Estamos ante un amor de los que ya no quedan, un amor valiente, sincero, fiel y constante que se ha alimentado con cariño e ilusión durante trece años… Cristina y Diego se conocen desde pequeñitos, ya que los abuelos de ambos vivían en un pueblo de la sierra de Madrid, y ellos pasaban allí los fines de semana y las vacaciones de verano. Cuando llegó la etapa de la adolescencia, empezaron a verse más a menudo. Diego comenzó a ser engatusado por los encantos de Cristina y no la dejaba ni a sol ni a sombra, tanto que no concebía los días sin ella, hasta que poco a poco saltó la chispa entre los dos.
Sin duda, un amor ejemplar y mágico, aunque para mágica la pedida de mano que tuvo Cristina. Los dos tenían planeado desde hace tiempo un viaje a la selva negra de Alemania, un lugar espectacular que deja sin aliento a cualquiera por sus maravillosos paisajes. En un día de los que estuvieron recorriendo sus impresionantes bosques, fueron a un pueblo llamado Triberg, un espacio con mucho encanto que te tele transporta a una película de cuento. Y mientras cruzaban un precioso puente de madera, fue cuando Diego se armó de valor y le declaró su amor para toda la vida. Fue algo inesperado a la vez que especial y emocionante, ya que solo se oía de fondo el ensordecedor ruido del agua de una de las cataratas más altas del país.
Los novios
Cristina, para su gran día, se decantó por un diseño de Patricia Avendaño, un vestido de novia sin manga realizado todo él de encaje, el tejido nupcial por excelencia. Un diseño que complementó como unos pendientes de Swarovski, su anillo de pedida de Germán Joyero y la alianza de Tiffany&Co.
Su “algo azul” fueron los zapatos y escogió los famosos zapatos que lució la actriz Paula Echevarría en los Goya. Un modelo en tono pastel de la firma LODI.
El ramo de novia fue elaborado con flores preservadas por Salon des Fleurs y la composición de flores y colores la escogió ella misma: hortensias blancas, azul y rosa pastel, verde agua, y algo de lavanda, trigo y paniculata. Un bouquet elaborado con mucho gusto.
Del maquillaje y peinado se encargó Tamara Palomar, de A&T Palomar, y lució un recogido bajo que adornó con media corona de flores de los mismos tonos que el ramo de novia.
Diego, lució un chaqué de color negro que adquirió en Trajes Guzmán y lo combinó con un chaleco azul grisáceo y una corbata azul marina con flor de lis, a juego con los gemelos que también tenían la forma de flor de lis.
Ceremonia
Cristina y Diego escogieron el mes de septiembre para darse el “sí, quiero” definitivo y lo hicieron el 9 de septiembre de 2016 en la capilla del Real Colegio Alfonso XII en el Monasterio del Escorial. Posteriormente, tuvo lugar el banquete y lo realizaron en la Finca Prados Moros.
Para la decoración de la iglesia, escogieron unos centros de paniculata para decorar el altar y alrededores, y para los bancos, unos prendidos de paniculata con una lazada de rafia.
Banquete
El catering corrió de la mano de Leal Maese y en el cóctel sorprendieron a todos los invitados con diversos bocaditos delicatessen, con un show cooking de huevos de codorniz con trufa y un exquisito rissoto de boletus y carabineros, junto con unos puestos de coctelería de mojitos y caipirinhas.
De la decoración de la finca se encargó el equipo de la misma y consistió en unos centros de solidago, limonium y paniculata en tarros de cristal con cuerda sobre una rodaja de madera natural. Aunque las iniciales de los novios las realizó Diego, toda una sorpresa para Cristina.
Los invitados se llevaron un bonito recuerdo de la boda de Cristina y Diego, unos jabones naturales y rústicos realizados a mano por la hermana de la novia.
Baile de los novios
Había llegado el momento esperado de la noche: su primer baile como marido y mujer. Y, para ello, escogieron una canción muy especial: A thousand years, de Christina Perri. Un tema precioso, emotivo y de lo más de romántico para dar esos primeros pasos juntos.
Y los responsables en plasmar todos y cada uno de los momentos del gran día, no fueron otros que el magnífico equipo de Lísola Fotografía. Y es que antes de ver las fotografías y el vídeo, los novios ya sabían que serían geniales y que el resultado sería excepcional.
Cristina y Diego, muchísimas felicidades por vuestro compromiso y que cumpláis juntos una vida entera. Esperamos que disfrutarais recorriendo el continente asiático y que descansarais en Dubai. No os perdáis, además, cómo fue este grandioso día con este maravilloso vídeo que nos ha facilitado el equipo de Lísola.
Lugar de celebración y Decoración: Finca Prados Moros | Vestido de novia: Patricia Avendaño | Traje de novio: Trajes Guzmán | Complementos de novia y Floristería: Salon des Fleurs y Sándalo | Maquillador y peluquero: A&T Peluqueros | Catering: Leal Maese | Fotógrafo y videógrafo: Lísola Fotografía
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