizos y rosas, sin olvidar la pureza de las rosas blancas. El conjunto ideal para una boda en la playa y una novia sencilla que busca en el ramo un toque de color y alegría para el look.
La mesa que prepararon para la ocasión no podía ser más mágica, no solo por la ubicación, a la orilla del mar, sino por el color azul del cielo y la belleza de la decoración. La estructura que utilizaron le daba un innegable toque rústico que suavizó El Juli con la elegancia campestre de las guirnaldas de flores y follaje verde, los caminos de mesa llenos de color y la vajilla de cada invitado personalizada al máximo con meseros con cada nombre. La vajilla en color crema, junto con los bajoplatos y la cubertería en dorado y la cristalería, le daba un toque exclusivo y de sofisticación únicos.
No faltaron detalles únicos que hacían del espacio un lugar más acogedor, como las velas, los manteles individuales de encaje blanco o los jarrones con flores. Mezclaron diferentes estilos: playero, campestre, rústico, shabby chic…; pero siempre desde su punto de unión más dulce.
El equipo que organizó el shooting quería, con él, trasladar la idea de que lo más importante no son las tendencias, y que cada pensamiento se puede hacer realidad, sea en el lugar que sea y con el estilo o los estilos que se quieran. Lo esencial es encontrar ese equilibrio y ese punto en común que une a todos. Esta temporada la tendencia es olvidarse del protocolo y de lo establecido, y centrar todas las atenciones en que cada detalle esté a la altura, no solo en presencia, sino provocando emociones y representando a los novios.
Cada momento y detalle fueron fotografiados por Javier Berenguer, acostumbrado a captar los mejores momentos de una forma natural e íntima, consiguiendo un resultado espectacular y lleno de significado. ¡Por muchos cuentos de amor eterno!
Wedding Planner, organización y diseño: Arianna Pé | Fotografía: Javier Berenguer | Diseñador vestidos: Abel Esga | Maquillaje: Toñi Lillo | Flores: El Juli | Modelo: Kristina Petkovic
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